Palestina ¿un estado inviable?

La cuestión palestina es uno de los conflictos que más ha marcado las relaciones entre Occidente y el mundo árabe, sin embargo la situación es mucho más compleja. El plan de partición de la ONU (Resolución 181) en 1947 selló el destino de todo un bloque geopolítico que se vería arrastrado a luchas intestinas, intentos de acercamiento a Occidente a través de Israel, tensiones y guerras directas e indirectas.

Sin embargo la situación de Palestina es increíblemente compleja ya que las tensiones a las que se ve sometida hace que su mera existencia sea ya, de por sí, inviable. El pueblo palestino existe, es genuino, tiene sus señas de identidad, cultura e ideales pero no tiene un territorio.

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Desde 1948 hasta 1967 Palestina como estado no existió a pesar de que debería de haber existido pero tras la Guerra Árabe-Israelí de 1948 los territorios palestinos (la Franja de Gaza y Cisjordania) acabaron siendo regiones controladas por Egipto y Jordania respectivamente.

Esto significó el primer obstáculo a la independencia palestina ya que los mismos y las milicias armadas de corte socialista, panarabista o islamista fueron usados como grupos tapón para hostigar a Israel ya que para el Egipto de Nasser, la Jordania del Rey Abdallah, Talal y Hussein tampoco veían con buenos ojos esto así como Siria o Líbano.

Sin embargo la gestión de estos territorios, a los que no se permitió la independencia, el uso de los mismos como regiones tapón que protegieran las fronteras de Egipto y Jordania así como la ayuda a los fedayines palestinos para desgastar a Israel sentó las bases para la situación actual de soledad y estado fallido de este país.

Al mismo tiempo los palestinos refugiados tras la Nakba en Jordania, Líbano o Siria (que ascendía a 700.000 en 1948) ha acabado llegando a la cifra de cuatro millones. Cuatro millones de palestinos nacidos en el exilio, en campos de refugiados en países que no les reconoce como naturales y en los que viven en muy malas condiciones, especialmente en el Líbano donde son vejados y viven en régimen de discriminación constante.

Los palestinos han sufrido el acoso y las masacres en muchos países árabes como la matanza de septiembre negro en Jordania en 1970, las masacres de Sabra y Shatila en 1982 o las matanzas de palestinos en Kuwait en 1991. Sólo en Siria e Irak han tenido un futuro digno dentro de los parámetros de un refugiado de tercera generación con su país ocupado por una potencia extranjera.

Si el pecado original de Occidente fue el plan de partición de Palestina, el pecado original árabe fue que tras la derrota de 1948 y la fundación de Israel los estados árabes no apostaran por un estado palestino protegido y especialmente mimado frente a Israel, el pecado árabe fue el control y uso político de los palestinos en la Guerra de Desgaste.

Tras esto viene el gran pecado israelí, la conquista de los territorios palestinos no a ellos, ya que no se derrotó ni a un ejército palestino ni se tomó una administración palestina, sino que se barrió el territorio y se tomaron los territorios que según la ONU debería de haber sido Palestina pero que Egipto y Jordania se quedaron.

El avance israelí implicó la derrota y conquista de los Altos del Golán a Siria, de Cisjordania a Jordania y de la Franja de Gaza (que iba desde Askalón hasta Beersheva) y todo el Sinaí.

Con esto los palestinos se vieron totalmente solos. La ocupación árabe había sido tolerable y simpática, la israelí no. El inicio de las confiscaciones, las colonias y el establecimiento de una administración militar israelí en esta zona abortó cualquier intento de creación real de un Estado Palestino y cerró cualquier posibilidad a los refugiados de volver.

Tras esto los choques contra los israelíes, el aumento de las colonias, la creación de la OLP con la confluencia de los diferentes grupos político-militares palestinos y una carrera del gato y el ratón que llenó de sangre Oriente Medio y diferentes capitales de Europa.

La idea base estaba clara: Palestina estaba conquistada e Israel no la iba a soltar, había logrado hacerse con los ansiados territorios de Cisjordania, las añoradas Judea y Samaría pero había un nuevo problema. Si los refugiados palestinos (que iban in crescendo) ya estaban fuera de cualquier cálculo aunque se convirtieron en el principal vivero de milicianos palestinos para la OLP, la problemática recaía en la población civil palestina bajo control israelí.

Sin embargo Israel ganaba mucho con este territorio y no sólo por expandirse y restaurar el «Israel bíblico» en base a la ideología sionista (aunque algunos radicales hablan del Eretz Israel desde el Nilo al Éufrates). Israel lograba anular las regiones tapón, expulsar a las milicias y enclavarlas dentro de los propios territorios soberanos árabes (especialmente en Jordania).

Esto provocó que en las fronteras se vieran las caras soldados árabes e israelíes pero que dentro de los territorios árabes se instalaran los milicianos palestinos que, en los campos de refugiados, crearían un estado paralelo muy peligroso. La revuelta palestina de 1970 en Jordania hizo presagiar la posterior guerra civil del Líbano y el papel palestino en la misma.

Israel, con el control de Cisjordania y la Franja de Gaza mostraba un poder militar superior a sus vecinos, hundía la moral, cuestionaba el panarabismo nasserista y daba alas a las tesis islamistas que a la larga harían mucho daño a los países de su entorno que acabarían desarrollando graves problemas internos.

Sin embargo Israel ganaba territorios, recursos naturales (especialmente agua de los Altos del Golán y tierras de Cultivo) y pasaba a tener un control real y a entender la mentalidad palestina en el terreno.

Sin embargo Palestina es un elemento muy importante dentro de la política israelí por estas cuestiones económicas pero también de seguridad aunque lo que no dan a conocer es el miedo que en los partidos políticos tienen a los colonos. La población de colonos israelíes en Palestina ronda el medio millón. Esta transferencia de población permite controlar el terreno, dividirlo y asegurarlo pero, también, es un importante freno a la resolución del conflicto.

Los colonos son personas que abandonan Israel para asentarse en estos territorios o son judíos que hacen aliyá (emigración a Israel) y se les asienta en la zona conquistada y anexionada, estos colonos defienden sus intereses votando a grupos de derecha (y votan en masa) siendo, además, políticamente muy activos.

Estos colonos son una reserva de votos con los que la izquierda (prácticamente desaparecida de Israel desde el gobierno de Ehud Barak) no cuenta pero sí la derecha. Los colonos son muy sensibles a cualquier mención de una posible paz que implique su salida del territorio siendo, sin embargo, la salida de estos habitantes un requisito sine qua non puede haber una independencia palestina y, por ende, la paz.

Cuando en 1982 se desmantelaron las colonias israelíes en el Sinaí tras los acuerdos de Camp David entre Menahem Begin y Anwar el Sadat y, en 2005, Ariel Sharon abandonó y bloqueó Gaza se dieron varias circunstancias que enseñó a los políticos la problemática de esta situación: las escenas dramáticas de llantos, la creciente crispación política y social, la ruptura de la cohesión en el parlamento y la oposición de amplios sectores del MOSSAD y del ejército etc…, provocó un seísmo dentro de la política israelí.

Cualquier mención a la salida de Israel de estos territorios es, automáticamente, una sentencia y la perdida de las elecciones para el partido que siquiera ose a tratar el tema. Además, el modelo de colonias no es al azar sino que sigue el control de los recursos del terreno (agua especialmente), el control del Mar Muerto, el Río Jordán y zonas estratégicas como las carreteras.

Sin embargo es en la región de Jerusalén-Maalé Adumim la que acumula la mayor parte de los colonos, el objetivo es judaizar esta región tan importante en el ámbito cultural y religioso pero, al mismo tiempo, romper cualquier cohesión entre los territorios del sur y el norte de Cisjordania lo cual implica el encierro de la población palestina en dos grandes zonas con Nablús como zona importante del norte y Hebrón como zona importante del sur, sin embargo estas dos bolsas de población está salpicada de colonias por lo que al final reduce a la población palestina a una serie de bantustanes locales pseudoconectados y dependientes del poder israelí.

Es, sin embargo, la Autoridad Nacional Palestina la que gobierna de forma limitada esos territorios; sin embargo para estas cúpulas de poder palestino la importancia de estas colonias radica en que mientras dure el conflicto tendrán importantes ayudas de Irán, Qatar y las diferentes organizaciones de la ONU así como protección.

Palestina, a día de hoy, es un estado no viable ateniéndonos a la realidad; una parte importante de su población está fuera del territorio en campos de refugiados y no conoce su tierra, la población de Gaza se encuentra bajo sitio en el lugar más densamente poblado del mundo y con unos ratios de contaminación y pobreza ascendentes y los palestinos de Cisjordania viven en núcleos urbanos pequeños (o relativamente pequeños) rodeado de territorios bajo control israelí que entran de forma discrecional en estas zonas palestinas bajo control de la ANP, que no puede hacer frente a estas incursiones, sin contar la precaria unión por vía terrestre entre estos bantustanes.

Palestina es una gigantesca línea de trinchera que condiciona las relaciones entre el mundo árabe y occidente, ha intoxicado las relaciones entre musulmanes y judíos (y por extensión con cristianos), ha sido un importante núcleo de conflicto entre las tesis socialistas panárabes y las tesis islamistas (OLP contra Hamás) y una apuesta fallida de varios países de Oriente Medio para contener a Israel que se ha vuelto en contra ¿las víctimas?…los millones de palestinos exiliados, sitiados en Gaza y sin soberanía en Cisjordania. (Foto: Wikipedia)

Véase también

La matanza de septiembre negro

La masacre de Sabra y Shatila

¿Quién fue Yasser Arafat?

El Kidon, los asesinos del MOSSAD

La resistencia palestina

Mujeres palestinas contra el sionismo

La ayuda cubana a Palestina

La implicación de los bancos en la ocupación palestina

Entrevista a Musa Omer Adeh, Embajador palestino en España

El fracaso de la conferencia de Manama

La represión de Hamás en Gaza

Mi experiencia en los campos de refugiados palestinos

Ningún líder de Israel es semita

El Plan Yinon

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