Mi experiencia en los campos de refugiados palestinos en Líbano

Entre los días 25 de febrero y 6 de marzo estuve en el Líbano visitando los campamentos de refugiados palestinos. Concretamente el de Ain el Hilwe en Sidón, Al Rasidiyeh en Tiro, Burj el Barajneh, Sabra y Shatila en Beirut.

En primer lugar no hubiera podido hacer nada sin la inestimable ayuda de Fayiz Bibi, que trabaja en el hospital Hamshari de Sidón, y de sus compañeros. Antes de entrar tuve que ir a un cuartel militar libanés para que me expidieran la autorización para entrar en el campamento puesto que la que había conseguido era insuficiente. Fayiz, que domina el español puesto que es médico licenciado de Cuba, fue mi guía en todo momento en ese campamento.

Visité una escuela, el hospital Al Nida y el centro cultural del grupo El Kufiyeh liderado por Houria Alfar donde entrevisté a Fátima, una de sus aventajadas alumnas. El día siguiente fui a la ciudad de Tiro, concretamente al campo de Al Rasidiyeh y coincidí con el director del hospital Balsam Zeydan al Masri y la doctora Zeydan al Masri González que me enseñaron las instalaciones del hospital y, en el segundo día, me acompañaron por los alrededores de dicho campo.

En Burj el Barajneh, Beirut, de nuevo con mi amigo Fayiz, visitamos el campamento, un centro de desintoxicación llamado Al Insan y entrevisté a Nimr, el director de dicho centro que contó la dura peripecia de la lucha en contra de las drogas en los campamentos de refugiados palestinos (que iremos tratando poco a poco).

Conocí de primera mano la situación de los refugiados en el Líbano, sometidos a un trato vejatorio que yo, personalmente, califico como segundo apartheid palestino (el primero es que el sufren en Palestina ocupada por el régimen israelí). Y es que la gestión del Líbano hacia las necesidades de los palestinos es intrínsecamente deficiente y humillante.

En Shabra y Shatila me acompañó Mohamed Kallam, un ingeniero licenciado de Cuba que me sirvió de guía y traductor por los campamentos famosos por la masacre llevada a cabo conjuntamente por el ejército de Israel y las Falanges Cristianas Libanesas 1982. La infraestructura es deficiente, vieja y llena de peligros ya que el tendido eléctrico consta de cientos o miles de cables interconectados que provocan subidas de tensión, que la luz de vaya constantemente así como accidentes eléctricos que provocan muertes por electrocución.

Documenté todo fotográficamente, con entrevistas y grabaciones para procesarlo ten una serie de trabajos a todos los niveles sobre la situación de los palestinos en el Líbano y lo que me he encontrado es un pueblo vivo, fuerte y con ganas de seguir viviendo. Con hombres y mujeres fuertes, mujeres que participan activamente de la vida cultural, política, administrativa, diplomática y, como no, social a todos los niveles.

La OLP, único representante legal de Palestina, es una conjunción de diversas formaciones de la cual la más importante es Fatah, aunque muchas otras forman esta organización que, con su esfuerzo trata de solventar y cubrir a la población palestina en el Líbano pero, también, a el seguro médico palestino cubre a los refugiados sirios que tras la agresión de Estados Unidos y demás estados acólitos, han entrado en masa en los campamentos. Es más, la cobertura médica se hace extensiva a los libaneses pobres que no pueden costearse la sanidad.

Mientras los palestinos tienen vetados más de setenta profesiones en Líbano, trabajos a los que no pueden acceder y, si lo hacen, aunque sean trabajos cualificados, los hacen de forma ilegal y con el miedo de ser descubiertos por los servicios públicos libaneses.

Todo fue documentado y trabajado en profundidad, tanto que fui llamado para ver al embajador de Palestina en Líbano. Ashraf Dabbour y donde pude comprobar de primera mano que la normalización de la mujer llegaba hasta la esfera diplomática con la presencia de Hiba Omar, secretaria de la embajada de Palestina en el Líbano que, en algún momento de su carrera podrá ser embajadora de Palestina ante algún país, como el antiguo secretario de la embajada palestina en Madrid (y amigo), Marwan Burini, que ahora ejerce de embajador palestino en El Salvador.

En todo caso la experiencia ha sido dura por ver las condiciones y el déficit de derechos que poseen los palestinos en Líbano pero, al mismo tiempo, la sinceridad, calor humano, cariño y amabilidad del pueblo palestino, que me ha abierto sus brazos en el Líbano y me ha mostrado abiertamente sus ganas de vivir, de conservar su historia y de volver a su tierra hace que, a pesar de todo, tenga una total esperanza ya que es un pueblo que ha sido humillado y maltratado pero no ha podido, ni podrá, ser derrotado porque como me dijo Fátima (que apenas tiene veinte años) ellos llevan Palestina en el corazón.

Durante estos días y próximas semanas iré subiendo nuevos artículos y material fotográfico interesante para ilustrar todo esto.

¿Quién es quién en la foto de portada?

Empezamos por la derecha:

  • Fayiz Bibi, médico y el hombre sin el que este trabajo no hubiera sido posible;
  • El embajador Ashraf Dabbour es quién me da la mano;
  • Un servidor en el centro con la kufiya palestina;
  • A mí derecha Fathi Abu el Ardat «Abu Maher» (miembro del consejo revolucionario de Fatah)
  • A la izquierda en la foto Hassan Natour, médico maxilofacial y presidente de la liga de dentistas palestinos.

Ashraf Dabbour, Fathi y Hassan son miembros del Consejo Nacional Palestino. (Foto: Embajada de Palestina en el Líbano).


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