La Operación Atalanta es una operación militar bajo mandato de la ONU que, desde el año 2005, ha llevado a las armadas de varios países a patrullar las costas de Somalia y proteger el Golfo de Adén y el Estrecho de Bab el Mandeb que une el Océano Índico y el Mar Rojo.
El Cuerno de África, donde se encuentra Somalia, es un estado fallido sin un poder central y, aunque de iure, es un país reconocido por la Comunidad Internacional, de facto el terreno está controlado por facciones tribales, islamistas y piratas. De hecho el país, cuyo nombre es República Federal de Somalia, con sede en Mogadiscio, no tiene ningún control real del país más allá de ciertos enclaves y la capital.
Somalilandia, con capital en Hargeisa y Puntlandia, con capital en Garowe, son dos estados de reconocimiento limitado en el norte del país y base de operaciones tanto yihadistas como de piratería. Los conflictos entre Somalilandia y Puntlandia son constantes por los intentos de la primera de ir copando las posiciones de la segunda mientras la República Federal es incapaz de recuperar e integrar de nuevo estos territorios así como de ejercer el poder en todo el territorio que sigue siendo leal a Mogadiscio.
Frente a esta desastrosa situación nos encontramos con el alza de grupos yihadistas como Al Shabaab, una rama de Al Qaeda nacida en 2006 pero que pasó a formar parte del Estado Islámico. La milicia es la responsable de establecer bases en tierra y transformas las regiones de Somalia en un santuario desde donde atacan Kenia, Etiopía o Uganda con regularidad, sus actos van más allá del mero terrorismo ya que están implicados en tramas de secuestros, torturas, venta de esclavos, tráfico de drogas o tráfico ilegal de desperdicios a través de estructuras corruptas de los poderes fácticos que gobiernan Somalia.
En la costa, sin embargo, la situación no es mejor. Miles de pescadores se vieron avocados a la pobreza cuando llegaron los pesqueros y comenzaron a esquilmar las aguas de este estado fallido que no tenía la fuerza para imponer la ley y hacer respetar sus ricas aguas territoriales.
Los pescadores vieron descender su fuente de ingresos y decidieron dedicarse a la piratería mediante un acuerdo con los yihadistas: protección en tierra a sus actividades marítimas a cambio de un porcentaje de las ganancias para la yihad. Curiosamente las actividades de los piratas somalíes no eran meros actos de terrorismo o de ataque u hostigamiento a las rutas marítimas internacionales con el fin de abrir un frente yihadista en el mar; nada más lejos de la realidad. El objetivo era cobrar el rescate.
Para ello los piratas crearon una red de intermediarios que se dedicarían a negociar las condiciones. Nadie se les resistía: cargueros, metaneros, petroleros, cargueros, veleros…todo barco susceptible de ser retenido era atacado hasta que la situación se hizo insostenible en el periodo 2000-2005.
No olvidemos que si se han creado guerras y existen pugnas internacionales por el control de los recursos estratégicos como el petróleo, la misma importancia tiene el control de las rutas terretres de oleoductos y, cómo no, la seguridad de las redes marítimas. Esa seguridad, tan importante, se vino abajo con las actividades piratas: más de 20.000 barcos pasan por esa zona.
La Operación Atalanta se organizó para la protección de toda flota que estuviera realizando actividades en la región: desde cargueros o petroleros hasta barcos pesqueros desplazados a la zona y demás flotas. En 2005 el Consejo de Seguridad de la ONU establece Resoluciones para asegurar el tráfico marítimo en la zona y en 2008, en apoyo a estas resoluciones, el Consejo de la Unión Europea el 10 de noviembre de 2008 con el establecimiento de una fuerza aeronaval dentro del marco de la seguridad europea y la defensa de sus intereses y fronteras avanzadas comunes, esto sería el esqueleto de la auténtica Operación Atalanta que, a instancias de Francia y España, comenzará el 8 de diciembre de 2008 con el Mandato de la ONU y el Consejo de la Unión Europea.
Los objetivos son los siguientes:
- Protege a los buques del Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) y otros buques vulnerables;
- Frena e interrumpe la piratería y el robo a mano armada en el mar;
- Supervisa las actividades pesqueras frente a las costas de Somalia;
- Apoya a otras misiones de la Unión Europea y a las organizaciones internacionales que trabajan para reforzar la seguridad y la capacidad marítima en la región.
La forma de combate es el patrullaje con entre 4 y 6 buques de combate de superficie y entre 2 y 3 aviones de patrulla marítima y el método de trabajo es mediante la monitorización de las actividades en la región y el flujo de información con compañías y operadoras y el seguimiento a los buques que transitan por la región y comunicar las pautas de seguridad para evitar choques con los piratas.
A la operación liderada por Francia y España junto con la Unión Europea se le suman países extra-UE como Noruega, Ucrania, Serbia, Corea del Sur y Montenegro con buques de sus armadas para así ayudar a la flota general de la Operación Atalanta, curiosamente Croacia, antes de formar parte de la UE, también envío un buque para reforzar la presencia de Atalanta en la región.
Sin embargo la tarea no es fácil ya que se han reportado choques entre piratas lejos de las costas somalíes, en la Isla de Socotra, siendo protagonistas de la liberación del buque «Universidad de Moscú» que transportaba crudo de Sudán a China, pero al no poder filiarse a los detenidos los somalíes fueron devueltos a sus barcos y pudieron huir.
Tropas españolas, por ejemplo, liberaron a la ciudadana francesa Evelyn Colombo en 2011 y, un año después, la infantería de marina liberó a unos tripulantes pakistaníes retenidos por piratas en la zona. La problemática sobre estos delitos estiba en la necesidad de identificar a los piratas, detenerlos y procesarlos.
Si los ataques se han dado en las aguas somalíes es un delito que debe ser resuelto mediante el derecho interno del país pero el problema radica en que en Somalia no existe el Imperio de la Ley y, en caso de poder ser procesado, tampoco existen garantías de un trato humanitario y, si está en aguas internacionales ¿de quién es la jurisdicción para juzgar a los detenidos?, del pabellón del barco o depende de la nacionalidad del ejército que les captura.
En caso de guerra serían prisioneros de guerra pero al no existir una declaración de este tipo la cuestión es mucho más complicada, eso unido al hecho de que muchas veces los somalíes piratas son menores, no pueden filiarse o no existen los medios para poder procesarlos convierten la cuestión jurídica en un laberinto que hace que algunas tropas, como las fuerzas armadas rusas, decidan liberarlos y devolverlos a la costa permitiéndoles salir del pecio.
Al mismo tiempo, el control de tramos de costa por parte de la alianza yihadista-pirata en regiones supuestamente bajo control del gobierno de Mogadiscio complica las operaciones de Atalanta a la hora de perseguir o atacar las posiciones de estos grupos, a pesar de la petición de ayuda por parte del gobierno federal somalí.
En todo caso la situación es muy delicada en estas tensas regiones donde las fronteras son permeables, los grupos yihadistas campan a sus anchas y las regiones en las fronteras de Yibuti y Eritrea son inestables sin contar con la Guerra Civil que asola Yemen, en las costas al frente de Somalia junto con la coalición saudí que ataca el país sin cesar.
La cuestión es difícil pero la iniciativa íbero-francesa continúa asegurando uno de los puntos estratégicos del mundo. (Foto: Wikipedia)
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