Para ver Irán Zamin (parte 2): el iranismo como eje geopolítica (pulsa aquí)
Irán zamin (parte 3): el bloque antioccidental y la resistencia hispanoamericana (pulsa aquí)
Irán, en 1979, cambió de rumbo en Oriente Medio pasando de un Imperio a la República Islámica en Irán, tras la crisis interna que estuvo a punto de provocar una guerra civil y tras la Guerra de Irak el gobierno de Irán se vio en la necesidad de diseñar una estrategia que le permitiera poder proyectarse en la región, esta proyección tendría dos grandes bases:
Chiísmo religioso y chiísmo social
El chiismo sería la base de la alianza iraní en sus relaciones internacionales dentro del espectro geopolítico del Oriente Medio y, en los años ochenta y noventa sólo podría ponerlos en práctica a través de la vinculación de los Pasdarán y el Basij con AMAL y Hezbollah en el Líbano, único grupo armado que no depone las armas tras los Acuerdos de Taif y que monta una estructura de estado paralela que logra desplazar el débil estado libanés.
Eso asegura, ya en los años noventa, un equilibrio de poder en Líbano que permite a Teherán centrarse en su importante aliado en el Oriente Mediterráneo, por otro lado, estaba Hafez al Asad, socialista y laico sirio, pero de origen alawita, rama minoritaria del chiismo existente casi exclusivamente en Siria, pero núcleo duro del Partido Baaz de Siria, enemistado con el Baaz de Irak eminentemente sunita y panarabista.
De hecho, por esta realidad Hafez al Asad siempre desconfió del mundo árabe, tanto de las monarquías del golfo como del socialista Sadam Hussein ya que temía una traición o cualquier tipo de ataque directo o indirecto a través de aliados interpuestos, esto implicó que tras la revolución islámica de 1979 en Irán las relaciones Damasco – Teherán se hicieran fuertes, tanto que Siria envió voluntarios a Irán para combatir contra las tropas iraquíes.

De hecho, el tandem Siria-Irán mantendrán a Hezbollah en Líbano durante los ochenta, noventa y hasta 2005, cuando Siria abandona Líbano y momento a partir del cual Hezbollah puede valerse por sí mismo de tal manera que derrotará a Israel en 2006, aunque seguirá dependiendo de Siria hasta la caída de Bashar al Asad en 2024. En ese momento dará un giro que preverá los movimientos iraníes en la próxima década, modifica su manifiesto y pasa de ser una milicia jomeinista para Líbano a una milicia secular, con esto Hezbollah abre las puertas a cristianos, drusos y hasta sunitas, cosa que Irán hará durante la durísima década de 2010 hasta ahora buscando apoyos entre grupos oprimidos como los cristianos.
El proceso de la revolución chiita, como se vio en Irak, consistió realmente en, como dijo Rafsanyani, en la reclamación de soberanía y poder de la mayoría de los iraquíes, chiitas marginados durante el gobierno de la monarquía hachemita de Irak, el gobierno republicano y la dictadura de Sadam Hussein. Eso redundó en el poder chiita en Irak y en el triunfo de Irán.
Sin embargo dentro del Chiismo ideológico de Irán existía una fuerte vertiente política antisionista, antiwahabita y antisalafista que confiere una fuerza ideológica en bloque a estos países que, de forma atropellada, van constituyendo y cooperando en la región mediante ingeniería diplomática, apoyos, intercambios comerciales, geopolíticos, financieros y en materia de inteligencia entre los diferentes estados a fin de identificar enemigos comunes, detectarlos, combatirlos y apoyar estructuras aliadas.
Irán Zamin a partir del 2000
El gran espaldarazo para el bloque ideado por Irán vendrá con la Guerra de Irak de 2003 cuando Sadam Hussein es depuesto del poder en Irak, el sistema de reparto de poder ideado por Estados Unidos tras el fin de Baaz aparta a los sunitas (considerados radicales de Al Qaeda o criptobaazistas) por lo que el mayor reparto de poder cae entre los chiitas, dirigidos por Ali al Sistani por lo que la red de iniciada por Qassem Soleimani en 2002 que incluía milicianos, Pasdarán, inteligencia, dinero y apoyo para la postguerra logra apuntalar a las milicias chiitas entorno a los mensajes de Sistani y, en menos medida de Al Sadr, que da corpus ideológico al gobierno chiita en Bagdad. La posición de Al Sadr, siempre ambigua será a la larga positiva para Irán ya que Al Sadr, a pesar de ser un nacionalista árabe que se resiste al poder iraní, su condición de líder chiíta ahoga a sus partidarios y los acaba acercando a Irán, aunque sea de forma indirecta a través del nacionalismo árabe chiíta.
Por primera vez Bagdad y Teherán comparten correligionarios y gobernantes, sin embargo, el hito del 2003 será revalidado por la Guerra de 2006 entre Israel y Hezbollah en la cual la milicia chiita libanesa será capaz de frenar a Israel, ganando prestigio y demostrando que ya es una milicia madura, independiente y con un servicio de inteligencia y militar al nivel de las mejores organizaciones de Oriente Medio.

Junto a esto será, sin embargo, la primavera árabe lo que otorga a Irán la gran oportunidad de crear el Iran Zamin, la Gran Irán ideológica. Esto se basa en varios puntos:
-La ayuda total a Siria en la forma de envío de milicianos y voluntarios Pasdarán y Basij y la toma de posiciones en las regiones controladas por el presidente sirio Bashar al Asad con el objetivo de establecer un corredor desde Irán hasta Siria cruzando desde Irak por el estratégico paso de Al Bucamal y llegando hasta el Líbano con Hezbollah. Con ello Irán logra dinamizar recursos financieros y militares en una doble estrategia: dominar las llanuras del Tigris y el Éufrates, reforzar y adelantar su defensa y rodear por el norte a su gran enemigo Israel;
-La creación de milicias chiitas proiraníes ideológicamente estables como la Liwa Fatemiyoun en Afganistán (fundada por Ali Reza Tavasooli de etnia Hazara) y la Liwa Zainebiyoun de Pakistán (comandados por Haj Haider) e implantadas en Siria e Irak;
-Promoción de milicias autóctonas y regionales: Kataib Imam Ali, Ejército de Al Mahdi, Kataeb Hezbollah, Organización Badr, Asa’ib Ahl al-Haq, Kata’ib Sayyid al-Shuhada, Kata’ib al-Imam Ali, Abu al-Fadl al-Abbas, Harakat Hezbollah al-Nujaba, Saraya al-Khorasani, Kataib Rouh Allah Issa Ibn Miriam, Kataib Rouh Allah Issa Ibn Miriam, Saraya Ashura, Shabak Militia que más tarde formarían una coalición de milicias llamada: Fuerzas de Movilización Popular con mando y estructura unificada (siguiendo la fatwa de Sistani) y bajo la autoridad del Primer Ministro de Irak (Chiita);
-Ayuda a las milicias de Yemen, especialmente al Movimiento Ansarullah (Huthies) mediante apoyo de inteligencia, tecnología, dinero y formación de combatientes, inversión que ha resultado en una defensa profunda de las posiciones del eje de la resistencia en la Península Arábiga situándose al sur de uno de sus dos grandes rivales (Arabia Saudí, con quién hace frontera) y con el control de las aguas territoriales yemenitas bajo el control de Ansarullah por la posesión de su línea de costa en una de las zonas más ricas y concurridas para la pesca así como para el tránsito internacional siendo estratégica la posición de Ansarullah;
-Envío de oficiales de inteligencia y militares para la ayuda y planificación de operaciones en la zona.
La estrategia de milicias tiene un componente arquetípico en la concepción de expansión persa y se basa en un embrión de las antiguas satrapías administrativas aqueménidas, arsácidas y sasánidas basadas en el acomodo de un líder – gobernador con autonomía y poder militar propia que actúa dentro de su legitimidad pero que responde, en caso de ser necesario, ante un superior con autoridad y potestad para exigir ayuda y apoyar en caso de ser necesario, pero al cual se le puede exigir ayuda, por lo que estamos hablando de la construcción de un sistema imperial. Este pacto de honor es lo que ha permitido que la agenda persa en su teoría geopolítica del Irán Zamin no haya sido corrosiva ni haya sido corrosiva ni haya erosionado a las comunidades que se han acercado al poder de Teherán por la amplia autonomía de sus aliados.
Esto dará buena cuenta del poder de Irán en la región de Oriente Medio creando todo un bloque estable y centralizado controlado por Seyyed Ali Jamenei en la forma de «Primus Inter Pares» (o líder de líderes) por el cual los líderes regionales en Líbano (a través de Naim Qassem, heredero de Hassan Nasrallah, pero también AMAL y el Partido Social Nacionalista Siria – Rama Libanesa), Siria (Bashar al Asad hasta 2024 y desde 2025 los líderes del Partido Nacional Socialista Sirio, Frente de Resistencia Islámica en Siria, Águilas del Torbellino, Resistencia Popular Siria, Consejo Militar Baazista de Siria para la Liberación de Siria, Brigada Escudo Costero Baazista de Siria), Irak (Falih al Fayad, líder de las Fuerzas de Movilización Popular bajo el control del Primer Ministro de Irak y Ahmad al-Hamidawi, Akram al-Kaabi, Qais Khazali, Abu Ala al-Walai y Haydar Muzhir Ma’lak al-Sa’idi líderes de la Resistencia Islámica de Irak), Yemen (Abdelmalek al Houthi) están bajo la supervisión determinante de Irán que, a través de los Pasdarán y la VEVAK, mantienen la entente.

En este caso el modelo imperial lo sustenta Seyyed Ali Jamenei y los «príncipes» coordinados que son los modernos líderes de esta entente que están cómodos con la misma porque sólo en casos de extrema necesidad (como en el caso de la guerra de Siria, Gaza o Yemen) deben realizar labores supeditados al interés general del bloque que, al mismo tiempo, responde a los intereses generales de Irán como eje central de la ideología de Teherán como eje garantizador de la existencia de la subcivilización chiita frente a los sunitas.
Hay que ser capaces de entender que, aunque tengan una gran capacidad militar en el campo de la guerra asimétrica, lo cierto es que estas estructuras son políticas y sociales, con una fuerte ideologización, organización y estructura subsidiaria a la del estado en la que habitan y que tienden a realizar labores de caridad que van más allá de la mera alimentación de la población sino que, con las limitaciones propias de estos contextos, ofrecen servicios médicos, educativos, de asistencia y seguridad que logra atraer muchos adeptos.
De hecho, la mayor prueba de esto se debe a la respuesta a la agresión israelí contra la Franja de Gaza desde octubre de 2023. Tras la “Operación Inundación de Al Aqsa” de Hamás, que pasó al bando de la entente chiíta en 2017 (siendo un grupo sunita). Debido a esta operación de los israelíes el Eje de la Resistencia ha atacado Israel desde Líbano con ataques coordinados de Hezbollah y AMAL, en Yemen los ataques de Ansarullah con cohetes que han impactado en el sur de Israel y las acciones de guerra marítima ha logrado desmontar el comercio internacional con origen, destino y bandera israelí (que recibe mercancías por tierra, lejos de las capacidades de acción de Ansarullah…por ahora. Estas mercancías se descargan en territorios saudíes o emiratíes, cruzan la península arábiga hasta Jordanía y de ahí pasan a Israel) pero también de sus aliados, que han visto cómo sus navíos (británicos o estadounidenses) son atacados y hundidos en la región.
Sin contar con los ataques a la presencia de bases de USA en Irak y Siria por parte de las milicias iraquíes y el ejército iraní.

Conclusiones
Todo un bloque movilizado en primer lugar por la vinculación del poder socio-religioso y su desarrollo ideológico a través de mezquitas y madrasas dinamizadas por líderes religiosos poderosos y carismáticos, pero, a nivel social, dinamizado a través de los sentimientos de ser los hijos de la nación chiíta sometida que ha despertado y de la necesidad de pertenencia a un grupo mayor capaz de generar recursos frente a unos estados en quiebre, corruptos e incapaces.
La capacidad, por lo tanto; de estos grupos de generar orden, restablecer la armonía social en escenarios posbélicos y generar recursos ha generado entre los jóvenes y otros voluntarios chiitas, pero sin un ánimo especialmente religioso, una idea de gratitud frente a la ayuda recibida y el desarrollo de un chiismo identitario a través de la propaganda tanto religiosa como secular que se ha transformado en un chiismo sociológico basado en el patriotismo e identidad, que ha reforzado a nivel de influencia regional el papel de Irán, el apoyo que recibe y ha logrado llegar a las masas reforzando un Eje de la Resistencia y proyectando las primeras fases del nuevo imperio persa, el Irán Zamín a pesar de los problemas al oeste del Éufrates con los ataques a Hezbollah y la caída de Bashar al Asad.