Hezbollah es uno de los actores más importantes de Oriente Medio desde los años ochenta, fiel aliado de Irán y Siria es, asimismo, uno de los grandes enemigos de Israel.

Hezbollah nace durante la Guerra Civil del Líbano como una escisión del grupo miliciano chiíta AMAL, si bien su manifiesto fundacional se publica en 1985, fue fundado de facto en 1982 y en 1992 se constituyó como partido político tras los Acuerdos de Taif.

Rápidamente capitalizaron el apoyo de Siria y de Irán debido a su carácter jomeinista que pretendía aplicar las tesis de la triunfante revolución iraní en el Líbano, tesis que fueron evolucionando durante la época de Hasán Nasrallah hacia una tesis democrática y multicultural compatible con el sistema democrático, de hecho Hezbollah se ha ganado el respeto, cuando no la adhesión directamente, de cristianos y drusos libaneses.

El papel de Hezbollah en el Líbano es el de una milicia fuertemente ideologizada en torno al chiísmo, eje central de su ideología, pero también frente al antisionismo capitalizando los sentimientos antiisrael tanto de los refugiados palestinos que viven en el Líbano como de sunitas o cristianos libaneses que también rechazan a su vecino del sur.

Otro eje central de su ideología es el antitakfirismo, de ahí su constante lucha contra Al Qaeda y sobre todo DAESH lo que hizo ganarse el apoyo de muchos cristianos y musulmanes moderados, especialmente en Siria. Debido a esto han surgido otras ramas de Hezbollah en otros países de Oriente Próximo como Irak (Kataeb Hezbollah, por ejemplo).

Junto a su ideología revolucionaria, que también ha atraído a grupos de izquierda hay que destacar que presenta un marco ideológico patriota libanés que envuelve su tronco argumental y le salva de ser visto como un partido sectario atrayendo a múltiples capas no chiitas e, incluso, no musulmanas de la región.

De modo que al mismo tiempo que cumple la doble función de protección de la comunidad chiíta y de comunidades no islámicas dentro del Líbano es garante de la integridad del territorio frente a Israel o diferentes grupos terroristas.

Otro elemento de apoyo de Hezbollah consiste en el trabajo de caridad. El Islam es una religión que da mucha importante a la labor social y Hezbollah no es diferente. Realizan obras de restauración de infraestructuras como se produjo tras la guerra de 2006 contra Israel cuando se declaró la Yihad al Bina para reconstruir las instalaciones atacadas así como labores caritativas con los pobres, enfermos y niños.

Hezbollah, por ello, posee una capacidad económica independiente de la economía libanesa ya que posee toda una infraestructura que le permite sobrevivir, mantener miembros y hacer labores sociales asegurándose una amplia simpatía social frente a otros grupos que no hacen nada de eso.

El Kader Al-Hassan, el banco de Hezbollah, es una de las estructuras de Hezbollah más importantes al encontrarse dentro de la llamada economía islámica, paralela a la economía capitalista conocida, por ejemplo; en el caso de la economía islámica la riba (interés) está prohibido y se conceden préstamos a casi todo el mundo. ¿Lo importante es el dinero?, no sino fidelizar a una población otorgándoles servicios bancarios, de cambio de moneda, caja fuerte etc…, la solidez del sistema bancario de Hezbollah ha hecho que los libaneses hayan acudido a estos frente a los atropellos de los demás bancos en el país que llegaron, incluso, a congelar las cuentas de los ciudadanos por la grave crisis que vive el país lo que desembocó en una oleada de atracos armados a bancos por parte de los ciudadanos, desesperados por no poder disponer de su dinero.

En este caos Hezbollah, por su credibilidad y respaldo por sus actividades económicas, vinculada a sus movimientos diplomáticos, representó la opción más segura para el ciudadanos libanés medio.

Esta red financiera, que se apoya en el comercio de productos de Irán, Siria e Irak acaba en la red de supermercados Al Nur, parte del entramado de Hezbollah. Mientras la inflación crecía en Líbano y los precios subían los supermercados Al Nur mantuvieron los precios bajos todo lo que pudieron y, además, otorgaban descuentos a familias pobres o en riesgo de pobreza y ofrecían ofertas que logró fidelizar aún más a la población. Sin embargo no sólo comercia sino que en las zonas controladas por Hezbollah animó a los granjeros y productores locales a trabajar en los campos creando cooperativas agrícolas y ganaderas que asistían a los depósitos de los supermercados Al Nur. De hecho el mismo Hassan Nasrallah llamó a esto “la Yihad agrícola e industrial”. Apostando por el empleo, la estabilidad y los precios baratos…esa es la fórmula social de Hezbollah así como la confianza y la solidez lo es en su programa bancario.

En el año 2020, durante la pandemia de COVID-19, Hezbollah hizo una campaña económica y comenzó a introducirse en el mercado farmacéutico del Líbano logrando, de nuevo, aplicar su fórmula de: servicio social + precios asequibles = fidelización de la población y obtención de otro canal de financiación logrando la independencia económica de Irán, descargando al Estado libanés y burlando las sanciones económicas contra el partido político.

Por lo que podemos concluir que la “financiación iraní” que existe al formar parte del mismo eje internacional y regional, el “eje de la resistencia” es una colaboración económica rutinaria, no una ayuda benéfica o una donación sino el pago proporcional de cada una de las partes en sus programas y proyectos regionales comunes siendo que es mayor el interés geoestratégico de Irán en Líbano a través de Hezbollah que el de Hezbollah con Irán ya que el enemigo de este grupo (Israel) está mucho más cerca de Líbano que de la República Islámica de Irán.

A nivel diplomático las actividades de Hezbollah en Irán, Irak, Siria, Yemen, Palestina son bien conocidas, cercanía geográfica, “media luna chiíta en Oriente Medio”, sincronía ideológica…pero ¿fuera de Oriente Próximo?, las relaciones de Hezbollah con países como Venezuela, Nicaragua, Cuba es muy interesante. Soporte geopolítico, intercambio de productos y difusión ideológica. Las misiones de dawa religiosa, que coinciden con las de Irán, e ideológica ha conquistado a grandes revolucionarios ateos de la región que, sin hacerse musulmanes, apoyan a Hezbollah.

El papel en África es también llamativo. La base de Hezbollah, como un estado, se basa en el comercio y el intercambio buscando apoyos en lugares donde hacer negocios como Senegal, Gambia o Nigeria, países con una economía débil pero prometedora.

Hezbollah es un estado dentro del estado, posee su rama política, económica y militar. La rama política realiza su función enmarcado dentro del sistema político libanés y tienen presencia en alcaldías y en el parlamento, de hecho son miembros del gobierno.

Su rama militar ha ido evolucionando y ahora podríamos dividirla en tres grandes pivotes.

A-) Lucha contra el sionismo, al que se enfrentó durante la guerra de 2006;

B-) Lucha antiterrorista fuera del Líbano, como hemos visto en las acciones militares de Hezbollah en Siria;

C-) Lucha antiterrorista dentro del país, como hemos visto también en acciones contra miembros de Al Qaeda o del Estado Islámico, tanto repeliendo las acciones en las montañas de Qalamoun como mediante acciones policiales deteniendo sospechosos de pertenecer a estos grupos.

LÍDERES Y ESTRATEGIA DE HEZBOLLAH

Subhi al-Tufayli, 1989 – 1991

Abbas al-Musawi, 1991 – 1992

Hassan Nasrallah, desde 1992.

Hezbollah ha tenido un gran éxito tanto dentro como fuera del Líbano, dentro por lograr altas cotas de poder en el parlamento de forma democrática y por lograr la adhesión de la comunidad chiíta así como la de cristianos, drusos y ciertos sunitas.

Fuera de Líbano han logrado un éxito mayor al lograr ser reconocidos como luchadores por la liberación de Palestina así como luchadores contra el sionismo, muchas veces Hasan Nasrallah intenta separar el concepto sionista del judaísmo o de los judíos y recalca que su lucha no es contra la religión judía (Ahlul Kitab, pueblo del libro) sino contra la ideología sionista.

Ha logrado el apoyo incondicional de Irán y Siria y también de grupos como Hamás, de hecho. En la guerra contra el Estado Islámico ha conseguido establecer capítulos y grupos de Hezbollah en Iraq y ganar aliados en Yemen e, incluso, con las liwas chiitas provenientes de Afganistán y Pakistán.

Dentro de Siria su lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico le ha granjeado la gratitud del Gobierno de Damasco, que ya había ayudado a Hezbollah anteriormente, de modo que la relación entre la milicia y el gobierno de Damasco y de Teherán es una relación bilateral perfecta en la cual estas entidades se apoyan entre sí para lograr fines comunes que son la derrota del sionismo y del terrorismo wahabí en la región de Oriente Medio.

Pero no olvidemos que Hezbollah no responde a esa imagen de organización de fanáticos milicianos que se da en Occidente. Es una organización perfectamente engrasada y compleja y un actor en el comercio internacional, en el sistema bancario y financiero que se proyecta en la política interna del Líbano teniendo peso político en el parlamento y en el gobierno (ha participado en gobiernos de coalición) pero también a nivel social, en la que gasta una gran parte de su programa económico y es que en Líbano, un país pobre y con un grave problema de corrupción, familias chiitas, sunitas, drusas o cristianas dependen de Hezbollah y sus supermercados para asegurar un plato de comida caliente a su familia, por eso Hezbollah es un grupo llamado a gobernar Líbano y es muy incómodo para Occidente.