Irán Zamin (parte 2): el iranismo como eje geopolítico

Para ver Irán Zamin (Parte 1): el chiísmo como soberanía y geopolítica en Oriente Próximo (pulsa aquí)

Frente al modelo de chiismo que hemos visto en la primera parte, que es masivo en la región del Oriente Medio, Cuenca del Tigris-Éufrates – Mediterráneo Oriental y que ha sido capaz de ordenar un bloque capaz de sobrevivir a las embestidas de Israel, el bloque suní de Arabia Saudí-Emiratos (salafismo, wahabismo) y de Turquía que compite con Irán en esta región, pero también en Asia Central, Cáucaso y Afganistán, nos encontramos con otro modelo imperial para Irán: el iranismo.

El iranismo es otra estrategia que no siempre va de la mano del sentimiento religioso ya que hace ver la importancia de la herencia cultural, lingüística y étnica de los pueblos iranios del cual la República Islámica de Irán se siente como heredero directo de los Imperio iranios y, al mismo tiempo, como eje central, protector y promotor de esta cultura.

Hay que entender que los imperios iranios se extendieron desde las estepas del Asia Central, concretamente al sur del río Sir Daria hasta Yemen o el Mediterráneo y ahí quedó una impronta persa en la forma de chiísmo pero en otras regiones el chiismo fue secundario ya que primó el elemento cultural. Cuando los imperios, que dominan el territorio mediante el poder duro, es decir la fuerza político – militar, se hunde este poder, incapaz de controlar todo el masivo territorio queda relegado al corazón étnico del imperio (en este caso los persas) pero deja todo un semillero a través del poder blando…es decir, la cultura y la mezcolanza (a veces claro sincretismo cultural) en sus regiones y ejemplos hay varios como por ejemplo el proceso de fusión entre los restos de la cultura timúrida turco – mongola con elementos perso – islámicos en formas literario-legendarias, culturales como la fiesta del Nowruz o en la arquitectura y cultura cotidiana, sin contar con elementos étnico-culturales puramente iranios como los tayikos (dispersos más allá de Tayikistán siendo una minoría importante en Afganistán o Uzbekistán), los pamiris o los pastunes de Afganistán o Pakistán, que hablan y tienen cultura irania aunque no necesariamente persa. Por otro lado, están los hablantes de darí, el persa de Afganistán.

Uno de los escenarios donde mejor ha funcionado esta ideología ha sido, precisamente, en Afganistán donde a través del chiismo se hicieron fuertes como aliados naturales de los hazara (un grupo chií hablante de persa y étnicamente turco-persa) pero, como iranios, se hicieron protectores de los pastunes y tayikos, lo cual se tradujo en unas relaciones estables y amigables con el Emirato Islámico de Afganistán (Talibanes) a pesar de poseer una grave crisis en 1998 con el ataque al consulado iraní en Kandahar. Por su dispersión y la gran cantidad de pastunes nativos de Pakistán el pastún es más cercano a Pakistán que a Irán, aunque por motivo de la emigración por las muchas guerras en Afganistán haya más de 3 millones de pastunes afganos nacidos en Irán como segunda o tercera generación de refugiados, tema tratado, por ejemplo, en la célebre película “Barán” del director persa Majid Majidi.

Irán protegió a Gulbuddin Hekmatiar líder de Hezbi Islami (un grupo radical sunita) y a otros elementos de la región, esto se debe a que, a pesar de que los pastunes y tayikos hablan sendos idiomas vinculados muy de cerca al persa moderno de Irán, el proceso de urbanización del país atrajo a muchos otros grupos étnicos no iranios a las ciudades y se fueron «iranizando» en sus costumbres, tradiciones y en la lengua, ya que adoptaron el darí (el idioma persa de Afganistán).

No olvidemos que, de hecho, en el siglo XX existieron dos Shah: el Shah de Persia (el último del cual fue el famoso Mohammed Reza Pahlevi) y el Shah de Afganistán: Mohammed Zahir Shah, ambos tenían una profunda relación de cooperación entre sus dinastías.

Esto se ha traducido en una influencia muy poderosa en Afganistán que va desde la cercanía fraternal hasta el distanciamiento más agresivo pero también otorga a Teherán la capacidad de una penetración en profundidad en la región que, a veces, ha sido fuente de estabilidad al suavizar relaciones entre radicales islamistas sunitas afganos y población chiita hazara cuando Irán tiene una influencia moderada en la región, pero tanto el exceso como el defecto de influencia en la región ha provocado altercados y muestras antichiitas en la región causando un daño especial a los hazaras por lo que el papel de Irán en Afganistán es de un actor importantísimo sin el cual no se puede lograr la estabilidad de la región. De hecho, Afganistán es un país cuya estabilidad depende tanto de Teherán como de Islamabad, otro país con una gran influencia de cultura irania (a través de los pastunes, como ya se dijo antes y que ha tenido a Imram Khan, un pastún, como Primer Ministro)

Al mismo tiempo es Irán, del cual Afganistán ha sido parte histórica, la que a través de la cultura se ha ido ganando la simpatía de los afganos, especialmente haciendo una ingente campaña de ingeniería social promocionando las fiestas iranias tradicionales (Nowruz, Yalda) y realzando la historia conjunta del país relatada, por ejemplo, en el Shahnameh donde el gran héroe Rostam (héroe nacional de Irán) es hijo de Zal (un persa) y Rudabeh (una princesa afgana de Kabul). No olvidemos que ambos países se han invadido mutuamente…desde las invasiones persas de Afganistán hasta la invasión de los afganos de Irán creando el efímero Imperio Hotaki, caso similar al de los kurdos Zand que gobernaron una corta dinastía desde la ciudad de Shiraz y que cayeron ante la dinastía Qajar, sus grandes enemigos…de origen turco.

Volviendo atrás, toda esta rica historia permite que a través del iranismo, que ha ido calando en profundidad en Tayikistán, región que sufrió la embestida yihadista en los años noventa y que se encuentra bajo una influencia importante de Rusia e Irán, dio un golpe de timón a partir del año 2014 cuando los tayikos comenzaron a cambiar sus apellidos del ruso al persa (iranizándolos) como un elemento nacionalista.

Tayikistán, ex república soviética del Centro de Asia, es la última frontera persa antes de entrar al mundo túrquico centroasiático. Sin embargo, el papel de Irán aquí no es religioso ya que los tayikos y pamiris, a pesar de ser musulmanes sunitas, no tienen en la religión una seña de identidad especial tras más de setenta años de ateísmo de estado por lo que la influencia de Irán en esta región es meramente nacional e identitaria.

En paralelo a esto la influencia sobre Turkmenistán, Kazajistán, Uzbekistán y Kirguistán, a pesar de ser una región túrquica a nivel lingüístico y étnico y zona natural a la que Turquía está dedicando un gran esfuerzo diplomático es, sin embargo, una zona muy ligada a Irán a nivel cultural e histórico, de hecho, estas repúblicas ex soviéticas donde el islamismo radical apenas ha hecho acto de presencia posee una identidad mixta turco-persa que Teherán está aprovechando como dijimos antes por el sincretismo que se produjo en los estertores del imperio timúrida al unirse con elementos culturales persas que yacían en estas regiones desde tiempos inmemoriales.

Esto lo aprovecha promocionando las etapas históricas de unión (especialmente bajo el Imperio Timúrida) a nivel cultural, de nuevo, promocionando las fiestas tradicionales iranias como el Nowruz o Yalda.

Entre los kurdos la estrategia es parecida a la de Afganistán, esta comunidad a pesar de haber sido problemática para Irán por sus intentonas secesionistas es vista como el pueblo iranio más occidental por lo que posee una alta influencia cultural de Irán a nivel de fiestas tradicionales antes mencionadas, pero también a nivel social y cultural, de hecho, Irán apoyó a los kurdos (y sirios) pero a los kurdos directamente cuando Turquía invadió el norte de Siria en 2019.

Es Irán un gran equilibrio entre el baaz sirio alawita de Bashar al Asad y varias milicias kurdas del norte de Siria, que Irán protege y coordina con Damasco para normalizar la situación del país. No nos olvidemos que ahora los kurdos de Rojava y del Kurdistán Iraquí poseen una amplísima cota de autodeterminación que en el caso de los Kurdos de Irak tratan de reforzar mediante una ofensiva de revolución cultural (no al estilo maoísta) sino en el sentido identitario promocionando la identidad kurda frente a turcos y árabes. Este movimiento ha calado entre grupos ultranacionalistas que, aunque de forma muy sucinta, promocionan la conversión hacia el zoroastrismo o el yezidismo, de hecho, se han detectado una tendencia a la conversión a estas religiones desde el islam (probablemente como respuesta al horror del DAESH y la posición, cada vez más religiosa, de Turquía). 

En todo caso vemos como los ejes del modelo iraní son los que configurar un gran espacio en el Centro de Asia y en Oriente Medio que sea capaz de dinamizar todo un motor iranio, este bloque tendría como objetivo convertir a Irán en una gran potencia regional en las regiones centrales de Eurasia, mantener un espacio vital de desarrollo geopolítico, comercial y financiero que ayudara a su economía a establecer y aplicar los principios de fronteras avanzadas donde combatir a sus enemigos (que habrían pasado de su propia frontera (en el caso de Irak hasta 2003) a la frontera de Siria-Líbano con Israel o del golfo Pérsico con Arabia Saudí al estrecho de Bab el Mandeb en Yemen.

Al mismo tiempo este bloque otorgaría densidad diplomática para poder relacionarse de forma bilateral perfecta y en igualdad de condiciones con otros bloques como el árabe sunita-Israel en el Masrek y el Magreb (Oriente Medio y Norte de África) o el Túrquico con Turquía-Azerbaiyán-Centro de Asia pudiendo coordinar agendas con Rusia o China.

Sin contar con los armenios. Este pueblo cristiano iranio, que posee un estado-nación (Armenia) y una gran comunidad armeno-iraní ha sufrido en los últimos años una revolución interna que le ha sacado de la esfera de influencia rusa lo cual le ha situado en una posición de debilidad frente a Turquía y Azerbaiyán, donde controlaba un territorio armenio no reconocido que era la República Armenia de Artsaj que desde 2020 ha ido sido devorada por Azerbaiyán hasta provocar su total caída y presionar a Armenia para la cesión del corredor de Zangezur en la frontera armeno-iraní.

Esto se traduce en varios problemas: en primer lugar, Azerbaiyán es aliado de Israel, tendría un corredor que permitiría aumentar su poder petrolero frente a los mercados europeos, por otro lado, Israel y los miembros del MOSSAD, que tienen a Azerbaiyán como prioridad estratégica podrían moverse por territorio turco y azerí sin problema. Ahora los israelíes pueden mover a sus agentes por territorio azerí a cambio de petróleo y colaboración militar. Por lo que el bloque israelí y turco presionan a Irán desde el norte.

Israel para mover ficha en su guerra proxi con Irán y Turquía para dinamizar su sueño de penetración en Asia Central y la dinamización de su propio espacio cultural en Asia Central, una ruta propia desde Edirne hasta las fronteras de Kazajistán y Kirguistán con China. Esa doble agenda no sólo dinamizaría un comercio netamente turco (que Davutoglu y Erdogan ha ido dinamizando con acuerdos, foros culturales, organizaciones túrquicas y mucha inversión…que ha llegado hasta Mongolia), sino que permitiría abrir la ruta pantúrquica como nexo entre China y Europa, retomando Turquía su posición heredada del Antiguo Imperio Otomano, cosa que Irán no puede permitir porque hay mucho en juego de ahí que, de nuevo aprovechando, filias y fobias, amigos y enemigos históricos, Teherán se haya lanzado a proteger a sus hermanos menores porque no olvidemos…que una de las más grandes dinastías de Armenia, los “Arsakhuni” (66 d.C. con Tiridates I – 428 d.C con Artaxias IV) eran una rama menor de la dinastía imperial persa de los Arsácidas bajo cuyo gobierno la identidad armenia termina de consolidarse con la conversión de Tiridates III bajo la prédica de San Gregorio el Iluminador) por lo que la justificación de un espacio iranio está justificada a nivel étnico (a pesar de ser cristianos) en Armenia de la misma forma que en Azerbaiyán lo está a nivel religioso (es el segundo país chiíta del mundo) aunque étnica y lingüísticamente sean túrquicos.

Sin embargo, al igual que los imperios persas históricos el entramado regional, diplomático, administrativo y territorial de este «imperio» o Gran Irán se está reforzando a ojo vista y es capaz de sostener en su conjunto grandes golpes y crisis graves, de hecho el Iran-Zamin, no es la República Islámica de Irán ni responde a los intereses exclusivos de Teherán sino que es un proto imperio, de ahí que a este proceso geopolítico se le pueda definir como los albores del IV Imperio Persa.

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