La Guardia Revolucionaria Iraní

Sepah-e Pasdaran-e Enghelab-e Islami, conocidos en Occidente como el ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica, son la organización más grande, mejor entrenada y con más poder de Irán. Representan una unidad de élite con su servicio de inteligencia, fuerzas especiales, comando naval y aéreo, así como guerra cibernética. Por ello forman parte de un Centro de Actividades Especiales de alto espectro que opera en profundidad no sólo dentro del país contra grupos terroristas como Jaish ul Adl o el MEK, entre otros grupos como los separatistas de Ahvaz, sino que operan en el espacio de influencia profundo iraní (Yemen, Irak, Siria, Líbano o Afganistán y Pakistán donde han llevado a cabo operación dentro de su territorio en 2021 para rescatar guardias fronterizos secuestrados por Jaish ul Adl).

Su estructura es compleja y está dirigida por el Comandante en Jefe Hosssein Salami, Comodoro Ali Fadavi (segundo al mando), General de brigada Mohammad Pakpour (Fuerzas terrestres de la Guardia Revolucionaria), General de brigada Amir Ali Hajizadeh (Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria), Comodoro Alireza Tangsiri (Marina de la Guardia Revolucionaria), General de brigada Gholamreza Soleimani (comandante de las fuerzas movilizadas Basij), General de brigada Ismail Qaani (Fuerza Quds).

Muchas veces estas actividades no son simplemente de combate sino de obtención de información, reclutamiento, entrenamiento y formación de tropas y asistencia económica, política y militar en la creación de grupos milicianos dentro de su espectro de influencia (para ver la estrategia primaria de influencia iraní vean Irán Zamin (parte 1) e Irán Zamin (parte 2).

Desde la llegada del Jomeini al poder este grupo se dedicó a mantener la seguridad en Irán y a defenderla de sus enemigos. Se destacaron en la Guerra de Irak-Irán, pero su influencia va más allá. Son un cuerpo de élite que entrenaron y ayudaron a Hezbollah en sus primeros años. De hecho, el grupo libanés debe su estructura, entrenamiento y desarrollo en sus primeros años a los Pasdarán.

Al mismo tiempo se han especializado en penetrar en las comunidades chiítas de Oriente Medio otorgándoles apoyo en escenarios bastante duros para estos musulmanes mientras, al mismo tiempo, reforzaban y ayudaban a las milicias chiítas iraquíes, a Hezbollah en Irak y al ejército regular iraquí, uno de sus grandes aliados en Oriente Medio. Este apoyo al gobierno chiíta de Bagdad, recordemos que en torno al 60% de los iraquíes son chiítas, ha convertido al país mesopotámico en el patio delantero de Irán y en un colchón de seguridad contra Arabia Saudí e Israel al mismo tiempo que en una pieza que une a Teherán con sus grandes aliados históricos en la región, Siria y Hezbollah en el Líbano llevándoles al mar.

La penetración de los Pasdarán en el panorama regional alertó tanto a saudíes como a israelíes y norteamericanos, ya que la labor de este grupo iraní aseguraba militar y políticamente las posiciones de Irán. De hecho, este cuerpo de élite está involucrado directamente en la guerra en Siria contra el Estado Islámico debido a la amenaza que significa para los intereses ruso-iraníes en la región y, de la misma manera que Rusia desplegó a los Spetsnaz los iraníes han enviado a los Pasdarán.

Esta situación ha significado la consolidación iraní en el Líbano tras la Revolución del Cedro de 2005 ya que tanto Hezbollah como los Pasdarán reconocen que han estrechado su alianza y desarrollan operaciones militares conjuntas en Siria además de labores de inteligencia por todo Oriente Medio. Un dato interesante es que durante muchos años Hezbollah fue un grupo paramilitar de bajo perfil, pero el desarrollo del partido-milicia les han convertido en una organización de alto valor añadido y por lo tanto la relación Pasdarán-Hezbollah es bilateral perfecta y en orden horizontal.

Al mismo tiempo que esto ocurre los Pasdarán han logrado dar una buena imagen frente a la comunidad internacional, que les acusaba de grupo terrorista, (en el año 2019 Estados Unidos les introdujo en la lista internacional de grupos terroristas globales, Bahréin y Arabia Saudí lo hicieron en 2018), sobre todo después de las acusaciones de Estados Unidos a la Fuerza Quds (el grupo de élite iraní) de entregar armas y explosivos a las milicias chiitas iraquíes que atacaban a los sunitas y al ejército estadounidense pero, es más, se les acusó de tramar el asesinato del embajador de Arabia Saudí en Estados Unidos, del atentado de la AMIA (acusación conjunta con Hezbollah) y hasta el asesinato del fiscal Nissman en Argentina (se acusa tanto a Hezbollah como a los Pasdarán).

Su implicación en la lucha contra los terroristas del Estado Islámico en Siria e Irak les ha valido el reconocimiento internacional en ciertos foros. Al mismo tiempo las labores de inteligencia amenazan con contrarrestar las redes de espionaje del Mossad, la CIA y los servicios secretos árabes de Arabia, Qatar o Emiratos Árabes Unidos.

Todo ello dentro de un contexto de contracción económica que no afecta al plano militar iraní que, en este momento, está modernizando su ejército y que está llevando a cabo su programa nuclear tras la crisis de los acuerdos con Estados Unidos.

Los Pasdarán, también, han realizado labores de inteligencia en América Latina buscando entre los grupos de expatriados y comunidades iraníes y chiítas cobertura para poder expandir redes de inteligencia e influencia, al mismo tiempo que estrechaban lazos con países claramente antisionistas y antiwahabistas como Venezuela, Bolivia, Nicaragua o Cuba, entre otros. Otra de las labores de inteligencia que realizan es la del control de los grupos disidentes iraníes y la penetración en sus organizaciones, que podían ser capitalizadas por potencias o grupos terroristas enemigos de Irán. Su presencia también ha sido detectada en Bahréin, Emiratos Árabes Unidos e, incluso, en Arabia Saudí.

La situación es que el contexto de la Guerra en Siria e Irak y la crisis del Kurdistán han reforzado a Irán y a los Guardianes de la Revolución Islámica tanto dentro como fuera de sus fronteras a pesar de las revueltas internas que el país ha ido sufriendo, el último el caso Mahsa Amini, sin embargo siempre se ha encauzado la situación. Su presencia en posiciones estratégicas y su vinculación jerárquica directa con el líder supremo iraní les asegura la máxima posición dentro y, ahora, fuera de Irán.

Sin embargo tras el inicio de la Guerra de Gaza Irán se ha posicionado como una gran potencia en Oriente Próximo a través de la entente informal que lidera con Hezbollah a la cabeza y con la aparición de Ansarullah. Esto ha hecho que Israel haya sido sitiada. Israel, bombardeada desde el norte por Hezbollah y con un bloqueo en el sur que está afectando al puerto de Eilat (que ha despedido a la mitad de su platilla por la inactividad del puerto tras las actividades marítimas de Ansarullah), el hecho de que Israel esté gastando 220 millones de dólares al día en la guerra y no logre sus objetivos: matar a los líderes de Hamás ni liberar a los israelíes secuestrados da una clara visión de la posición de ambos estados.

Israel, con su crisis política y militar bombardeó el consulado iraní en Damasco y la respuesta no se ha hecho esperar. Por primera vez Irán ha atacado directamente el territorio israelí (no atacado de esa forma desde la Guerra del Golfo de 1990-91 cuando Sadam Hussein lanzó los misiles SCUD contra Israel.

De nuevo USA, defendiendo sus intereses, ha pedido a Israel que no responda porque semejante ataque como el realizado por Irán, que ha sorprendido a propios y extraños, y con el riesgo de una escalada total de las hostilidades nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta…¿poseen la Fuerzas Armadas de Irán…Pasdarán y el Artesh la bomba nuclear?, ¿De ahí su respuesta?, ¿la red tejida durante décadas por los Pasdarán es capaz de reponerse de los ataques producidos ayer en Saada (Yemen), Quneitra y Bucamal (Siria) o Nayaf (Irak).

El ataque iraní, usando drones sahid 136 para colapsar la cúpula de hierro y las andanadas de misiles de crucero Khaybar demuestra una gran capacidad de planificación, selección de objetivos, capacidad de respuesta y contención así como de gestión de crisis.

En definitiva, los Pasdarán son la élite de las fuerzas armadas de Irán, responden ante el líder y no se dedican simplemente a labores de defensa del territorio iraní. Su labor es más compleja, como su nombre implica son los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán lo cual implica su responsabilidad militar a la hora de sostener el sistema islámico y, al mismo tiempo, promocionarlo y crear núcleos político-militares que sirvan como bastiones en otros países cuyo objetivo es pasar de la estrategia de milicias a la estrategia de satrapías. (Foto: Wikipedia)

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