Los fulani, tensiones en África

Los fulanis es una de las etnias más importantes de África en el cual confluyen diversos factores propios de los movimientos de esta remota zona del mundo. Existe diversas hipótesis sobre su origen, la mayoría lo sitúan en algún punto de una zona entre los ríos Nilo, Congo y Níger, su lengua, de hecho, forma parte de la subfamilia Níger-Congo de la familia de lenguas afroasiáticas, emparentadas con el bereber y el hausa de Nigeria. Otros dicen que vienen de las regiones nilóticas del África negra y que a su llegada a la zona que hemos mencionado se mezclaron con los pueblos originarios y empezaron a hablar su lengua pero no hay nada claro.

Su nivel de mezcolanza no deja clara ninguna teoría sobre su origen. Lo que sí se sabe es que vivían en el siglo IX en las regiones del río Níger y la cuenca del Volta Negro, región que empezó a sufrir la presión de los avances islámicos, religión que rechazaron, y decidieron huir desparramándose por la zona del centro-oeste de África. Tuvieron buena acogida con los hausa de Nigeria así como con los dogon de Mali o los Mandinga y Wolof de Senegal y Gambia aunque quedaron bajo control del Imperio de Mali, del cual poco después, en el siglo XV los príncipes songhai, fulanis, comenzaron a independizarse.

Esto significó la caída del Imperio de Mali, que acabaron engullendo, transformándose en la nueva potencia a costa del Imperio de Mali y los restos del Imperio de Ghana, en esta etapa serán los Fulanis los que abracen el Islam y se conviertan en los guardianes del rigorismo islámico de escuela Kadiriya que irá imponiendo la religión a los demás pueblos no musulmanes y, de paso, islamizar aún más a los pueblos islámicos que seguían manteniendo costumbres animistas de rito africano. El imperio Songhai duró poco por la expansión y dominio del sultanato del Magreb pero su huella fue profunda en la región

A comienzos del siglo XIX se dan dos grandes hitos en la región: la Yihad contra los hausas, musulmanes seguidores de doctrinas sufíes y mucho más laxos en la práctica del Islam, que habían sido incluso consejeros de los fulanis pero que estos vieron como una desviación e iniciaron la yihad. Esto provocó que tanto hausas como fulanis no musulmanes se lanzaran en contra de la estructura rigorista de los fulani. En su expansión hacia el este y la conquista de los hausa y fulanis no islámicos creó toda una serie de principados y un califato en la región: en Macina se creó un estado fulani rigorista y el Califato de Sokoto que sería dividido en dos por Usman Dan Fodio, la occidental para su hijo Bello y la oriental para su hijo Abdallah.

Sin embargo la estructura tribal de estos imperios y los constantes ataques a las pequeñas poblaciones urbanas (casi rurales) por parte de la nobleza guerrera o los nómadas hizo ingobernable semejantes estructuras imperiales que acabaron deshaciéndose. Esto confirmaba dominios dispersos, de poca población y encerrados en su identidad religiosa rigorista que se enfrentaban entre ellos por poder o pastos hasta la llegada en el siglo XIX del colonialismo europeo que controló por completo estas zonas, especialmente esta región cayó bajo control de Francia, que desarrolló la zona e intentó establecer instituciones para canalizar estas opciones y crear una clase administrativa que pudiera resistir frente al empuje de los viejos príncipes y la nobleza tribal africana.

Curiosamente los fulanis tienen una gran presencia en países como Nigeria, Mali, Níger, Chad, Burkina Fasso, Senegal etc…, en Mali han sido un factor de desestabilización por sus malas relaciones con los dogon y los tuareg, hecho por el que muchos fulanis se unieron al MUYAO. En Bamako los fulanis han intentado controlar el poder, sin embargo en las regiones del norte, sometidas a la presión nacionalista y yihadista, los fulanis no se han quedado atrás al fundar sus milicias de autodefensa y unirse a grupos como Al Qaeda o el Estado Islámico para poder ofrecer resistencia a los avances y ataques de los touareg.

La inestabilidad endémica de la zona se ha visto sacudida por las relaciones de estos grupos, uno de ellos el Frente de Liberación de Macina, un grupo yihadista vinculado a DAESH que se ha enfrentado a otros grupos como los nacionalistas touareg pero, también, han colaborado con Ansar Dine en la guerra del norte de Mali. Todas estas vinculaciones de diversos grupos fulanis con el yihadismo en la zona ha hecho que los miembros de esta etnia hayan pasado de mostrarse orgullosos de su pertenencia a su tribu a sentirse estigmatizados por los árabes, tuaregs, dogones y otras tribus del entorno. Estigmatización que se ha traducido en la humillación de su cultura, lengua y matanzas en venganza por otros asesinatos así como la extensión del fenómeno de la sospecha contra este grupo étnico africano rico y antiguo que habita estas latitudes y cuya estructura social es muy compleja.

Son, sin dudarlo, una de las fuerzas políticas y militares más importantes de las regiones del Sahel Occidental, hay que tenerles en cuenta ya que su activismo y marcialidad ha sido uno de los factores de inestabilidad crónica en la región pero su capacidad para organizarse en estados ya en tiempos antiguos es muy interesante y debe ser explotado para dar a la región africana una mayor consistencia si logran superar su dependencia y exceso de celo en la religión y en el etnicismo tribal. (Foto: Wikipedia)

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