Los kurdos recurren a Al Asad y Rusia

Los kurdos, que durante la guerra se han posicionado mayoritariamente en grupos milicianos de autodefensa separatista en las regiones del norte se han destacado por ser unas fuerzas autónomas no dependientes del gobierno sirio, al que están enfrentados porque desean desgajar el territorio del norte de todo el legítimo territorio sirio y crear su estado, el Kurdistán.

Eso le enfrentó directamente al gobierno sirio de Damasco pero, también al Estado Islámico y los grupos terroristas islamistas ya que los kurdos no deseaban que su territorio quedase engullido por los territorios yihadistas (bajo control árabe) sino crear un propio estado de corte nacionalista, sin embargo uno de sus grandes enemigos es Turquía.

Los kurdos fueron uno de los grandes aliados interpuestos de Estados Unidos en la guerra de Siria, ayudados frente al Daesh y frente al ejército del legítimo gobierno de Bashar al Asad, los kurdos confiaban en Washington para frenar un posible ataque de Turquía, miembro de la OTAN y aliado de Estados Unidos.

Sin embargo el esfuerzo de guerra turco fue traicionado por el apoyo de las administraciones estadounidenses a las milicias kurdas, por lo que Turquía realizó toda una serie de operaciones en la frontera, concretamente en Afrín, que les enfrentó no sólo a los kurdos sino, de forma indirecta, a las tropas de Estados Unidos.

Tras la salida de las tropas estadounidenses del teatro de operaciones los kurdos han perdido la única defensa que frenaba un ataque de Turquía sobre todo el norte de las regiones kurdas de Siria. Por lo que ahora existe un gran problema, las milicias kurdas por sus ansias separatistas y sus combates contra todos los bandos, se han quedado solas.

La única oportunidad es abrir conversaciones con Bashar al Asad y con Rusia para que protejan toda esa región. Aldar Xelil, un alto político kurdo de Siria declaraba que: «Nuestros contactos con Rusia y el régimen [la República Árabe Siria] tienen por objetivo encontrar mecanismos claros para proteger la frontera en el norte. Queremos que Rusia juegue un papel importante para lograr la estabilidad». 

El territorio en disputa abarca el norte de Siria y una gran parte del este del río Éufrates, que estaría en riesgo de ser atacado y ocupado por las fuerzas turcas apoyados por las milicias turcomanas desatando una nueva tormenta en la región ya que Turquía podría replicar el modelo de la ocupación de Chipre.

Si Turquía ataca a las milicias kurdas del YPG, consideradas por Ankara como una organización terrorista, no podemos dudar de que el poder turco no abandonaría fácilmente este territorio arrebatado a Siria, ya que conseguiría dos objetivos en uno, abortar la creación del Kurdistán y proyectarse en la cuenca del Éufrates, en el corazón del mundo árabe.

Debido a ello las negociaciones entre los altos mandos de las milicias YPG, que han quedado solas y se sienten traicionados por Estados Unidos, están iniciando conversaciones urgentes tanto con Damasco como con Moscú en vista de frenar un ataque mortal sobre el territorio sirio que controlan de forma ilegítima.

De hecho no olvidemos que la operación turca «Rama de Olivo» se realizó en Afrín contra el plan estadounidense de crear una fuerza fronteriza kurda en el norte de Siria, ergo ahora que se han ido los militares de Estados Unidos, el YPG y todas las milicias kurdas están en grave riesgo de ser aplastadas por un ejército turco y unas milicias turcomanas realmente sedientas de abortar cualquier sueño de un estado kurdo independiente.

De hecho la ciudad de Manbij ya ha sido entregada a Siria por parte de las milicias kurdas que temen la conquista de la ciudad por Turquía. (Foto: Wikipedia)


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