Durante muchos años hemos oído hablar de los talibanes y de Al Qaeda en Afganistán como los dos únicos grupos armados que lucharon contra los soviéticos, muchos olvidan la Red Haqqani, uno de los preludios de Al Qaeda y base sobre la que se asentó Osama Bin Laden para crear su grupo terrorista internacional pero, sobre todo, se olvidan de Gulbuddin Hekmatiar y su grupo: Hezbi Islami.
Gulbuddin Hekmatiar es uno de los líderes pastunes más astutos e inteligentes que ha dado el denostado país centroasiático, tan capaz y astuto que sobrevivió a años de guerra contra los soviéticos, de guerra civil en Afganistán, de guerra contra Estados Unidos… sobrevivió a la custodia de los iraníes y de los temibles servicios secretos pakistaníes, a los que el propio Mulá Omar no pudo sobrevivir.
Gulbuddin Hekmatiar, ya era opositor durante la era del Shah de Afganistán y el periodo nacionalista de Daud, vivió sus inicios como miliciano en 1975 y poco a poco fue ganando fuerza y adeptos, sobre todo cuando el servicio secreto pakistaní y los Estados Unidos le usaron como uno de los líderes político-religiosos que cargarían sobre sus espaldas la lucha contra la URSS. Su milicia, Hezbi Islami, de corte islamista y centralista buscaba la creación de un Estado Islámico y superar la diferencia tribal aunque prácticamente su milicia sólo la componían pastunes.
Tras la caída del gobierno socialista la guerra entre facciones islamista le llevó a decantarse por Rabbani frente a los talibanes y su anterior aliado Ahmad Shah Masud, que le derrotó tras dos años de guerra, aunque posteriormente ambos serían derrotados por los talibanes que tomaron la capital y le obligaron a exiliarse, abandonando su cargo de Primer Ministro, mientras que Ahmad Shah Massoud se atrincheraba en su territorio del Panjshir donde sería asesinado el 9 de septiembre de 2001.
Sin embargo su milicia, extremadamente rigorista, se caracterizó por su brutalidad y por cometer crímenes de guerra. Implantó una versión muy dura de la sharía mezclada con tradiciones y legislación tribal pastún…uno de los actos por los que más sería conocido en occidente es por hacer que sus milicianos arrojaran ácido a la cara de las mujeres que no usaran burka, cortasen los dedos de las mujeres que se pintaran las uñas o asaltaran casas para destruir radios, televisores o cualquier objeto no contemplado en el Islam imponiendo el terror.
Durante todo el conflicto Hezbi Islami se dividió en tres grupos diferentes y enfrentados: Hezbi Islami Jalis, liderada por Molana Younes Jalis, Hezbi Islami Jalid Faruki y Hezbi Islami Gulbuddin. El tercer grupo se caracterizó por vincularse al narcotráfico, especialmente a la producción de opio, y su canje por dinero y armas…actividades que se contagiaron al resto de milicias islamistas que enviaban sus cargas de droga a narcotraficantes pakistaníes complementando la ayuda pakistaní, estadounidense y saudí.
Hezbi Islami acabó muy debilitado a finales de los noventa por la llegada de los talibanes, más populares que su grupo; Al Qaeda; y por la estancia de Hekmatiar en Irán (1997-2002). Durante su etapa iraní perdió toda la base de su grupo debido a la inactividad de los líderes de la organización por el aislamiento al que le sometió el gobierno iraní, que le consideraba un problema, porque provocaba más tensión a la ya existente mala relación que existía por parte de Irán con los talibanes y el gobierno pakistaní. Gulbuddin Hekmatiar, en Irán, más que exiliado se encontraba en arresto domiciliario hasta su expulsión definitiva por oponerse a la invasión de Afganistán por parte de la OTAN ya que el gobierno iraní consideraba que era un foco de conflictividad innecesario para ellos.
Tras esto pasó de nuevo a la clandestinidad saliendo de ella en contadas ocasiones, en este periodo el grupo vivió un revigorización tras años de inactividad y se unió a la insurgencia contra Estados Unidos y los aliados siendo uno de los cabecillas más buscados del país.
Sin embargo logró salvar su situación situando en su objetivo al gobierno para forzarles a negociar, en dichas negociaciones durante el año 2016 logró ser indultado y que su grupo fuera legalizado de nuevo liberándose a los miembros de Hezbi Islami y pasando a ser aliado del gobierno de la República Islámica de Afganistán siendo tolerado por parte de las tropas de la OTAN en Afganistán.
Debido a este acuerdo la ONU levantó las sanciones contra él, volvió a Kabul en 2017 y solicitó a los talibanes que abandonaran las armas y buscaran acuerdos políticos lo que según algunas fuentes hizo que los talibanes reaccionaran y comenzaran a trabajar en los Acuerdos de Doha.
Este tipo de declaraciones permitió a Gulbuddin Hekmatiar, que se presentó a las elecciones de 2019 quedando en tercera posición, salvarse de nuevo en 2021 con la toma de poder por parte de los talibanes que le permitieron a él y su grupo unirse al Consejo de Reconciliación Nacional que llevan a cabo para pacificar el país.
Desde entonces ha sido uno de los grandes apoyos del nuevo gobierno de Kabul contra el ISIS-K y la Segunda Resistencia del Norte en el valle del Panjshir siendo que su milicia está ya integrada en la fuerza militar tribal talibán en el país.
Hezbi Islami Gulbuddin es, por lo tanto, uno de los grupos milicianos y terroristas más longevos de Afganistán, vinculados a los servicios secretos pakistaníes y al comercio del opio. Gulbuddin Hekmatiar (su líder) ha sido capaz de reinventarse y sobrevivir en un escenario donde la muerte acecha en cada esquina y su organización, que en algunas ocasiones ha estado casi desaparecida, ha sido capaz de renovarse y convertirse en uno de los puntales de los talibán en el actual Emirato Islámico afgano.