Crónicas ucranianas, parte uno: 2014, el comienzo

En 2014 comenzó la Guerra de Ucrania que desde febrero de 2022 están, machaconamente, recordando cada día en los medios de comunicación de todo el mundo.

La realidad es que este conflicto se basa en la inestabilidad de un país artificial creado durante el periodo soviético y que tras la caída de la URSS se constituyó como un estado soberano donde existían varios grupos bien diferenciados y con intereses contrapuestos: la mayoría rusa, los ucranianos étnicos y los tártaros de Crimea (aunque también hay georgianos, armenios o judíos). Tras la Revolución Naranja de 2004 y la llegada al poder de Timoshenko (Primera Ministra de 2007 a 2010) las relaciones Kiev – Unión Europea pasaron por su mejor época.

En 2008 se declaró que Ucrania firmaría el acuerdo de asociación con la UE, esto generó problemas entre el Presidente (Viktor Yanukovich – 2010-2014) y la Primera Ministra que fue detenida y condenada por corrupción. La UE respondió pidiendo la liberación de Timoshenko por su delicado estado de salud ya que era el principal puente de contacto para hacer que Ucrania entrase en la Unión Europea.

En 2011 con Timoshenko fuera del poder y con Mikola Azarov como Primer Ministro por el Partido de las Regiones (proruso). En este contexto la Unión Europa prosiguió con sus intentos de atraer Ucrania a la Unión siempre y cuando el gobierno de Kiev siguiera los valores comunes de la UE y reformara el modelo de estado para que pudiera ser aceptado dentro del club Europa.

Una de las consecuencias de la entrada en la UE implicaba que Ucrania no podía ser parte de la Unión Aduanera Euroasiática (que engloba a Rusia, Kazajistán y Bielorusia, grandes socios de Ucrania), de hecho Durao Barroso, (Presidente de la Comisión Europea), declaró que un país no podía ser parte de la UE y de la UAE. De hecho entre septiembre y noviembre el gobierno de Yanukovich preparó el borrador de reformas para firmar el acuerdo de asociación con la Unión Europea.

Las injerencias de la UE sobre Ucrania hizo que en noviembre tanto Viktor Yanukovich como Mikola Azarov decidieran parar el acuerdo de asociación con la UE y preparasen, en defensa de los intereses económicos; comerciales; y sociales de Ucrania un acuerdo especial basado en una comisión de comercio entre la UE, Ucrania, la Unión Aduanera Euroasiática y otros estados de la Comunidad de Estados Independientes.

La respuesta por parte de la Unión Europea y de Estados Unidos al ver que por su política injerencista habían perdido la iniciativa en Ucrania dando ventaja a Moscú (ya que esta comisión) una reedición del plan 3+1 propuesto por Kiev y que Rusia rechazó, siendo este segundo plan de Comisión aceptado por el socio ruso, una opción de defender su soberanía.

La Unión Europea atacó usando ciberactivistas y miembros del sector de ultraderecha como Pravy Sektor, Svovoda y a los líderes ucranianos condenados por corrupción, pero que habían sido grandes líderes políticos europeístas aunque con ellos había opositores de otros países como Bielorrusia.  Lutsenko (Ministro de Interior desde 2007-2010) fue liberado el año 2013 (poco antes de la suspensión del tratado y el inicio de las manifestaciones).

Las manifestaciones se basaban en dos premisas: pro europeístas con apoyo de ucranianos étnicos (con mayoría en el oeste del país y Kiev) y con cuadros políticos de partidos de centro, derecha y extrema derecha que se coordinaban con líderes políticos aún encarcelados (como Yulia Timoshenko, en prisión hasta que fue liberada en 2014 tras el triunfo del golpe de estado), contaron con el apoyo de los tártaros de Crimea y otras etnias pero también por parte de la Iglesia Ucraniana y la Iglesia Ortodoxa Ucraniana – Patriarcado de Kiev.

Por otro lado estaban los ucranianos y rusos étnicos del centro – este del país aglutinados en partidos rusohablantes, de centro e izquierda y defensores de las tesis soberanistas ucranianas – anti occidentales y a favor de la Unión Aduanera en vez de entrar en la UE. Todo ello con el apoyo de la Iglesia Ortodoxa Rusa de Ucrania que también estaba en guerra administrativa por el cisma ucraniano.

Las protestas implicaron ciberactivismo, actos de sabotaje, ataques armados, ocupación de edificios públicos y la falta de control de varias regiones por parte del gobierno lo que implicó choques entre manifestantes. En estos choques se produjeron muchos muertos como la masacre de Odessa del 2 de mayo de 2014 donde murieron 46 personas, 214 heridos y 172 detenidos tras el incendio intencionado del edificio del sindicato de Odessa a manos de sectores de ultraderecha ucraniana que, en estos momentos, ya mostraban abiertamente simbología nazi y de Stepan Bandera.

Los ucranianos con el Maidán pretendían derrocar al Presidente Yanukovich siendo la base social del golpe de estado que se llevaría a cabo políticamente al final de las protestas. Pretendían volver a la Constitución de 2004 acabando con el proyecto de Comisión con la Unión Aduanera y distanciándose de Rusia.

Estos objetivos del Euromaidán también buscaba derogar la ley de lenguas del estado de 2012, por la cual en los rayones (provincias) donde una lengua se hablara por más de un 10% de la población se convertía en cooficial. Esto ya que se propuso durante el Euromaidán y fue llevado al parlamento golpista en 2014 aunque no prosperó hasta 2018 cuando la ley fue declarada inconstitucional.

La realidad fue que la situación en la capital se volvió especialmente tensa, la organización de los europeístas estaba perfectamente coordinada entre los líderes políticos como Klichkó, Yatseniuk y Tiagnibok asistidos por la extrema derecha de Pravy Sektor, Svovoda y Azov que ponían la seguridad, los paramilitares y la defensa de las barricadas con el apoyo de los manifestantes. Esta situación, que empezó a darse en otras ciudades del país hizo que Yanukovich propusiera una tregua, ya que la sedición podía convertirse en una guerra civil.

El acuerdo propuesto se basó en firmar una tregua; adelantar las elecciones, establecer un gobierno de transición y volver a la Constitución de 2004. En la madrugada del 21 al 22 de febrero Viktor Yanukovich desapareció de Kiev reapareciendo días después en Rostov del Don (Rusia) donde se había refugiado de un golpe de estado encubierto que se fraguó durante la tregua firmada días antes.

Su salida del país hizo que la oposición ucraniana tomara el poder, consolidara el golpe de estado, liberara a Timoshenko y comenzara una reestructuración del estado con tintes «ucranizadores» que provocó la posterior reacción armada en el este del país y la adhesión de Crimea a Rusia, provocando una grave crisis.

El abandono de los rusos y antieuropeístas por parte de Yanukovich hizo que estos quedaran durante algunos meses a merced del gobierno de extrema derecha de Kiev, tuvieran que organizarse y defenderse solos durante los primeros momentos de la Guerra del Donbass, que comenzaría el 6 de abril de 2014, y que lleva ocho años desangrando la región.

Pero aún estamos en febrero de 2014…nos queda un tramo que analizar antes de llegar a abril de 2014.

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