Para empezar a comprender qué son los talibanes hay que ir a la filología y sumergirnos en el origen y el significado de esta palabra. Talibán es una palabra árabe (Talib) tomada como préstamo lingüístico por la lengua pashtún y significa estudiante, concretamente estudiante religioso.
El movimiento talibán por lo tanto es un movimiento intelectual que nace de las madrasas de las regiones del pastunistán (regiones de Afganistán y Pakistán con mayoría de etnia pastún). Se puede ser talibán sin ser muyahidín (guerrero santo del Islam) aunque en este contexto vamos a hablar del talibán-muyahidín como columna vertebral ideológico y militar del Emirato Islámico de Afganistán.
La ideología que se desarrolla en esta corriente es una confluencia de misticismo sufí de rama deobandi con las características de la escuela jurídica sunita Hanafí (uno de los cuatro madhabs del Islam junto con la escuela malikí, shafií y hambalí) y el tradicionalismo tribal pastún, especialmente tomando elementos del Pastunwali.
A pesar de que podríamos clasificar al movimiento talibán dentro de la corriente salafista o wahabista del Islam radical la gran cantidad de elementos y variables propias afganas convierten a esta corriente en un elemento que choca directamente con estas otras corrientes. De hecho los talibanes están enfrentados dogmática y militarmente a salafistas y wahabistas.
Podríamos concluir que, ideológicamente, los talibanes representan una versión extrema tanto del Islam de corriente hanafí como una versión extrema de las prácticas tribales de los pastunes; razón por la cual ve la luz un engendro ideológico que por sus características propias ha sido muy atractivo a la tribu pastún de ambos lados de la frontera afgano-pakistaní.
Esto no implica que sea ajeno a otras etnias del país. Talibán tiene un importante número de voluntarios de otras etnias afganas. Si el Emirato Islámico es la forma política del estado y la Sharía la forma jurídica, el marco social queda encapsulado en el talibán como ciudadano ideal que vive una vida social regida por las normas que hemos citado. Debido a esto y a que los únicos estudios permitidos a las mujeres eran los islámicos podemos concluir que el modelo talibán se aplicaría, con sus diferencias y diferenciación social, política y familiar a la mujer, pudiendo ser ella también, bajo la figura de la talibana, un ideal de súbdita en el entramado social del emirato.
Por ello, el movimiento talibán es mucho más antiguo de lo que se cree. El capitán Mainwaring, en un informe de 1882, habla de la batalla de Maiwand de 27 de julio 1880 y comenta en dicho informa la existencia de unos guerreros suicidas llamados talibán que asaltaban las trincheras y degollaban a los soldados británicos.
Por lo tanto el talibán ha sido siempre un ferviente movimiento político-militar que aúna por un lado el patriotismo tribal con la visión, tribal y rural, del Islam (específicamente de corte Hanafí). En esto hay que decir que, por lo tanto la ideología talibán que se ha resumido aquí es la base de este movimiento de masas.
Al apelar a estos sentimientos frente a agresiones externas (británicos, soviéticos, estadounidenses pero también de otras tribus y etnias) se construye una ideología sostén de un sistema identitario que plasmó una base a veces amorfa y confusa de talibanes civiles y talibanes muyahidines guerreros.
Con el tiempo la ideología talibán se definió no como una mera herramienta circunstancial frente a otros sino como una seña de vida e identidad que servía para resistir no sólo los intentos de modernidad internos sino las guerras y soportar de esta forma el estrés psicológico y sociológico de la guerra a modo de tabla de salvación.
La aparición moderna de los talibanes se dará en 1994, dentro del contexto de guerra tribal en Afganistán posterior a la guerra contra la URSS, cuando el Mulá Omar movilizó a sus seguidores y partidarios para luchar contra una serie de abusos llevados a cabo por comandantes afganos locales. Ese mismo año con sus partidarios y el apoyo de su etnia pastún, de su tribu (la Hotak) la más grande de los Ghilzai conquistó Kandahar y se lanzó a la conquista del país, que nunca logró controlar del todo por la resistencia de la Alianza del Norte.
En el periodo del Emirato Islámico de Afganistán (1996-2001). Los talibanes, por la dureza de su régimen se ganó la enemistad de casi todo el mundo. Las imágenes de las lapidaciones, las mujeres con burka, los hombres con narices cercenadas, las amputaciones, la prohibición de fotos, películas etc… convirtió a Afganistán en un infierno.
Hoy. Veinte años después de la caída de los talibanes, se ha proclamado de nuevo el Emirato Islámico de Afganistán bajo el gobierno del Emir Abdul Ghani Baradar. Sin embargo la naturaleza de este régimen, por ahora, muestra diferencias con el anterior proyecto político del Mulá Omar. A pesar de que siguen siendo un movimiento islámico con un importante peso tribal tradicional no hay que olvidar que veinte años de guerra contra Estados Unidos y el mundo les han obligado a cambiar de estrategia y suavizar sus posturas si quieren asegurar su estabilidad y ser un miembro pleno de la comunidad internacional.
Debido a eso la situación de la mujer no va a ser tan extrema, en principio, como en el anterior gobierno de hecho en ToloTV ayer una presentadora con hijab entrevistó a un líder talibán, algo impensable en la etapa 1996-2001. La necesidad de los talibanes de lavar su imagen les ha hecho evolucionar hacia posturas sociales islámicas más aceptadas como las que Pakistán, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos donde el sistema islámico no reconoce los parámetros estándar occidentales de lo que sería un buen estado pero que tienen buenas relaciones diplomáticas, comerciales e, incluso turísticas con esos países.
Durante años los líderes políticos talibanes han estado en Qatar y Emiratos Árabes Unidos, conocen el sistema islámico de esos países pero también la buena imagen que tienen y la afluencia de turistas y eso es lo que van a imponer. En su política de gestos no sólo han hecho esta entrevista sino que prometieron la amnistía a sus enemigos.
En definitiva, el movimiento talibán de hoy es un movimiento identitario que sigue siendo islámico basado en una interpretación radical de la escuela Hanafí y en una aplicación radical de los principios tribales pashtunes en forma de su desarrollo regional de la Sharía pero, frente a esto, los nuevos talibanes son conscientes de que si quieren, de verdad, gobernar un emirato no pueden cometer los mismos errores que antes y, por ahora, (aunque es pronto para sacar conclusiones) parece que no lo van a hacer. (Foto: Wikipedia)