Hemos hablado en un anterior artículo sobre la presencia israelí en la Patagonia de Chile y Argentina a través del Plan Andinia, hoy hablaremos de la presencia de China en Neuquén, Argentina, mediante una Estación de Espacio Lejano ubicada en una base militar gestionada directamente por una agencia dependiente del Ministerio de Defensa de China y por lo tanto totalmente gestionada por Pekín; Argentina no tiene participación, administración ni supervisión en el lugar.
En el año 2010, tras varios años de negociación el gobierno chino de Xi Jingping y el gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner llegaron a un acuerdo por el cual se cedían 50 hectáreas de terreno durante cincuenta años para el establecimiento de un sistema Estación de Espacio Lejano que responde a las necesidades del programa espacial chino y que reabre una carrera por el espacio pero esta vez entre Washington y Pekín. La base sería diseñada, construida y equipada por miembros del ejército chino.
Se estableció el proyecto como una muestra de colaboración inter gubernamental por el cual China establecía por primera vez una base de comunicaciones fuera de su territorio. La inversión era de 300 millones de dólares, con la creación de 1500 puestos de trabajo para argentinos aunque todos los puestos estratégicos, técnicos, gestión y administración son de nacionales chinos.
La estación, con una antena de 35 metros, permite la observación del espacio profundo y otorgó comunicaciones al satélite chino Chang´e 4 con el cual China se posó en la cara oculta de la Luna y Argentina, a través de la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) ha monitoreado las señales de radio emitidas desde la estación. Argentina puede acceder al 10% del tiempo de uso de la antena para asuntos propios, de desarrollo interno o cooperación nacional así como una colaboración con la Universidad Nacional del Comahue y la Universidad Tecnológica Nacional aunque la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) declaró que no tenían personal permanente en la base sino que acuden a ella de forma periódica.
El programa de comunicaciones se situó definitivamente en Neuquén ya que iba a ser ubicado en la Provincia de San Juan pero se evitó esa región al ser una zona con actividad sísmica. De hecho esta estación, la tercera del gigante asiática, es la más importante y sofisticada de las tres y ayudará a ampliar la información que se ha obtenido de las otras estaciones y demás centros adscritos a los que se unió en 2017.

Foto de los cables de telecomunicaciones, el cable que une Argentina y Chile e
La penetración de China en Argentina abrió un intenso debate entre los defensores del acuerdo entre ambos países y la oposición al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que temían que la estación significara la militarización, por parte de China, de la región y una violación a su soberanía. Hicieron especial hincapié en la existencia de clausulas secretas temiendo por el eventual uso militar o de espionaje de la instalación ya que la gestión de la misma por parte del Ministerio de Defensa Chino excluía cualquier capacidad de Argentina para gestionar el proyecto, como ya se señaló.
Las cláusulas secretas en el acuerdo bilateral entre ambos países hacían referencia al tipo de tecnología que iba a ser usado en el proyecto (en estos casos la tecnología suele ser secreto de estado). El desarrollo tecnológico pertenece al ámbito del desarrollo estratégico de China y, por lo tanto, es obvio la existencia de cláusulas secretas para evitar actos de espionaje y filtraciones que pudieran dañar semejante trabajo de innovación.

Foto por satélite de la estación china de Neuquén (Argentina)
Cuando Mauricio Macri llegó al poder en 2015 el acuerdo se ratificó pero se incluyó una cláusula por la cual no se permitía el uso de la instalación para acciones bélicas y que en todo momento debía mantenerse como una estación de investigación científica y pacífica.
El Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) que gestiona la antena es una empresa de titularidad pública china, (en China las empresas estratégicas son públicas o con participación pública) esto despierta los recelos de miembros del gobierno argentino que no tienen buena imagen de China y, obviamente, de Estados Unidos que, en base a la Doctrina Monroe, considera toda injerencia en América como una especial amenaza. Uno de los principales temores es que el uso de la base no sea exclusivamente científico sino que su potencia sea usada también para interceptar comunicaciones.
La empresa CLTC es una empresa innovadora en materia de telecomunicaciones, control, rastreamiento, infiltración y seguimiento de paquetes de información y no olvidemos que Neuquén está relativamente cerca de las rutas de cable de telecomunicaciones intercontinental que cruza por el centro-norte de Argentina y ha causado una gran inquietud a la administración de Donald Trump que sin embargo mantiene la mayor base militar de América Latina en Paraguay.
Sin embargo, y para echar más leña al fuego, el director del CLTC es al mismo tiempo el director a cargo del Departamento General de Armamentos del ejército chino y por lo tanto las actividades del CLTC son también militares y no sólo civiles. Como dato final esta compañía provee de alertas sobre actividades en el espacio aéreo a la Fuerza de Apoyo Estratégico del Ejército de China.
Esta base científica (la primera fuera de su territorio) se une a su primera base logística-militar en Yibuti. (Foto: Wikimedia)
Por Koldo Salazar López