¿Quienes son los alawitas?

Se aborda a los alawitas desde un punto de vista político entendiendo que son los grandes beneficiados del sistema baazista en la República de Siria. A pesar de que esta comunidad tiene un gran peso en el Partido Baaz Árabe Socialista; el papel de sunitas, cristianos y drusos en el gobierno de Damasco y como altos cuadros políticos, militares y culturales es una realidad desde los tiempos de Hafez al Asad hasta los de Bashar al Asad.

Sin embargo debemos bucear en la metafísica de la geopolítica y entender el pensamiento alawita que, a través del partido Baaz sirio, se ha proyectado dentro del país propiciando buenas relaciones con Irán y en el Líbano (y especialmente con Hezbollah), estrechando cultural y políticamente estos estados y al mismo tiempo ganando la enemistad de los grupos sunitas de la región, ampliamente radicalizados a través del Salafismo y el Wahabismo takfirista y cuyo gran estado líder, Arabia Saudí, ha declarado la guerra al alawismo.

Al mismo tiempo las relaciones entre el Baaz iraquí (sunnita) y el Baaz sirio (alawita) fueron tensas por las rivalidades de prestigio sobre quién sería el líder del socialismo árabe, si Sadam Hussein o Hafez al Asad, así como las tensiones fronterizas, las tensiones kurdas y el recelo mutuo entre sunitas de Irak y alawitas de la franja de Siria y Líbano.

Curiosamente la teología alawita se desarrolla dentro de la matriz del Islam chií duodecimano, cuya sede central en el siglo IX se encuentra en Basora y cuyos líderes, los imames, habían sido consecutivamente perseguidos y asesinados tanto por los Omeyas de Damasco como por los Abbasidas de Bagdad y sus seguidores había sufrido una profunda persecución. Dentro de este contexto aparece Muhammad Ibn Nusayr an-Namiri (siglo IX) seguidor y discípulo del décimo imam chií Ali al-Hadi.

Tras el asesinato de Ali al-Hadi por el poder abbasida, Ibn Nusayr y sus seguidores entran en conflicto ya que Nusayr se declara como el bab (la puerta) y el ism (el nombre) afirmando que recibió enseñanzas secretas y esotéricas. Debido a esto fue expulsado del chiismo general duodecimano. Nusayr, sin embargo, no creía que estuviera creando una secta mística y sincretica independiente de esta corriente islámica sino que se consideraba como el verdadero representante del imam Ali al-Hadi.

Durante un proceso de unos ochenta años el protoalawismo se desarrollará en el terreno de forma conjunta con otras derivaciones místicas y mesiánicas, con sectas y ghulats hasta la aparición de la dinastía hamdánida (905-1004). En esta época, el legado de Ibn Nusayr (que era persa aunque vinculado a la tribu de los an-Namir) y de sus discípulos toma cuerpo y se transforma en un elemento realmente propio e independiente del resto de chiísmo duodecimano, pasando a denominarse nusayritas.

El término nusayritas y, desde los años 30, alawitas se ha visto dentro del Oriente Medio como un término peyorativo que ha provocado innumerables matanzas en contra de esta comunidad que posee una teología distinta al Islam suní que de hecho niegan a los alawitas la categoría de musulmanes y son considerados munafik (hipócritas) o kuffar (paganos) y han sufrido persecución (y siguen sufriendo persecución por ello) ya que se les considera chiitas radicales. Mientras que los chiitas, con el Imam Jomeini y el Sayyed Musa al Sadr a la cabeza, declararon que los alawitas son musulmanes y chiitas.

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¿En qué creen?

Creen en Allah como único Dios, pero del cual emanan tres potencias: la Esencia (maʿnā), el Nombre (ism) y la Puerta (bāb), según esta rama islámica estas potencias reencarnan periódicamente en varios seres humanos de los cuales el más grande es Alí Ibn Abu Talib (que representa la esencia), luego como encarnación del nombre está el profeta Muhammad y, por último, como encarnación de la puerta está Salmán el persa, un personaje histórico que nació como zoroastrida, se convirtió al cristianismo y por último al Islam, siendo el primer persa converso al Islam, compañero de Muhammad y uno de los líderes de la conquista de Persia.

Al mismo tiempo los alawitas tienen una visión esotérica y simbólica tanto del Islam como del Corán interpretando los pilares del Islam de forma alegórica e introduciendo elementos místicos de la zona cercanos al gnosticismo, el neoplatonismo, el maniqueísmo, cristianismo y doctrinas zoroastricas.

Sin embargo debido a esta estructura mística han podido tener buenas relaciones con otras minorías de la región como los drusos, alevíes, ismailíes o cristianos de diversas ramas pero sus relaciones con el sunismo han sido siempre tensas.

Curiosamente en la franja gobernada por Francia tras la disolución del imperio Otomano (las modernas Siria y Líbano), los franceses prefirieron dividir la región en zonas étnicas creando un estado alawita entre 1926 y 1936, año en el que este territorio fue cedido a la República siria semi-autónoma. Tras el movimiento correctivo y la toma del poder de Hafez al Assad en 1970 los alawitas empiezan a formar parte del poder, compartido con practicantes de otras confesiones llevando la estabilidad, el desarrollo social y la igualdad religiosa al país.

De hecho, las regiones alawitas de Siria son la franja costera entre Líbano y Turquía, las regiones de Latakia y Tartous, donde los yihadistas de Al Qaeda y Daesh no pudieron penetrar. (Foto: President of Russia)


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