En el año 2015 la segunda administración Obama y el Presidente Hassán Rohaní llegaron a un acuerdo después de intensas negociaciones por parte del grupo 5+1 que trataban la problemática derivada del programa nuclear iraní, iniciado bajo el mandato del anterior presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad.
La beligerancia de Israel, que amenazó con atacar militarmente Irán (como ya hizo con la central nuclear siria en 2008) e instó a Estados Unidos a declarar la guerra al país persa, chocó con la dureza diplomática y financiera de Estados Unidos que, si bien se negó a atacar Irán, miró para otro lado mientras el Mossad asesinaba científicos iraníes y a sus familiares en el país persa e iniciaba toda una serie de paquetes de sanciones económicas que afectaron duramente a los iraníes en el plano económico.
El problema del programa nuclear no era la cuestión militar, que Irán se encargó de explicar. Irán no pretendía instaurar un sistema militar nuclear sino que la nuclearización de Irán era una cuestión civil enfocada en satisfacer la demanda energética, insostenible con el actual sistema para poder suministrar energía a los 82 millones de habitantes del país.
Eso conlleva un grave problema ya que la dependencia del sistema actual de Irán para obtener energía y su nuclearización significaba su independencia energética, intolerable para Israel, Arabia Saudí u Occidente. El que un país sea energéticamente independiente ya que eso tiene connotaciones de libertad, lo cual puede ser copiado por vecinos que también sean incómodos para Estados Unidos e Israel.
Al mismo tiempo que esto se producía Irán gastaba un gran esfuerzo financiero, humano y militar en intentar sostener sus posiciones en Oriente Medio dentro de las guerras de Siria y Yemen, lo que unido al embargo económico auspiciado por Estados Unidos amenazaba con ahogar a Irán y le daba una ventaja a Washington confiando en que el gobierno de Teherán cediera.
Irán, después de negociar las sanciones y las presiones decidió pactar con el grupo 5+1 y suspendió su programa nuclear con el acuerdo de que Estados Unidos levantaría las sanciones, sin embargo este acuerdo se produjo al final del segundo mandato de Obama y fue suspendido temporalmente para no ser usado como arma política durante la campaña electoral contra Hillary Clinton, sucesora de Obama en el Partido Demócrata.
La victoria de Trump, que dejó claro que revisaría o suspendería el acuerdo nuclear, dejó a Irán ante un grave problema. Había suspendido el programa nuclear a cambio de nada, Trump exigía no tener que realizar contraprestaciones. Los demás miembros del grupo 5+1 empezaban a ver con malos ojos las actuaciones de Donald Trump ya que el incumplimiento de los tratados internacionales pueden liberar a la otra parte de su cumplimiento y, además, la credibilidad de los países implicados quedaría en entredicho.
Donald Trump, que ha revisado el acuerdo, ha dado un ultimátum hasta el doce de mayo a sus socios, cada vez más descontentos con su gestión internacional, para poner fin al contencioso. Debido a ello Emmanuele Macron (Presidente de Francia), Angela Merkel (Canciller de Alemania) y Javad Mohammed Zarif (canciller iraní) van a acudir a una visita de estado en Washington para las últimas dos semanas de abril.
El objetivo de Macron y Merkel (que representan los dos grandes poderes en tándem de la Unión Europea) tienen como meta asegurarse de que Estados Unidos no abandone el acuerdo nuclear debido a que estos países no poseen la autoridad suficiente como para asegurarse el cumplimiento de los acuerdos por parte occidental ni para presionar a Irán a no abandonarlo o reactivar su programa nuclear y, además, son una pieza indirecta de presión para lograr concesiones de Irán que no tienen nada que ver con su programa nuclear.
Mientras Francia y Alemania presionan, Zarif (que está en Estados Unidos) está usando partes de la prensa opositora a Donald Trump para asegurarse que la presión mediática, que está en contra del Presidente desde la época de su candidatura y que ahora está atacándole duramente dando cobertura al escándalo del Presidente con una actriz pornográfica. Zarif, asesorado por su gabinete en Teherán, es consciente de que dicha presión puede ablandar el discurso de Trump.
Sin embargo el acuerdo nuclear iraní es más amplio ya que no se van a negociar exclusivamente el cumplimiento de dichos acuerdos sino que se van a revisar las posiciones de Irán dentro de Oriente Medio en general y en Siria en particular en un momento en el que las estrategias de Estados Unidos y sus aliados empiezan a agotarse porque Bashar al Asad está ganando la guerra y las manipulaciones mediáticas cada vez tienen menos credibilidad ante la Comunidad Internacional y ante los ciudadanos de dentro y fuera de los Estados Unidos.
Esto tiene que ver, de forma indirecta, con la suspensión del programa militar norcoreano y la próxima cumbre entre Kim Jong Un y Donald Trump. Esta inesperada sorpresa ha avivado el interés por parte del Presidente a negociar con Jamenei, abriendo consultas entre el líder iraní y Emmanuel Macron y Angela Merkel exhortándole a dejar de luchar contra los terroristas en Oriente Medio y reducir sus políticas en Oriente Medio y centro de Asia a cambio de ayudar al gobierno de Teherán presionando a Trump para que se quede y cumpla su parte del acuerdo.
Esto se debe a un programa de ingeniería diplomática supuesto a cambiar el legado de Barak Obama en sus relaciones con Irán e iniciar una nueva línea conjunta entre los países de la Unión Europea en conjunto y los Estados Unidos.
Los objetivos de Estados Unidos son:
- Que Irán no pueda desarrollar armamento nuclear después de 2025 (cuando finaliza el acuerdo);
- Que la inversión en misiles balísticos provoque nuevas sanciones debido a que Estados Unidos no desea un país con capacidad para defenderse debido a que eso significaría que las naciones terroristas de Arabia Saudí e Israel tendrían un estado capaz de defenderse y Washington evita, mediante la injerencia en los asuntos internos de los estados y en este caso mediante la violación de la soberanía de los estados en su capacidad de desarrollo de armamento legal, desean asegurarse un país débil y fácil de atacar como ya lo fue la Iraq de Saddam Hussein;
- Visitas intensivas de los inspectores de la OIEA (Organización Internacional de la Energía Atómica) a todos los complejos civiles y militares sin excepción.
Sin embargo Zarif ha dejado muy claro que no aceptará modificaciones a lo ya firmado con la administración Obama y amenazó con volver a activar el programa nuclear iraní (que cuando se suspendió ya estaba en un avanzado estado de ejecución). También dejó claro que Irán ha cumplido con su parte del acuerdo nuclear mientras que Estados Unidos no. Si hay un país al que se debería presionar (incluso por parte de sus socios diplomáticos) es a la administración Trump por su mala fe a la hora de incumplir un acuerdo negociado durante años y firmado. Esa actitud de los Estados Unidos fue lo que provocó que Corea del Norte, a pesar de las amenazas y ofrecimientos diplomáticos, no confiara en la palabra de Estados Unidos por caracterizarse en la volatilidad de sus acuerdos y en el informal de sus actitudes.
Zarif ha dejado claro que no abandonarán Siria y que continuarán en el país realizando esfuerzos militares contra el terrorismo, así como Hezbollah, dejando claro que una vez que la situación de estabilidad se restablezca abandonarán el país, asimismo declaró que la bandera iraní no ha sido arriada en ninguna base militar ni en ningún escenario bélico en Siria. Pidió a los países occidentales (especialmente a Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania) que dejen de alentar, entrenar y financiar a los terroristas y que inicien un proceso diplomático ante la evidente victoria del ejército árabe sirio y respeten y reconozcan la legitimidad de Bashar al Asad.
Sin embargo el miedo de Israel y el poder de su diplomacia y diplomacia paralela (los grupos lobistas de presión) está atacando las bases de Francia, Alemania y Estados Unidos que son países parasitados por el sionismo y usados para proteger a Israel de la creciente influencia iraní ante el declive de la entente yihadista. El discurso perverso y lleno de mentiras de Benjamín Netanyahu en los que acusa a Irán de enviar drones armados contra Israel cuando ha sido el mossad quién ha asesinado científicos civiles inocentes y a sus familias en Irán, también miente diciendo que Irán tiene misiles balísticos para atacar a Arabia Saudí cuando fue Arabia quién preparó los atentados de Teherán y se ha dedicado a asesinar civiles inocentes chiitas (también cristianos o drusos entre otros) por todo Oriente Medio.
Netanyahu y su ministro de defensa Avigdor Liebermann (famoso por sus soflamas supremacistas contra los no judíos) son los primeros peligros en Oriente Medio y en Occidente, debido a que están trabajando profundamente en iniciar una guerra contra Irán, que sería la guerra de Israel pero peleada por los soldados de los estados parasitados por ellos. Una guerra a favor de Israel en la que ellos no se molestaría 8como ya ocurrió en Iraq en el año 2003.
Lo que ocurra se decidirá la cumbre cara a cara entre Kim Jong Un y Donald Trump, el acuerdo alcanzado en materia de programa nuclear y la presencia de tropas de Estados Unidos en Corea del Sur determinará el futuro de los nuevos términos que Estados Unidos pondrá a Irán, lo más importante es saber si estos términos serán aceptables para el gobierno iraní y sus ingeniería diplomática en Oriente Medio, lo que de verdad le importa a Washington más que el desactivado ( por ahora) programa nuclear de Irán. (Wikimedia Commons)
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