Yusuf bin Alaui bin Abdalá (Ministro de Asuntos Exteriores del Sultanato de Omán) afirmó que «Israel es un Estado» en un discurso en Bahrein días después de la visita de Benjamín Netanyahu a su país.
El primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu acudió en Octubre de 2018 a Omán para reunirse con el sultán del país para estrechar lazos con el país. El sultán Qabus, atendiendo a los principios básicos de la Realpolitik, no ha tenido problema en recibirle y reunirse con el premier israelí atendiendo que Israel es una realidad en la región que no pueden seguir ignorando. Omán no tenía relaciones diplomáticas con Israel debido a que apoyaba a los palestinos, auténticos habitantes de esta tierra que, de nuevo, han sido traicionados por sus «hermanos» árabes.
Sin embargo para Israel en particular es muy importante tener buenas relaciones con Omán (aunque Estados Unidos ya las tiene, de hecho omaníes y estadounidenses han colaborado en la lucha contra Al Qaeda en la península arábiga). Sin embargo Israel busca acercarse lo máximo posible a las fronteras iraníes y extender su influencia en un momento en el que Irán está sita en su frontera a través de las fronteras sirias (controladas por las tropas del presidente legítimo Bashar al Asad) y de Líbano a través del partido-milicia Hezbollah.
Es una estrategia de cerco y contracerco por el cual Tel Aviv ha reaccionado a este acercamiento bélico a su frontera con un movimiento que busca situarse en la frontera de Irán, apuntalar el dominio de los Saud por el sur y realizar labores de pinza para aislar aún más a Yemen y, concretamente, a la milicia Ansarullah para ahogarla, derrotarla y apuntalar el dominio sionista-wahabí en el sur de la península arábiga (un gran peligro para las tesis occidentales en la región) debido a que la expansión del «anillo chií» de la franja de la fachada turca con Irán-Irak-Siria y Líbano al sur de la península arábiga puede poner en riesgo determinante la estabilidad y el dominio del eje Washington-Tel Aviv-Riad y más en un momento en el que este eje no está logrando sus objetivos.
De tal forma que el sostén que pueden crear si existe una alianza Tel Aviv-Mascate puede ser peligroso para la seguridad debido a que el reconocimiento y las relaciones diplomáticas abren la puerta para colaboraciones en materia comercial, militar y de inteligencia en un lugar estratégico para Irán. Teherán debe realizar otro movimiento de contracerco. La jugada maestra podría ser estrechar más lazos con Qatar y profundizar relaciones con Omán en un periodo corto de tiempo.
Omán es uno de los países más desconocidos de Oriente Medio, situado al sur de la península arábiga, tiene frontera al oeste con Yemen, al norte con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (debido a un exclave de su territorio que linda con estos emiratos) y al oeste y sur con el Golfo Pérsico y el Océano Índico.
Omán es un sultanato, monarquía absoluta, de enormes riquezas petrolíferas y de gas, aparte de ser un puesto muy importante en la ruta de suministros marítimos desde el Golfo Pérsico hasta occidente. Es un estado gobernado por Qabus bin Said al Said, que llegó al poder tras un golpe de estado contra su padre en 1970.
Desde su llegada Omán ha disfrutado de un creciente nivel de vida, de un mayor peso (aunque muy discreto) en la región y en la comunidad internacional y a una estabilidad envidiable en una región muy complicada debido a que no participa de las discusiones y rivalidades étnicas en la región ni a luchas religiosas entre sunitas y chiitas (con sus diferentes movimientos armados y más o menos radicales) debido a que ellos tienen una tercera vía.
El hecho de que la mayoría de sus habitantes sean árabes (salvo los inmigrantes llegados de India, Pakistán o el sudeste asiático) y pertenezcan al Islam ibadí (una rama superviviente del jariyismo) cuya particularidad es la total tolerancia hacia las otras religiones con las que conviven pero que contrasta con su intransigencia a la hora de la práctica del Islam por los propios musulmanes, les ha asegurado una sociedad cohesionada donde los principios básicos del ibadísmo no se han visto sometido a procesos de radicalización o inestabilidad.
El momento más inestable en el país fue cuando tuvieron que contener una insurrección armada de corte comunista en Yemen del Sur que penetró en el territorio pero que fue derrotada gracias a las fuerzas del sultanato, apoyados por las tropas iraníes del Shah de Persia, tropas jordanas enviadas por el Rey Hussein de Jordania y a las fuerzas especiales británicas entre los años 1963-1976 y que marcaron sus primeros seis años de reinado.
El compromiso de Omán con los palestinos se ha basado en mantener una política independiente de la existencia de Israel en Oriente Medio, ignorando al país y no teniendo ningún tipo de relaciones con ellos, a pesar de que el apoyo a la causa palestina o la lucha antiimperialista tampoco ha sido el eje de su gobierno. Sin embargo esa posición de neutralidad basada en un unilateralismo suave y discreto basado en la coexistencia pacífica en la región se ha roto al tomar parte de lado del estado terrorista de Israel ¿cuanto tardará Omán en verse arrastrado a los conflictos étnico-religiosos que salpican Oriente Medio?, no se sabe pero cuando uno se alía con el diablo no puede esperar nada bueno. (Foto: Wikimedia Commons)
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