Los rohingya son un grupo étnico y religioso diferenciado que habita dentro de la República de Myanmar, más conocida como Birmania. Se diferencian de los rajines en sus rasgos físicos como en su religión. Los rohingya con musulmanes y los rajines son budistas.
La convivencia entre ambos grupos ha pasado por momentos de grave tensión que han servido para crear dos sociedades paralelas y rivales que competían por el poder. De hecho la tensión que hoy se vive en el país es producto del rencor y la tensión acumulada contra los rohingya desde la Segunda Guerra Mundial.
Durante el gran conflicto tanto los rohingyas como los bangladesíes, en aquel momento parte del Imperio británico en el oriente, lograron adquirir armas imperiales y lanzarse a la yihad en los territorios del norte de Birmania. Desde el año 1942 hasta 1978 se produjo activa una guerra que enfrentó a musulmanes y budistas. El apoyo brindado por parte de los musulmanes de la futura Bangladesh a los rohingya, de origen banglesí también, y a los movimientos yihadistas en la zona hicieron que en 1942 más de 20.000 budistas fueran asesinados en la región de Arkán, al norte del país con la intención de establecer un estado islamista y vincularlo a los territorios islámicos del Imperio británico en la India.
Durante el proceso de la independencia India que enfrentó a Gandhi y Nehru con Mohammad Alí Jinnah por la partición del subcontinente en dos estados «razonablemente homogeneos» religiosamente. Los rohingya solicitaron formar parte de la Pakistán de Jinnah integrándose en Pakistán oriental (más tarde Bangladesh), pero el movimiento panislámico pakistaní de Islamabad se negó debido a que Jinnah no deseaba interferir en los asuntos internos de un tercer estado que estaba en proceso de descolonización, de tal forma que los líderes rohingya cambiaron su perspectiva y establecieron dos planes:
- El establecimiento de un estado islámico de modelo pakistáni en todo el territorio de Birmania;
- Establecer un estado islámico autónomo en Arakan.
La independencia de Birmania significó el fin de las aspiraciones rohingya en el sentido de que el centro de poder quedaría establecido en Naipyidó y estaría en manos de los budistas, mayoría masiva de la población (89% es Budista Terabada) frente a un 4% de musulmanes suníes.
Esta realidad condujo a una guerra civil de tinte étnico-religioso con aspiraciones subnacionales que enfrentó a rohingya y a los birmanos hasta el año 1962 cuando el general Ne Win tomó el poder e inició un proceso de militarización de la sociedad e inició toda una serie de operaciones militares que acabaron en 1978 con la «Operación Rey Dragón«, que significó un duro golpe para las aspiraciones rohingya, muchos emigraron a Pakistán y otros volvieron a Bangladesh, de donde eran originarios hasta que emigraron dentro del contexto comercial del Imperio británico.
Sin embargo, aunque las aspiraciones rohingya fueron aplastadas por el gobierno de Ne Win, las actividades yihadistas continuaron en la región de Arakán, lo cual hizo que el gobierno iniciara un duro proceso, que viola el Derecho Internacional, por el cual se estableció un estado de Apartheid, se les retiró la nacionalidad (los rohingya son apátridas) y se inició una dura persecución que se agravaba con cada ataque yihadista en Arakán o con cada revuelta o incidentes intercomunitarios.
Hay que entender que la dureza del gobierno birmano y de los miembros del movimiento Ma Ba Tha de Ashin Wirathu provienen del trauma del alzamiento yihadista de los años cuarenta y de la dura guerra civil de veinte años que vivió el país, agravada por otros conflictos armados internos en el país, que se siguen desarrollando:
- Conflicto en Kachin, entre el Ejército Kachin para la Independencia (KIA) y el gobierno birmano;
- La guerra entre los rohingya y grupos no gubernamentales en Arakan;
- Conflicto entre las minorías de los Shan, Lahu y los Karen contra el gobierno en el país.
Todo ello ha generado un proceso de radicalización del clero budista y de los seguidores que han unido una concepción nacionalista clásica del estado, homogéneo, con el radicalismo religioso y el rechazo a cualquier grupo o movimiento extraño a la cultura birmana, lo cual ha llevado a la radicalización de esta sociedad que reconoce abiertamente que su actitud está abiertamente en contra de los postulados budistas pero, al mismo tiempo, declaran que usan la violencia para defenderse de los ataques.
La cuestión es que el nuevo brote de violencia en Birmania responde a choques intercomunitarios en el cual está participando los rohingya con apoyo externo, Bangladesh utiliza su ascendente entre los rohingya para sumir en conflictos internos a su vecino y competidor, y elementos islamistas que están llamando a la yihad contra Myanmar y al gobierno de Naipyidó con los grupos armados budistas.
Este conflicto ha implicado a Ang Sam Suu Kyi, ganadora del Premio Nobel de la Paz, y consejera de estado que no condena de forma abierta el conflicto interno birmano y por eso se está haciendo presión para que le sea retirado el Nobel de la Paz, mientras Malala Yousufzai le pide que no cierre los ojos ante la situación de los rohingya. En todo caso nos encontramos en un conflicto interno y únicamente la Comunidad Internacional y la ONU deben dialogar entre los contendientes debido a que si, por alguna razón, un actor extraño aparece en la región (grupos armados yihadistas) eso provocaría un punto de no retorno en el conflicto y, probablemente la deportación a Bangladesh o el exterminio de los rohingyas de Myanmar. (Foto: Vimeo)
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