La Operación Infinite Reach

Esta es una de las operaciones más importantes de Estados Unidos en la década de los 90 que ya va perfilando las próximas décadas y configura un nuevo tipo de enemigo que no es un estado clásico o un ejército regular sino una organización supranacional. El 20 de agosto de 1998.

El siete de agosto de 1998 Al Qaeda, un grupo islamista nacido a la sombra de Estados Unidos, Arabia Saudí y Pakistán en los ochenta para combatir a los soviéticos en Afganistán, había tomado cuerpo propio. Desde los años noventa Osama Bin Laden, líder del grupo, había jurado venganza contra Estados Unidos por establecer bases militares en el golfo pérsico y en la península arábiga así como de saquear los recursos de los musulmanes y alentar a los enemigos de estos dentro y fuera de la Ummah.

En la Guerra del Golfo de 1991 Osama Bin Laden ofreció los servicios de su grupo al rey de Arabia Saudí para evitar una invasión por parte de Sadam Hussein amparándose en la victoria que habían propiciado contra la URSS en Afganistán pero el rey rehusó y Bin Laden jamás se lo perdonó.

En los noventa el grupo, a través de la dawa (predicación de la doctrina salafista y wahabista) así como de las redes que estaban trazando los antiguos combatientes en sus países tras volver de la guerra fue haciéndose fuerte. Osama Bin Laden saltó de Afganistán del Emirato Islámico, tras la victoria de los talibanes, y el gobierno del Mulá Omar a la Sudán del presidente Omar al Bashir donde se estableció y montó otros cuarteles que estarían coordinados con Afganistán. El sueño era grande: establecería su grupo en el Centro de Asia y en África…desde las montañas afganas hasta el anillo de fuego del Sahel.

Su organización estaba bien seguida por la CIA y los servicios de inteligencia saudíes, de hecho Arabia le había retirado el pasaporte en 1994 por subversivo y este abandonó el país rumbo a Sudán de donde fue expulsado en 1996 cuando volvió a Afganistán y tuvo la protección del gobierno.

Las campañas de Al Qaeda consistían (y consisten) en ataques contra su personal en Arabia Saudí así como contra civiles norteamericanos en el mundo islámico y fuera de él como el ataque contra las Torres Gemelas de 1993, el ataque contra la Khobar Towers en Arabia Saudí en 1996 o el ataque en Yemen contra el USS Cole en el año 2000.

El momento que obligó a los estadounidenses a actuar por primera vez contra la organización llegó tras los atentados contra la Embajadas de Estados Unidos en Nairobi (Kenia) y en Dar es Salam (Tanzania) en dos ataques conectados el día 7 de agosto de 1998 y que causó 213 personas, 12 de ellas estadounidenses, y entre 4.000 y 5.500 heridos.

Este ataque, ampliamente cubierto por la prensa estadounidense, provocó una reacción del ejército norteamericano y el inicio de la Operación Infinite Reach el 20 de agosto de 1998, apenas unos días después. La operación se basó en el bombardeo con misiles de crucero de los campos de entrenamiento de Al Qaeda en Jost (Afganistán) y de las instalaciones de la farmacéutica de la empresa Al Shifá en Jartum (Sudán).

La elección de la planta farmacéutica se llevó a cabo por una serie de muestras que la inteligencia de Estados Unidos recolectó y que la vinculaba a una trama financiera de Al Qaeda así como de generar armas químicas para Al Qaeda. De hecho las acusaciones eran graves ya que las pruebas aportadas por Estados Unidos decían que en los laboratorios se estaba generando gas nervioso VX por lo que el ataque se llevó a cabo, en este ataque murieron 11 sudaneses. Los expertos Max Taylor y Mohamed Elbushra declararo que: «había una amplia aceptación de que esta planta no participó en la producción de armas químicas«.

En Jost, Afganistán, el objetivo era acabar con el campo de entrenamiento y matar a Bin Laden y aunque hubo un número indeterminado de víctimas, curiosamente, cinco miembros del ISI (Servicio de Inteligencia Pakistaní) murieron en el acto aunque no se acabó con Bin Laden y, lo peor de todo, su popularidad aumentó en el mundo islámico.

Los talibanes decidieron estrechar lazos con él y no expulsarle o entregarle a los servicios de inteligencia saudíes. La operación, la primera llevada a cabo directamente contra él y la primera respuesta directa contra actos de terrorismo desde el bombardeo de Libia en 1986 sentó las bases del futuro conflicto y dividió a la comunidad internacional entre aliados de Estados Unidos y detractores; entre estos había un amplio grupo en el que habían países de Occidente que consideraban tales ataques una violación de las normas y la seguridad internacional aunque su mayorían eran países islámicos y, sobre todo, un amplio espectro de la población musulmana que, por primera vez escuchó el nombre Bin Laden y Al Qaeda, unos nombres que unos años después coparían la prensa y los informativos. (Foto: Wikipedia)

Por Koldo Salazar López

 

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