«Todas las evidencias sugieren que se están realizando preparativos para un nuevo escenario químico en Idlib«, declaraba Hassan Nasrallah el domingo 26 de agosto de 2018.

La derrota de las fuerzas yihadistas amparadas por Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí (con Turquía y otros estados apoyando) han sido derrotados después de más de siete años de guerra. Al Qaeda y Estado Islámico han desaparecido prácticamente del país, donde sólo poseen bolsas que están siendo atacadas, mientras que la batalla se traslada a Idlib.

Fuentes de inteligencia de Hezbollah, Rusia, Irán y Siria han avisado de la preparación de un escenario de falsa bandera, concretamente, la dramatización de un ataque químico. Desde el año 2013 llevamos asistiendo a la escenificación de un ataque químico de las fuerzas de Al Asad contra los «rebeldes» cada año. Ataques que han sido desmontados uno a uno por organizaciones internacionales así como por la coalición liderada por Rusia.

Es imposible que el gobierno de Bashar al Asad realice un ataque químico contra su territorio por dos razones:

En primer lugar: No posee armas químicas desde que su arsenal fue entregado, tras el acuerdo de Ginebra entre Estados Unidos (representado por John Kerry) y Rusia (representado por Sergey Lavrov), en este acuerdo se acordó lo siguiente:

• Estados Unidos y Rusia llevaran a cabo una evaluación conjunta del tipo y cantidad de armas químicas que posee Siria.

• La eliminación del arsenal químico debe realizarse «lo antes posible» y «de forma segura». Siria tiene una semana para entregar un listado con su arsenal. Los inspectores internacionales deben estar en Siria como muy tarde en noviembre. La destrucción de todas las armas químicas debe haberse completado a mediados de 2014.

• Se establecen procedimientos extraordinarios en la implementación de la convención de armas químicas.

• Rusia y Estados Unidos acuerdan la supervisión «inmediata» y «sin restricciones» de todos los lugares que albergan armas químicas.

• La destrucción tendrá lugar fuera del territorio sirio.

• El proceso se llevará a cabo con el apoyo logístico y administrativo de Naciones Unidas.
La OPAQ verificó el proceso de destrucción del armamento químico sirio y, además, ha señalado, en contra de los medios de comunicación, que no existieron trazas de gas sarín en el último falso ataque químico en Duma debido a que el gobierno no dispone de armas químicas.

En segundo lugar: Siria no tiene necesidad de atacar con armamento químico en el escenario de batalla porque, en primer lugar, está ganando la guerra y la población le apoya. Si realiza un ataque químico indiscriminado podría perder el apoyo de su pueblo, aparte de ser estratégicamente innecesario. Es decir, un ataque químico por parte de Siria es totalmente contraproducente y, en segundo lugar, permitiría a la Comunidad Internacional y a los Estados Unidos realizar una campaña seria contra el legítimo gobierno de Siria.

Sin embargo los terroristas son conscientes de que deben llamar la atención mediática y son conocedores de que los medios de comunicación en Occidente, que son herramientas del poder, no están informando sobre los abusos que están cometiendo ni sobre el avance sirio así como de los programas de reconciliación nacional o el proceso de reconstrucción y vuelta de refugiados de guerra sirios sino que, por el contrario, todas las informaciones son tendenciosas y buscan dañar la imagen del gobierno.

De hecho Bashar al Asad ha perdido totalmente la guerra mediática en occidente por varias razones, en primer lugar porque los medios responden al poder antisirio y, en segundo lugar, porque los analistas serios que muestran la realidad salvo en contadas excepciones, están condenados al ostracismo mediático o silenciados.

Esto lo saben y lo aprovechan, sobre todo motivados por el éxito de sus ataques de falsa bandera gaseando desde sus posiciones a los propios civiles secuestrados en las zonas bajo su control y culpando después al ejército sirio (usando productos químicos caseros como el cloro, que hace mucho daño, en vez de sustancias de uso militar) o, en los últimos casos, fingiendo ataques químicos usando mangueras de agua para «desintoxicar» a los niños y civiles asustados por hombres vestidos con túnicas y sandalias cuando ante un ataque químico el personal sanitario debe llevar traje NBQ y usar inyecciones de atropina. Además de ser un montaje, es cutre.

Sin embargo los medios de comunicación usaron esas imágenes y esas falsas noticias en todo Occidente para culpar al gobierno de Al Asad y dirigir el pensamiento de la población para justificar ataques a un estado soberano o la financiación de grupos terroristas como las FSA o los yihadistas.

La embajada rusa en Londres ha tuiteado recientemente que los detalles del mismo declarando que: «ocho contenedores de cloro fueron entregados a Hallouz cerca de Jisr al-Shughur, en la provincia de Idlib«. y concretaba que: «los heridos iban a ser salvados por los cascos blancos entrenados por el Olive-Group en Reino Unido«.

Serguéi Shoigú, ministro de defensa ruso declaró también qué: «Los «especialistas» podrían organizar el ataque en los próximos dos días y «esto será filmado para los medios internacionales para enmarcar las fuerzas de Damasco«.

Debemos tener en cuenta que el ejército sirio está iniciando la frontera en el norte del país para terminar de poner bajo su control todo su territorio y expulsar tanto a los yihadistas como contener a las fuerzas nacionalistas kurdas que pretenden controlar estas zonas que forman parte integral del territorio sirio.

Montar un falso escenario de ataque químico podría darle a los yihadistas como a Estados Unidos y sus aliados kurdos un balón de oxígeno mediático y militar, ya que la prensa presionaría y daría a los políticos el pretextos para solicitar investigaciones, convocar y negociar treguas que ralentizarían el avance del legítimo ejército de Siria y daría ventaja tanto a los terroristas como a los terroristas nacionalistas kurdos.

Sin embargo y a pesar de que los reportes que desmontan los falsos ataques químicos por parte de organizaciones internacionales como la OPAQ o la ONU apenas tienen eco en los medios de comunicación de masas, la credibilidad de los medios así como de los políticos occidentales en lo relativo al conflicto sirio está totalmente cuestionado y sólo se sostiene por los lobbys del periodismo y del pensamiento unidireccional. (Foto: Flickr)

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