Este es un conflicto regional en el Océano Pacífico occidental entre Japón, la República Popular de China y la República de China establecida en la isla de Taiwan.
Estas islas están deshabitadas pero son muy codiciadas por estos estados debido a que quién integre estas islas en su territorio tendrá todos los derechos de gestión y explotación sobre las aguas territoriales vinculadas a Senkaku, lo cual es una gran fuente de suministro de alimentos para estos estados y, también, una gran fuente de recursos económicos vinculados al gas natural y al petróleo.
Geopolíticamente, debido a la situación de estas islas entre las costas de Japón, China y Taiwan, el país que logre la soberanía completa obtendrá una posición de superioridad en este área. Para los chinos la isla Senkaku se denominan islas Diaoyu. La situación de estas islas en esta zona, ya desde antiguo, han sido cruciales para el desarrollo de rutas comerciales y el establecimiento de bases logísticas y militares para mantener la seguridad en la zona.
Este archipiélago está a 170 kilómetros de la costa taiwanesa, 330 kilómetros de China y a 170 kilómetros de la isla de Ishigaki, perteneciente a la prefectura de Okinawa, territorio japonés.
Como vemos, están en una zona neurálgica a nivel comercial mundial ya que las economías más grandes del mundo (China, Taiwan y Japón) convergen en esta región, lo cual convierte a Senkaku en una zona de alto valor añadido en las relaciones geopolíticas internacionales, sobre todo porque China necesita asegurar las rutas comerciales del Pacífico norte con Estados Unidos y del Pacífico sur con América Latina.
Históricamente estas islas han estado bajo la influencia de China y Japón hasta que, en 1895, Japón anexionó estas islas debido a la inexistencia de población y de soberanía por parte de ningún estado, acorde a la legislación internacional clásica. Desde ese momento las islas Senkaku serían parte del Imperio japonés.
En el marco de la Segunda Guerra Mundial, y cuando Japón fue derrotada y ocupada por Estados Unidos, estas islas pasaron a depender de Washington tras el Tratado de San Francisco, debido a que permitía monitorizar los movimientos de la República Popular de China y otorgar apoyo a Taiwán. Además la política china de Mao de involucrarse en los conflictos regionales para asegurar una esfera de influencia socialista en la zona (primero en Corea y luego en Vietnam y más tarde en Camboya) hacía necesario para Estados Unidos obtener una zona estratégica de contención y, también, de prácticas militares.
En 1972 se firmó el Acuerdo de Reversión de Okinawa, por la cual Estados Unidos devolvía a Japón la soberanía sobre las islas y Estados Unidos se comprometía a la defensa de las mismas, debido a que el ejercito japonés fue mermado por Washington. Tras esto una pequeña masa poblacional japonesa fue transferida a las islas.
El año anterior a la firma de este tratado, en el año 1971, China, por primera vez en setenta años, cambió su discurso. El gobierno de Pekín y de Taipei consideraron las islas como parte integral de Japón, pero en este año 1971 China comenzó a reclamar la soberanía sobre las islas, de hecho el gobierno chino lleva a cabo, desde los años setenta, una campaña política bastante agresiva en este tema.
En 1992 China promulgó la ley sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua que confirmaban sus reclamaciones de soberanía sobre las islas, es más, sus actuaciones para lograr sus objetivos han ido in crescendo hasta tal punto que se han realizado incursiones de barcos militares chinos en aguas territoriales de Senkaku y patrulleras japonesas les han interceptado, también se han producido violaciones de las aguas territoriales japonesas por parte de pesqueros chinos. En 2004 Japón comenzó la extracción de gas natural en las aguas territoriales del entorno de las islas Senkaku, por lo que el gobierno chino envió quejas oficiales.
En el año 2006 se produjo un altercado grave cuando activistas chinos intentaron desembarcar en las islas Senkaku, acto que no lograron llevas a cabo después de que participaran patrulleras japonesas.
Las relaciones entre China y Japón se mantienen tensas en varias lineas, sobre todo por la visión que ambos países poseen de la invasión y ocupación japonesa de China, ya hubo protestas de Pekín al gobierno de Tokio cuando el primer ministro japonés visitó el templo Yasunuki, donde se rinden homenaje a las víctimas japonesas de la Segunda Guerra Mundial, entre estos hay varios criminales de guerra.
Aparte de estas tensiones de vecindario Japón mantiene grandes relaciones con China en todos los ámbitos, tanto económicos como financieros y culturales. De hecho China vendió deuda externa estadounidense a Japón, que ahora es el mayor acreedor de deuda de Estados Unidos del mundo. Y Japón ha ayudado a China en su apertura económica desde los años noventa, de hecho el gobierno de Tokio llegó a destinar tres billones de yenes a China para el desarrollo y modernización de país y para que la gestión responsable del gobierno de Pekín permita un desarrollo social y económico de la región Asia Pacífico para ganar peso e influencia dentro del marco geopolítico. (Foto: Wikimedia Commons)
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