ALBA – TCP: geopolítica hispanoamericana y el eje de la resistencia iraní

La realidad de las intervenciones de estados hispanoamericanos en los asuntos de Oriente Próximo es mucho más común de lo que se cree. Desde las intervenciones cubanas en la Guerra de Desgaste contra Israel en Egipto hasta las intervenciones en Argelia o el envío de voluntarios a las guerras de Oriente Próximo, así como las importantes comunidades islámicas libanesas en Venezuela, Brasil o Argentina, así como la importante presencia de comunidades judías de apoyo a Israel en Chile, México o Argentina hacen de este continente una zona ideológicamente proclive a la intervención.

Se ha acusado a gobiernos como el iraní de propiciar atentados en estos países como el de la AMIA en Buenos Aires 1994 que costó la vida a 85 personas y donde hubo más de 300 heridos. Las razones se creen que fueron desde la suspensión de entrega de tecnología nuclear de Argentina a Irán hasta la participación de Buenos Aires en la Guerra del Golfo o una forma de venganza contra los asesinatos de miembros de Hezbollah por parte del MOSSAD.

IRÁN ZAMIN (PARTE 3): EL BLOQUE ANTIOCCIDENTAL Y LA RESISTENCIA HISPANOAMERICANA

Lo cierto es que las sospechas de que en Venezuela se entrenaban miembros de la resistencia palestina (trabajo de investigación realizado por Antonio Salas en su libro El Palestino), revolucionarios hispanoamericanos y de Oriente Próximo y otros grupos de resistencia, alejados de Al Qaeda eso sí, así como las sospechas de que Hezbollah traficaba con drogas e la triple frontera Argentina – Brasil – Paraguay o con oro, obtenidas en minas dadas a ellos en Venezuela, hizo que la situación fuera in crescendo.

Sin embargo, el auge del socialismo del siglo XXI en América, su posición contestataria hacia Estados Unidos en particular y el norte político en general, con el aporte revolucionario iberoamericano como impronta basándose en los principios de soberanía y socialismo ciertos países estrecharon lazos desde sus puntos de apoyo.

Irán fue uno de los más importantes desde La Habana, que se lanzó a estrechar lazos con Venezuela, uno de sus socios prioritarios a nivel mundial, pero también en Nicaragua, el Ecuador de Rafael Correa, la Bolivia de Evo Morales o la Argentina de los Kirchner y de forma mucho más discreta con la Brasil de Lula.

Esta alianza hizo que frente a este aliado externo al continente se comenzara a trazar la gran alianza socialista de la América Hispana: el ALBA – TCP, una organización internacional paralela al MERCOSUR que, curiosamente tiene en Venezuela su fundador como respuesta al ALCA, un tratado de libre comercio propuesto por Estados Unidos a todo el continente, exceptuando Cuba, y que fracasó por falta de acuerdo.

Sin embargo el ALBA-TCP, que se convirtió en un foro paralelo de comercio y política de estados socialistas o socialdemócratas del continente, se hicieron fuertes con los estados observadores de Haití, Siria e Irán.

Con sus cuarteles en Caracas y con base en el Tratado Cuba – Venezuela de 2004 el grupo creció exponencialmente en pocos años hasta integrar un gran grupo de países del Caribe y del continente. Curiosamente Venezuela, que es el país que ostenta el liderazgo en el ALBA – TCP está suspendido del MERCOSUR desde el año 2016.

Sin embargo la situación política en ALBA – TCP, con una gran carga de estatismo por sobre el mercado, ha hecho que muchos países en cambios de gobierno decidieran salir de la organización. Honduras entró en la organización en 2008 y salió en 2010 tras el Golpe de Estado contra Manuel Zelaya o Ecuador, que formó parte del grupo en 2009 bajo el gobierno de Correa y acabó saliendo con dura críticas de desidia por parte de Lenin Moreno. Bolivia, que durante el gobierno de Evo Morales entró en ALBA – TCP casi abandona el grupo durante la corta presidencia de Jeaniñe Añez.

MERCOSUR, EL GRAN BLOQUE HISPANOAMERICANO DE DESARROLLO REGIONAL

Al mismo tiempo ALBA intentó expandirse a México y Argentina sin éxito. Lo cierto es que la propuesta de este bloque rivaliza directamente con el MERCOSUR y con Estados Unidos. Una de las iniciativas que lanzó este grupo internacional fue el SUCRE, una moneda que imitaba al Euro en la Unión Europea. El SUCRE se suponía que iba a ser una forma extra de integración económica dentro del ALBA con el objetivo de desplazar al dólar.

¿Podría ser el ALBA -TCP frente al Mercosur, salvando las diferencias políticas y actividades lleadas a cabo, lo que el Consejo de Europa es frente a la Unión Europea?

Aparte del SUCRE, Venezuela apostó por el PETRO en 2017, una criptomoneda no descentralizada que dependía directamente del respaldo del gas, petróleo, oro y diamantes de Venezuela y cuya minería sería sólo por parte del estado (no a través de particulares como el caso del bitcoin). De estos experimentos económicos nació el Banco del ALBA, que trabaja con el SUCRE, que llegó a un acuerdo con el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) promoviendo el mercado común ALBA y la Agenda Estratégica ALBA 2030.

Dentro de la alianza ALBA también se trabajó con la cuestión petrolera, especialmente con el Petrocaribe en el cual los objeticos eran claros: comercio directo entre organizaciones estatales signatarias del acuerdo, sin intervención privada ni intermediarios; la moneda usada sería el SUCRE, con objeto de desplazar al dólar y trabajar políticas de energía en la región América y Caribe.

En esto también se integró el PETROSUR a través de petroleras nacionalizadas como la PDVSA de Venezuela, la YPF argentina y la Petrobras brasileña.

Aparte de su vertiente política basada en la soberanía y el socialismo hispanoamericano del siglo XXI, ALBA tiene también como objetivo geopolítico la creación de un gran bloque cerrado no sólo mediante tratados bancarios, moneda común o comercio de petróleo y otros bienes de consumo en esta región sino que compite por ofrecer un bloque capaz de sostener la injerencia de Estados Unidos en América, desarrollarla económica y geopolíticamente y ofrecer a los hispanoamericanos un marco de desarrollo.

El grupo ALBA – TCP tiene, por ello una vertiente mediática importante con TELESUR desde donde se emiten películas y noticias de ámbito internacional, con sede en Caracas y con el apoyo de países como Venezuela, Nicaragua o Nicaragua, su señal en inglés se estableció en Quito, Ecuador. Además contó con un proyecto, ya ejecutado y en funcionamiento de cable submarino de telecomunicaciones desde Venezuela hasta Cuba y Jamaica finalizado en 2013.

Pero también los juegos del ALBA, inspirados en los juegos olímpicos, así como los premios culturales o las casas culturales alba para promover la cultura hispanoamericana dentro del marco ideológico y geopolítico de un bloque que comienza a desarrollarse. El hecho de que existan grupos paralelos como el MERCOSUR o la CELAC es positivo a la hora de establecer canales y foros de discusión y debate para la resolución de conflictos y para la dinamización de acuerdos comerciales.

Sin embargo el poder y liderazgo de Venezuela en estos proyectos denota su necesidad de alcanzar un estatus de gran potencia caribeña frente a Colombia, México y Estados Unidos definiéndose en su pasado revolucionario y su ideología socialista como subterfugio de la necesidad de proteger su soberanía e identidad frente a Estados Unidos, defensa que el liberalismo mercantilista no puede asegurar, caso de Colombia que apenas posee liderazgo regional. El prisma venezolana pasa por la búsqueda del socialismo del siglo XXI en el modelo hispanoamericano a fin de reforzar su soberanía y definir sus propios términos geopolíticos en su vecindario porque cuenta con la población, la posición geográfica, tamaño y recursos para hacerlo.

Venezuela a través del ALBA fue capaz de dinamizar ese liderazgo paralelo y expandirlo a través de las redes de estados socialistas a fin de compensar la influencia de Estados Unidos, basada en la Doctrina Monroe y a sus rivales geopolíticos locales estableciendo acuerdos estables de acuerdo a las necesidades energéticas, financieras y de seguridad.

Hugo Chávez gestionó un modelo geopolítico efectivo que se ha consolidado en el siempre complejo y cambiante panorama de la América Hispana dominado por la Doctrina Monroe de Estados Unidos, que ve todo lo que sucede en el sur: ya sea el desarrollo de una potencia o la intervención de un estado no continental como una amenaza.

SOUTHCOM, MANDO CONJUNTO GEOPOLÍTICO ESTADOUNIDENSE PARA LA AMÉRICA HISPANA

Venezuela que, a través de Cuba, logró tener contacto con Irán, ambos países tan diferentes en cultural, historia o religión, coincidieron por la buena sintonía de Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad, identificaron los mismos retos: el estado de amenaza por parte de Estados Unidos por el camino revolucionario que habían tomado, una situación regional convulsa y peligrosa (pero llena de oportunidades) y la necesidad de una alianza entre ambos países para dinamizar poderes.

Venezuela podría, a través de Irán, hacerse presente a nivel diplomático en regiones de Oriente Próximo y obtener recursos políticos, financieros y comerciales. Irán lograba situarse en una posición de fuerza en el Caribe desde donde dinamizar también recursos e implantar agentes culturales en toda la región a fin de realizar y reforzar su posición en un continente lejano e ignoto. De hecho, un claro ejemplo fue la gran amistad entre Bashar al Asad y Hugo Chávez, así como la colaboración entre Caracas y Damasco.

Una realidad que ALBA – TCP reforzó nombrando a Irán, junto con Siria y Haití, estado observador del grupo. ALBA –TCP, por sus características anti imperialistas, anti sionistas, soberanistas y revolucionarias se convirtió en el mejor activo extra continental del Eje de la Resistencia de Irán. (Foto: Wikipedia)

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