El Eje de la Resistencia en Palestina

El eje de la resistencia, como hemos visto, es una alianza multisectorial que ha permitido a la República Islámica de Irán posicionarse como actor regional a todos los niveles frente a otras potencias como Turquía o Arabia Saudí. A día de hoy Irán, que aprovecha su potencia militar, el hecho de ser un país “virtualmente nuclear” como decía Henry Kissinger que aprovecha a nivel diplomático y comercial su estratégica posición entre el Golfo Pérsico y las Estepas de Asia Central o Rusia a través del Caspio.

Esta diplomacia económica que le permite establecer acuerdos comerciales muy jugosos con potencias al alza como Rusia, China o la India redunda en una proyección de poder que dinamiza su geopolítica islámica. Si la República Islámica de Irán se guía por un sistema mixto islámico y de derecho civil, a nivel geopolítico su papel consiste en buscar la unidad de los musulmanes, al menos a nivel regional a la par que participa del sistema de estados westfaliano y las organizaciones internacionales inspiradas en este modelo.

Este sistema mixto islámico/civil a nivel interno nos permite entender que Irán mantenga relaciones positivas con estados de corte islámico como Irak, grupos chiitas como Hezbollah o estados como Siria, socialista y baazista.

EL EJE DE LA RESISTENCIA EN LÍBANO

La paradoja de la cuestión palestina en Irán se antoja curiosa ya que Irán es el último país que ingresa en el frente pro palestino tras décadas de apoyo a Israel durante la era del Shah de Persia y que mucha crítica le costó de Jomeini. En paralelo, el sistema en Palestina ha sido muy difícil por varias cuestiones.

En primer lugar, la oposición de Israel a cualquier entrada de Irán en su espacio vital, en la frontera ya lo tiene con Hezbollah en el norte, caso que no ha podido evitar y que sufre con la clara idea de no permitir su extensión, de ahí la guerra no declarada en Siria y los bombardeos de Israel contra las milicias iraníes. Por otro lado, la posición del gobierno de la ANP que es un estado sin terminar de serlo.

Al haber renunciado a la lucha armada, la Autoridad Nacional Palestina, refrenda sus posiciones con consultas y diplomacia tratando de obtener la libertad como un estado soberano dentro de la concepción westfaliana de la Comunidad Internacional, ello le lleva a alejarse de la cuestión islámica. Tanto Arafat como Mahmud Abbas, que renunciaron a la destrucción de Israel y reconocieron al estado judío ven en Irán un riesgo, de ahí las críticas de Abbas a Irán por la actuación de las milicias islamistas palestinas.

EL EJE DE LA RESISTENCIA EN SIRIA

La lucha entre el sistema de estado soberano socialista y patriótico juega con la concepción islamista, que es antinacionalista, y que busca la instauración de un sistema islámico en lo político, jurídico y social pero también en lo estatal y diplomático sometiendo al estado bajo sistema islámico a unas normas obligatorias de sumisión a un entramado jerárquicamente superior como, en este caso, el líder supremo de Irán.

Por eso los iraníes, a nivel político por parte de la ANP, siente un profundo rechazo, pero la situación de Palestina, en una controversia por la independencia desde 1967 y partida en dos desde la salida de Israel de Gaza en 2005 y la posterior guerra civil de 2006 ha hecho que los grupos opositores islámicos se hagan fuertes en la región.

Estos grupos islámicos tienen dos grandes objetivos argumentados: oposición al gobierno palestino de Al Fatah por considerarlo nacionalista y secular y mantener relaciones con estados enemigos del islam como Israel o Estados Unidos, el objetivo es tomar el poder y llevar a cabo una geopolítica islámica basada en la unión del “dar al islam” (no confundir con la Ummah sino con la comunidad de resistencia) frente al “dar el harb”, en este caso el frente de guerra en Israel y Gaza.

EL EJE DE LA RESISTENCIA EN IRAK

Frente a Israel las reclamaciones son diferentes a las de la ANP. Mientras que la ANP desea la salida de las tropas y la entrega a Palestina de las zonas A y B de Cisjordania para la creación de un estado soberano e independiente, los islamistas no sólo desean la independencia de Palestina sino la destrucción de Israel y la integración de todo el territorio a la Palestina libre debido a que se entiende a Israel como un estado usurpador de las tierras islámicas y principal responsable de la violencia en la región al transformar el apacible “dar el Islam” islámico bajo gobierno del califato otomano al “dar el harb” en tiempos británicos (aunque también ardió el mandato francés) y que ahora es crónico contra Israel.

Esta concepción hizo que Irán, mermada en los años ochenta por la guerra de Irán-Irak, pero también por la revuelta del Kurdistán o las crisis del golfo y la Guerra de Afganistán no pudieran prestar una gran atención a Palestina. Además, en Palestina existía el fuerte liderazgo de Arafat y los grupos islamistas no lograron instalarse con fuerza en Cisjordania, aunque sí en Gaza, donde más tarde gobernaría Hamás.

De los grupos armados palestinos los iraníes han mantenido contactos y apoyo con todos, desde los grupos de izquierda Frente Popular para la Liberación de Palestina como el Frente Democrático para a Liberación de Palestina – comando general, muy vinculados también a Siria y Hezbollah y mayoritarios en el Líbano. La Brigada de los Mártires de Al Aqsa, el “Grupo Imad Mugniyah” en recuerdo de un alto cargo de Hezbollah y con contactos estrechos con la yihad Islámica Palestina.

EL EJE DE LA RESISTENCIA EN AFGANISTÁN

Mahmoud Abbas declaró sobre el renacimiento de la Brigada de los Mártires de Al Aqsa, que no tenían nada que ver con ellos y que estaba dirigido por una facción extranjera, en referencia a Irán. Otros grupos como la Yihad Islámica Palestina, el FPLP, Movimiento de Libertad Palestina, Movimiento de los Mujahidin Palestinos, Comité de Resistencia Popular, FDLP, FPLP-CG forman parte de una coalición político-militar acuartelada en Gaza llamada Sala de Operaciones Conjuntas Palestinas. Esta organización, un paraguas que mantiene un mando unificado está liderada por Mohamed Deif, Comandante de las Brigadas Ezzeldin al Qassam, el brazo militar de Hamás.

También están estas otras milicias menores que normalmente no se mencionan y que habían sido partes de Al Fatah: Las Brigadas de Abdul al-Qadir al-Husseini, los Escuadrones de Ayman Jawda y el Ejército Al-Assefa.

Hamás es el gran opositor a Israel y a la concepción nacional y soberanista de Palestina liderada por Fatah y por lo tanto tan enemigo de Abbas y sus sucesores como de los líderes de Israel. Las concepciones son tan diferentes para la resolución del conflicto que llevan en disputa y sin terminar de reconciliarse desde 2006.

Hamás, que huyó de Damasco tras cambiar de bando y apoyar a las FSA de Siria abandonando a Bashar al Asad, de ideología de la Hermandad Musulmana, huyeron de Damasco a Doha, Qatar. Sin embargo, esa huida les ayudó con fondos, apoyo geopolítico y protección. De hecho, su poder se acrecentó cuando en 2017 pasaron del frente yihadista sunita al eje de la resistencia chiita planteada por Irán siendo el único grupo totalmente sunita dentro de este eje y, como hemos visto, comanda a través de la Sala de Operaciones Conjuntas, a otros grupos minoritarios sunitas.

El objetivo es, como en la estrategia de milicias, establecer en paralelo una línea política y diplomática que ya venía dada por los Hermanos Musulmanes que, al igual que la teoría de la Velayat al Faqih de Jomeini, no renuncia al institucionalismo democrático con separación funcional de poderes (no una separación total de poderes sino una compartimentación de funciones) bajo inspiración y supervisión islámica a través de una doble islamización: la islamización política desde arriba a través de la política y la legislación (convertida en Sharia aunque con cierta mixtura permitida con el sistema continental de código civil, common law o sistema consuetudinario) y la islamización social.

EL EJE DE LA RESISTENCIA EN YEMEN

Todo ello con la consecuente islamización social, de costumbres y de medios de comunicación que permita la instauración de un sistema y un estado islámico dentro del siglo XXI. Esto ha permitido que Irán haya podido encontrar un aliado en Palestina que responde al modus operandi desarrollado por el eje de la resistencia: liderazgo prestigioso – grupo armado – actividad política.

Esta alianza, por lo tanto, a permitido a Irán situarse en el mediterráneo y trazar unas líneas y un modelo de ayuda y asistencia económica y militar que ha hecho que, por el deber islámico de asistencia mutua establecido en el Eje de la Resistencia: grupos como Hezbollah en Líbano, Ansarullah en Yemen o los grupos de resistencia en Siria e Irak se impliquen ahogando las capacidades de Israel e implicando a Estados Unidos.

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Esto, que es también un mensaje para sus rivales regionales como Arabia Saudí, Turquía y Pakistán tiene que ver con la concepción iraní de ser una potencia emergente, de dinamizar grandes cantidades de dinero a través del comercio a pesar de las sanciones y de aprovechar su situación. Para ello el eje de la resistencia, que se muestra como una alianza militar es, ante todo, una proyección de poder geopolítico iraní que ha hecho que, después de varios siglos, Irán esté en condiciones de reclamar el sitio en Oriente Próximo que opinan que les pertenece.

Más allá de lanzar una serie de fechas y actos, la importancia de entender la extensión del eje de la resistencia en Palestina, tal vez la más compleja de todas, debe llevarnos a comprender la dimensión simbólica del conflicto palestino y como este (y las demás guerras en Oriente Próximo) sólo han hecho crecer a Irán que ha logrado dinamizar ayudas económicas millonarias, programas de entrenamiento en Siria y Líbano, redes de espionaje y un refuerzo diplomático, al estilo de guerra irrestricta, a nivel mediático y geopolítico que ha permitido a Hamás plantear una guerra total contra Israel y resistir las embestidas a pesar del número de muertos.

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De hecho aún una gran parte de la población gazatí apoya a Hamás, que no es sólo un partido –milicia o un grupo terrorista, es un proyecto amplio y transversal islámico que ha sido capaz de aunar las siempre volátiles alianzas árabes, alzarse como el gran líder de la resistencia islámica integrando otras estructuras en una construcción más grande y dominar el escenario político antisionista y anti Mahmoud Abbas con el apoyo incondicional de Irán que, con sus asesores, han sido capaces de lograr lo que ningún estado árabe de Oriente Próximo ha logrado: plantear una alternativa al modelo socialista palestino, integrarlo en una Entente Cordiale informal militar, regar con miles de millones a sus estructuras en Gaza y todo delante de Israel y Occidente sin verlo hasta que el día 7 de octubre, la estructura de poder les golpeó y ahora esta guerra ha sido más tóxica para Netanyahu que para Haniyah o Jamenei y amenaza con expandirse a Líbano e implicar a otros estados de Oriente Próximo llamando a otros actores internacionales. (Foto: Wikimedia)

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