Putinismo: puntos fuertes y débiles de la nueva Rusia

Rusia entró en el siglo XXI tras probar tres grandes sistemas políticos en el siglo XX: el zarismo imperial, el comunismo con la URSS y el liberalismo de Yeltsin. Sin embargo en el siglo XXI Rusia se definió con un nuevo líder: Vladimir Putin.

Putin fue capaz de solventar los graves problemas internos del país; la pobreza extrema en el país, la conflictividad de ciertas regiones, el auge de la mafia, la desilusión y desmoralización de la sociedad y la oligarquía. En el panorama exterior Rusia, en los noventa, había tomado el camino del liberalismo y la Occidentalización cuyo objetivo era someter y atar a Rusia como estado uniéndolo al mercado e impulsando la democracia partidista, de la misma manera que había hecho Estados Unidos con las naciones europeas sometiéndolas a la Unión Europea.

Rusia, sin embargo, durante el mandato de Putin ha sido capaz de llevar a cabo una mejora a todos los niveles de su política interna y externa creando un sistema político: el putinismo que; sin embargo, se hace difícil de definir a futuro por la importancia que el Presidente ruso tiene en ese movimiento. Los puntos básicos en política exterior podríamos concretarlos de la siguiente manera:

Putinismo exterior

  • Actividad geopolítica proactiva a nivel social y cultural;
  • Focalización y búsqueda de elementos prorusos de amplio espectro en otros países: neocomunistas, tradicionalistas, conservadores, euroescépticos, antiglobalistas etc…
  • Fomento de Rusia a través de una ampliación de sus labores informativas y uso de las redes sociales: Sputnik News, Russia Today, Itar Tass;
  • Acercamiento cultural y lenguaje sencillo con una menor agresividad ideológica en el mensaje;
  • Propuesta clara, ordenada y estructurada de un discurso aplicable a todas las sociedades basada en el respeto de las tradiciones, la familia, la patria y el trabajo como puntales del desarrollo social y ejemplo para otras sociedades confusas con ideologías corrosivas como el postmodernismo;
  • Defensa de la comunidad cristiana en general y de la ortodoxa en particular, en este sentido desde el año 2019 cuando Bartolomé I reconoció a la cismática Iglesia Ortodoxa Ucraniana – Patriarcado de Kiev, en este sentido Rusia retomó la ideología de la Tercera Roma que establece que la legitimidad imperial romana, trasladada a Constantinopla, recayó en Moscú tras la caída de Bizancio y por ello el Patriarca de Moscú debe ser el Primus Inter Pares, aparte de esto se apoyan en la demografía ortodoxa. En este sentido las relaciones de Rusia con Grecia y Chipre son excepcionalmente buenas;
  • Defensa del eslavismo: vinculación especial y primacía de Rusia sobre el resto de las naciones eslavas para, con ello, apuntalar un poder en su patio trasero, especialmente en las regiones de Ucrania (con Novorussia y Transnistria de Moldavia) y Serbia;
  • Mejora y profundización en las relaciones geopolíticas regionales a través de crisis. Guerras aprovechadas para enviar ayudas y estrechar lazos geopolíticos a todos los niveles, los casos clave serán: Siria, Armenia o Venezuela, donde el conflicto era económico y político pero donde Rusia se implicó para mantener posiciones en América y reforzarlas en Cuba;
  • Búsqueda de foros de diálogo para la colaboración regional o la pacificación de conflictos, labores que han focalizado sus posiciones en Turquía;
  • Estos elementos han generado una gran oposición de los sectores globalistas y occidentales que buscan llevar a cabo una política unilateralista basado en la primacía del Atlántico Norte (Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea) frente al multilateralismo ruso que busca la creación de un orden multipolar cuyo objetivo es la creación de foros paralelos a los occidentales para el desarrollo de un nuevo marco geopolítico que debilite el poder Occidental frente al de los bloques civilizatorios, del cual Rusia se erige en primer bloque entre iguales.

Putinismo en el interior

  • A nivel interior se basa en la concepción de un poder concentrado en la figura del Presidente cuya función es gobernar a la nación y defenderla;
  • Este poder concentrado se basa en un institucionalismo leal a la figura e ideas de Putin dentro de su orden de trabajo político o administrativo que se desarrolla en términos putinistas;
  • El poder del Presidente representa la salvaguarda de Rusia como estado, sin embargo la concepción rusa es imperial ya que es capaz de acomodar el discurso político a las múltiples razas y religiones que habitan Rusia;
  • La defensa del trabajo, la seguridad, la dignidad humana y la familia son los valores básicos del estado junto con el reconocimiento de la riqueza generada por el emprendimiento de los ciudadanos y una economía liberalizada pero limitada para evitar el surgimiento de oligarquías liberales que se comporten como cortes opositoras al poder ruso;
  • Capacidad de negociar estatus especiales para diferentes regiones atendiendo a sus realidades socio-culturales como en el caso de Chechenia y convertirse en el líder general de esos territorios a través del caudillaje local leal al poder de Moscú, (caso Ramzan Kadyrov)
  • Defensa del nacionalismo ruso, tradiciones, culturas y religiones y potenciación de las mismas;
  • Rechazo de toda ideología que vaya en contra de estos principios, de ahí la campaña de defensa social frente a ideologías homosexualizantes, feminismo postmoderno, abortismo, laicismo iconoclasta al considerarlos como tóxicos y ajenos a la identidad rusa;
  • Primacía de esta identidad en el lenguaje y promoción de un sentimiento de orgullo nacional e identitario basado en una labor informativa y artística, especialmente en el cine y en la literatura;
  • Personalismo; Putin es el líder de Rusia y salvador de la patria tras los duros años noventa, restaurador del orden siendo proactivo en redes sociales, prensa y eventos que van desde el desfile de las fuerzas armadas hasta concentraciones de motos o fotografías cazando en Siberia;
  • militarismo moderado con la promoción del ejército usando la tecnificación y modernización cada vez mayor así como la mejora y posición del ejército ruso como uno de los mejores del mundo;
  • Visión putinista del zarismo como origen del esplendor religioso y cultural de Rusia y, en paralelo, visión putinista de la URSS como momento histórico de máximo esplendor geopolítico y social del país realizando una adaptación y acomodación de ambas realidades en la actualidad no como eventos contradictorios o de ruptura sino como elementos complementarios;
  • Relativo al punto anterior, mantenimiento de símbolos de ambos periodos históricos: Desde el Águila imperial bicéfala hasta la estrella roja comunista de cinco puntas, el cuerpo de Lenin o la asistencia devota a la misa de resurrección ortodoxa;
  • Labor social para combatir la pobreza, el alcoholismo y las bandas callejeras;
  • Labor policial para la lucha contra la inmigración ilegal, la trata de personas, prostitución y contrabando;
  • Persecución de la oligarquía liberal y modernista que acabó exiliada o teniendo que someterse creando un estado de inteligencia donde la vigilancia es primordial;
  • Tecnocracia en los puestos avanzados de poder y en las posiciones estratégicas pero una fuerte presencia de leales en escalas intermedias creando un estado corporativo pero tendente a atrofiarse en caso de enfrentarse a realidades no contempladas;
  • Mejoras proactivas en el comercio energético y en el comercio internacional a través de la fundación de grandes conglomerados de empresa;
  • Mejora sustancial en el nivel de vida debido al orden en las finanzas y la estructuración de una economía liberal saneada;
  • Persecución de la corrupción;
  • Búsqueda de creación de clases medias de consumo vinculadas ideológicamente al proyecto de Putin y su equipo de gobierno como garantes del estatus adquirido;
  • Promoción del patriotismo frente al nacionalismo;
  • Burocracia de partido, la penetración de funcionarios de partido en el aparato del estado hace que pueda llegar a ser tendencioso, activo y rápido frente a unos sujetos, lento y atrofiado en otros casos;
  • Estado del interés nacional en todos los sentidos e intento de mantener un perfil bajo frente a aduladores o personas con visiones caudillistas o mesiánicas sobre Putin; ya que se muestra como un líder muy poderoso pero cercano a los ciudadanos tanto en las ruedas de prensa como en actos particulares más íntimos como cuando se hizo entrevistar por una adolescente ciega que quería ser periodista o visitó a su antiguo maestro en el KGB.

En todo caso el Putinismo es una ideología cuyo grandes logros sociales, militares, económicos y geopolíticos a la hora de proyectarse y convertirse de nuevo en una potencia mundial, de generar un discurso exportable y frenar ideologías tóxicas en su territorio por la fuerza de su líder es, al mismo tiempo, su gran debilidad porque; ¿a qué se agarrará Rusia cuando ya no haya más Putin y se retire por edad, incapacidad o muerte?, el futuro podría ser convertirse en una ideología anticuada o transitar hacia un nuevo sistema ideológico…un Putinismo sin Putin que podría acabar siendo una caricatura como en el caso del Peronismo, disolverse en la nada como el Franquismo o mantener una posición digna pero minoritaria como el Gaullismo.

(Foto: Wikipedia)

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