Somos seres sociales y las redes se aprovechan de eso, lo que comenzó como una serie de aplicaciones o websites donde contactar, charlar, conocerse y postear información intrascendente, personal, sentimental, política etc…logró su objetivo: convertirse en un vector en el cual volcamos toda nuestra propia vida a una serie de algoritmos que nos mapean y clasifican nuestros perfiles, gustos, deseos, anhelos. Nos conocen mejor que a nosotros mismos y eso les da toda la ventaja.

• 

Saben, gracias a Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp etc…todos los entresijos de nuestra alma y personalidad, saben que producto vendernos, cómo reaccionaremos ante diferentes situaciones y trazaran una guía de cuán peligrosos somos. El secreto es fácil: con suficiente información se puede prever con antelación qué va a pasar por la mente de un sujeto en cada momento aunque el ser humano tenga una variable que el algoritmo no entienda: somos ilógicos, pero eso se suple con el cálculo de probabilidades de que algo ilógico suceda y se añade a lo que somos.

Hemos colaborado TODOS en la mayor red de espionaje e inteligencia pasiva que jamás se ha creado: las redes sociales. Nadie nos ha colocado un espía a revisar nuestro correo, seguirnos o saber nuestras rutinas con costosos equipos de seguimiento, somos nosotros los que decimos donde estamos, lo que comemos, lo que bebemos, lo que compramos y lo subimos a la nube: la CIA, MI6, MOSSAD, FSB etc…sólo tienen que recolectar.

El OSINT (Open Source Intelligence- Inteligencia de Fuentes Abiertas), me dijo un experto en servicios secretos, representa el 80% de la labor de investigación de un servicio de inteligencia lo cual, unido al IMINT (Imagery Intelligence- Inteligencia de Imágenes) nos controla al 100%. Con ellos, conociendo al ser humano los paquetes de información para estimular el pensamiento, dirigir la conciencia y canalizar la opinión pública es una realidad: piensan por nosotros y ese pensamiento lo entregan en toda comunicación.

Esto jamás lo lograron con la televisión, radio o prensa pero con las redes sociales sí y todo forma parte de esta «estructura del pensamiento» desarrollado en laboratorios humanos y de inteligencia en la que confluye psicología, sociología, antropología, politólogos, periodistas para construir un pensamiento canónico que será proyectado a través de la televisión, radio, prensa, internet…se bombardearán los WhatsApp y se usará todo tipo de artimañas: desde memes hasta humor (humor dirigido), debates, peleas y virales.

Todo ello para obtener más información y hacer que la gente acepte una agenda desarrollada de forma maniquea por el ciudadano reconvertido en consumidor – proyector de bienes, servicios e información deberá aceptar por muy antinaturales que sea obviando la ley natural y aceptando como justo todo legalismo que las esferas de poder da a los demás, un positivismo social que permite que ideologías artificiales (y por ende falsas) se hayan abierto paso en colaboración con estos canales de emisión de información.

Ahora que la información está saliendo a borbotones, que los planes ideológicos para la construcción de la nueva sociedad progresista y la creación del nuevo hombre del siglo XXI, que cuenta con el apoyo de muchos países, las redes sociales están haciendo un papel que destaca en su tiranía, del mapeo de perfiles personales y su clasificación en grupos de afines hasta enemigos las redes han iniciado una campaña para ir apartando y silenciando a los enemigos convirtiéndose en violadores de los principios de libertad de conciencia, ideología, religión y expresión.

Estas compañías multinacionales y multimillonarias se han convertido en auténticos estados dictatoriales que someten a sus usuarios al estatus de ciudadano. Si internet es una nueva realidad en un nuevo espacio tecnológico (ciberespacio), las redes sociales se han convertido en macroestados con estructura oligárquica que somete a sus usuarios a una tiranía que no se ha visto en al historia y que llega a rivalizar con países.

Twitter y Facebook anunciaron que van a vetar de por vida a Donald Trump de sus redes sociales. Enfrentamientos dialécticos menos graves que estos se han producido entre líderes mundiales y se han saldado con crisis diplomáticas complicadas que, casi siempre se resuelven pero que algunas veces acaban profundizando en situaciones diplomáticas de enconos y desaires.

Que a Donald Trump le hayan sancionado de esta manera debería provocar una reacción de los países hacia estas corporaciones que han estado violando sistemáticamente la soberanía de estos estados y de los ciudadanos de estos estados, organizaciones que se creen en el derecho de violar derechos fundamentales y aplastar con su tiranía tecnológica la voz de miles de disidentes y de políticos internacionales descontentos con la ideología total y totalitaria que estas redes defienden sin ningún rubor.

Además de existir un cártel ideológico que ata a todos y a todo, también vincula a estas redes que, al ver que los disidentes están emigrando a otra red social, parler, más libre y sana…los servicios vinculados a estas grandes corporaciones se lanzan a la guerra para cortar la expansión de la nueva. En pocas palabras, lo que se esconde detrás de las compañías de redes sociales no es un mero servicio de contacto y mensajería sino un sistema de control ideológico que por su naturaleza ha tomado carta de naturaleza, que las redes sociales parecieran que dan a sus usuarios una carta otorgada ideologizada al máximo que no permite la disidencia que, de forma constante, es silenciada y represaliada.

¿Por qué todo esto?…porque las redes sociales es uno de los pilares (pero no el único) de un nuevo tipo de tiranía que responde a la defensa de unas ideologías trazadas desde hace muchos años en círculos sociales, empresariales y políticos de las cuales ellos son defensores. No se entiende este modelo de control fuera de todo este sistema geopolítico internacional que se va a inaugurar y que, en breve, iremos desgranando. (foto: pixabay)