¿El cartel de la Línea?. Drogas en el Campo de Gibraltar

La Línea de la Concepción es uno de los municipios más abandonados de España. Ni el Estado ni la Comunidad Autónoma de Andalucía reparan en ella. Es una región donde el poder del estado ha ido dejando huecos que, como todos sabemos, han sido ocupados por grupos criminales.

Hace unos días moría en acto de servicio el Policía Local Victor Sánchez durante una persecución contra contrabandistas de tabaco. Esa misma noche un Policía Nacional fue agredido con un ladrillo en la cara y acabó en el Hospital con 34 puntos de sutura, nariz y dientes rotos, el día 8 de junio de 2017 se produjo un tiroteo entre clanes de la droga y la temperatura sigue aumentado.

Esto no es nuevo, la violencia se ha adueñado de la ciudad. Hace poco más de un mes un Guardia Civil recibió una paliza, varios coches de agentes de la autoridad han sido atacados y los traficantes y contrabandistas no dudan en poner en riesgo la vida de los agentes embistiendo sus coches (reforzados) contra los vehículos policiales.

La situación se ha producido por un cúmulo de circunstancias históricas que pivotan entre el abandono institucional generalizado de esta región, la falta de estímulos económicos en forma de inversión, la cercanía de Marruecos (exportador mundial de hachís) y de Gibraltar (por circunstancias fiscales, exportador de tabaco) y, por último, la inexistente planificación social.

La existencia de una narcocultura, que ha generado una idiosincrasia propia en esta región ha hecho que los puestos dentro de las organizaciones se pasen de padres a hijos o que las organizaciones se nutran de personas con lazos familiares directos o indirectos, por lo que el parentesco asegura la lealtad. Asimismo las relaciones de amistad juegan un papel básico para reforzar y cimentar a los miembros de estos grupos.

Todo esto reforzado por la publicidad que se da a través de series de televisión y películas sobre personajes tan peligrosos como Pablo Escobar, experiencias televisivas que han sido éxitos internacionales, así como las producciones españoles enfocadas a esta industria en la cual se novela demasiado la realidad de este comercio ilegal.

Esto es un cocktail explosivo que estimula estos grupos

La marginalidad asociada a esta zona hizo que se fuera desarrollando el contrabando de tabaco y el tráfico de estupefacientes, hachís sobre todo. Estas actividades se llevan en paralelo y suelen compartirse recursos, medios y redes, por lo que la diversificación de las fuentes de ingresos es más amplia, aunque la red dedicada al contrabando de tabaco es menos extensa.

Además, no olvidemos que los grupos terroristas yihadistas internacionales afincados en África usan el tráfico de drogas como forma de financiación. Este cambio de paradigma podría implicar un esfuerzo generalizado por parte de Occidente para acabar con la trama de financiación del terrorismo. (Fuente Instituto Español de Estudios Estratégicos: pag 5 Yihadismo en África. Amenaza, Contexto y Respuesta)

La red de drogas de La Línea de la Concepción llegó a controlar el 70% del hachís que se consume en España, según fuentes policiales. Esto ha generado un cartel con una estructura clara e internacional por el cual se comercia con la droga de Marruecos. Esta estructura se basa en la colaboración de diferentes grupos criminales para la gestión y autoprotección de sus organizaciones.

Esta autoprotección ha implicado la penetración en barrios marginales, sin apoyos sociales y en zonas económicamente deprimidas (es una de las peores zonas económicas de la Unión Europea), esta penetración ha dado como resultado el apoyo incondicional de masas populares y su colaboración directa e indirecta, tácita o expresa, lo cual es un grave peligro para la continuidad del poder del estado en estas zonas urbanas.

El poder social de estas organizaciones criminales tienen un origen sociológico por el cual la debilidad de la presencia del Estado, el nicho de poder, es ocupado por una organización ilícita. Además, como factor determinante debemos contar con la pérdida de autoridad policial y judicial en esta zona, no existe temor al castigo jurídico por la comisión del ilícito penal (en este caso un delito contra la salud pública).

Al mismo tiempo nos encontramos con un relevo generacional por el cual los jóvenes han sustituido a los traficantes mayores, «retirados», encarcelados o fallecidos. La visión de estos jóvenes contrasta con la «prudencia» de sus antecesores a la hora de evitar choques directos o venganzas contra las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. La mentalidad de los jóvenes, envalentonados por unas leyes laxas y una policía desautorizada ha generado un aumento de la violencia en una ciudad en la cual el monopolio de la autoridad no recae ya exclusivamente en el estado.

Curiosamente, analistas de México comentaban que la desaparición de los jefes de los carteles mexicanos (traficantes clásicos tendentes a mantener el negocio sin enfrentarse al poder del estado) y su sustitución por nuevos jefes sin miedo a las leyes, ni a desafiar al estado por la fuerza armada llevó a una radicalización de estos grupos mexicanos, lo que ha provocado una situación de guerra asimétrica en el país azteca.

Si el gobierno desea recuperar el control debería iniciar un paquete de medidas que vayan desde el aumento de la seguridad en La Línea de la Concepción y el Campo de Gibraltar hasta planes de estímulo económico y social.

¿Estamos a las puertas de un cartel violento en La Línea de la Concepción?. Si esta es la realidad nos encontraríamos frente al primer cartel de Europa Occidental. (Foto: Wikipedia)


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