La estructura del yihadismo terrorista se ha desarrollado en torno a la ideología salafista. No olvidemos que el Estado Islámico es un grupo terrorista de carácter transnacional con elementos complejos en su estructura y funcionamiento.
Existe una infraestructura central que está jerarquizada y dividida por tareas y secciones. Como hemos dicho, Estado Islámico está compuesto por un grupo central dividido en secciones dirigidas a la propaganda, secciones políticas y religiosas, operativas, de logística y de seguridad, todo dirigido por el Califa Abu Bakr Bagdadi. Dichas secciones están formadas por los hombres más capaces de la organización, gobiernan a través de comisiones y departamentos dándonos una organización laberíntica.
Desde esta estructura originaria se gobierna Estado Islámico. Esta organización central posee una serie de grupos terroristas derivados de ellos, pero que no forman parte del Estado Islámico central, sino que son franquicias autónomas (como pasaba con Al Qaeda). Estas células realizan las labores de captación de nuevos terroristas, selección de objetivos, recaudación de fondos etc…para el ataque de «objetivos legítimos» dentro de su radio de acción.
Estos grupos o lobos solitarios, todos movidos por la ideología y la lealtad al Estado Islámico, actúan conjuntamente para la consecución de los objetivos marcados a nivel regional. En Europa se sigue este patrón.
Sus dos armas son el terrorismo e Internet
Internet como arma:
De entrada y para ser correctos deberíamos tratar el terrorismo como un fenómeno social transnacional. Esta realidad ha sido muchas veces definida, la complejidad de esta actividad nos lleva a concluir que todas las definiciones de terrorismo son correctas, pero incompletas, ya que esta realidad no es monolítica sino que ha ido mutando dependiendo de aquel que ejerza la violencia y del fin que esa violencia persiga.
Para comprender como este fenómeno ha ido evolucionando a través del tiempo debemos comprender que el terrorismo no es un medio para un fin. Si algo nos ha enseñado la historia es que dichas organizaciones acaban siendo vencidas o desmanteladas y, en algunos casos, acaban siendo grupos estancados en una guerra de desgaste que, tarde o temprano, pierden. Aún así intentaremos dar una definición que nos sirva para entender este primer capítulo introductorio: “El terrorismo es el ejercicio de la violencia asimétrica por la cual se trata de chantajear a un gobierno o conjunto de gobiernos usando la fuerza contra la sociedad, así como símbolos o intereses. El ejercicio de esta actividad se lleva a cabo de forma indiscriminada contra la población civil, usando como vía de expresión de sus reivindicaciones la violencia indiscriminada, que ha de llevarse a cabo en una localización, tiempo y modo específico, estableciendo una continuidad en el tiempo. En este terrorismo político-religioso, el terrorismo es una forma de castigo por los ataques de los países occidentales a los grupos terroristas que operan en Oriente Medio. Este tipo de terrorismo necesita de ser publicitada mediante los canales de información, televisión e Internet ”.
Esta es la definición que daremos de terrorismo. Podríamos especificar en el hecho y llegar a la conclusión de que la fase material del terrorismo es el grupo terrorista y la fase abstracta es la reivindicación o «venganza» que realiza, movido por la ideología y la lealtad a esta y al grupo formado entorno a la misma. No siendo la fase abstracta el objetivo final (que es lo que se afirma), sino que en términos reales el fin mismo del terrorismo acaba confundiéndose con su medio. El fin del grupo terrorista es la comisión del atentado, de modo que el grupo acaba convirtiéndose en mero agente vehicular de esa violencia.
Hoy nos encontramos con un factor clave que es Internet. La red proporciona una gran capacidad de adaptación, movimiento y potencial operativo. La herramienta de Internet en el terrorismo internacional es igual de importante que las propias acciones terroristas, ya que les permite estar al tanto de todo lo que ocurre en el mundo occidental, se mantienen comunicaciones seguras entre células y sectores de los diferentes grupos terroristas alrededor del mundo, se realizan labores de propaganda a través de páginas web, youtube, dominios y foros así como redes sociales y chats para la captación, fanatización y entrenamiento básico.
Una de las estrategias de la captación en internet consiste en la exposición gradual. Existen perfiles, grupos o páginas en redes sociales que podrían ser inocuas, pero su función es detectar patrones radicales o de potenciales yihadistas. Una vez captado el sujeto y pasados los filtros de seguridad, se pasa a otros niveles de la célula y a otras redes sociales. Principalmente WhatsApp o Telegram, más seguros, donde pueden hablar tranquilamente.
Debido a la naturaleza del terrorismo internacional Internet, que es una red internacional por antonomasia, se ha convertido en una de sus más preciadas armas. La publicidad de los actos terroristas implican también a televisiones. En un mundo en constante guerra, y aún con el 11S, 11M y 7J tan cerca del imaginario colectivo, las guerras de Afganistán e Irak y la fallida primavera árabe hace que cualquier acto de terrorismo, así como la amenaza de estos grupos hacia occidente copen los titulares en los informativos, debates en televisión y radio.
Asimismo la información es usada en estos medios de comunicación para otorgar pruebas de supervivencia (caso de Osama Bin Laden, Abu Baker al Bagdadi o Izzat Ibrahim Al Douri) o para mostrar pruebas de vida de sujetos secuestrados así como la reivindicación, negación de atentados terroristas y las brutales ejecuciones, que tienen un fin ejemplarizante y de advertencia hacia la sociedad receptora y, como no, las consabidas amenazas hacia el “enemigo” occidental.
Internet les ofrece un marco perfecto para el correcto desarrollo de sus operativos, ya que les ofrece una escasa regulación por parte de gobiernos y agencias de seguridad, acceso sencillo, fácil y rápido intercambio de información en entornos deslocalizados (cibercafés, bibliotecas, universidades etc…), anonimato y creación de círculos cerrados de información, acceso a la deep web para el intercambio “seguro” de información, entre otros.
Internet es un agente globalizador e instantáneo y es, tal vez el, producto estrella de la globalización, ya que para crear la aldea global la información debe fluir de la manera más rápida y sencilla posible. Si Internet es el triunfo mayor del concepto de globalización y aldea global, el terrorismo internacional, es la contraposición de aquel logro, con la expansión de empresas e influencias en este mundo laxo en controles, que debe adaptarse al concepto internacionalizador, nos encontramos con una internacionalización similar en el campo de los actos ilícitos, entre ellos obviamente el terrorismo.
El terrorismo usa el proceso globalizador para una expansión general, utilizando algunas herramientas para dicho crecimiento. Si el contexto regional se lo permite, en el caso del terrorismo islámico, una de sus luchas es contra la globalización, que representa una de las causas de “perversión” del Islam contemporáneo. El terrorismo internacional se vale de ellas en cuestiones que atañen a su financiación y logística. Debemos ser conscientes que los grupos terroristas tienen una capacidad de adaptación a los nuevos medios tecnológicos y a los nuevos contextos sociológicos mucho más rápida que la de los grupos y organizaciones que les combaten, de tal forma que las células terroristas siempre van o intentan ir un paso por delante.
Cada ataque terrorista hay que analizarlo como la narración de una historia. La violencia es un medio, un mensaje que constituye la moraleja de la historia que se pretende narrar. Dicho mensaje tiene una doble vertiente, la del chantaje al enemigo, representado en el estado, y la de aterrorizar a la población. Los grupos terroristas saben que el terror se disipa y que las sociedades tienen un enorme poder de regeneración y de superación del miedo, en pocas palabras, las sociedades después del momento del shock, el dolor y la ira vuelven a su centro y a la estabilidad, por lo que el acto terrorista para afianzarse ha de ser un continuo en la propaganda y en los actos de violencia.
Pero la dinámica mensaje-ataque, según el Estado Islámico, debe seguir un patrón por el cual se suele pedir a los infieles que se conviertan al Islam antes de ser dominados y, al mismo tiempo, se les hace saber que son atacados por los ataques de sus gobiernos en los dominios del Estado Islámico, culpando a los civiles inocentes de las decisiones de sus líderes, de tal forma que se otorga doble legitimidad al ataque terrorista.
Hay que tener en cuenta que la rapidez y la plasticidad de los movimientos terroristas en el ámbito internacional son facetas muy importantes. Una cosa hay que explicar, muchos ciudadanos pueden estar confusos ante la “afiliación” de grupos de Al Qaeda al Estado Islámico. Sencillo. El Estado Islámico está gobernado por un Califa, es decir la máxima autoridad religiosa en el mundo suní, Osama Bin Laden nunca se proclamó Califa.
La proclamación de Califa (que no se ha dado desde 1924) implica una potestad que va más allá de las fronteras y nacionalidades, ya que el Califa es un cargo superior que solo responde ante Allah. Cualquier musulmán debe lealtad al Califa antes que a su gobernante, ya que el Califa es el gobernante de la Ummah (Comunidad) Islámica mundial. De ahí que muchos grupos terroristas islamistas de la noche a la mañana se hayan unido a este grupo que supone una vuelta de tuerca a la yihad global.
Es un cargo en el que se une el poder político y religioso y está por encima de las nacionalidades y gobernantes.
Ni que decir tiene que el grupo terrorista que no se una o jure lealtad al Califa del EI será considerado un traidor y por ende peor que un kufar (no musulmán) y se le hará takfir. Si vemos los reportes de la Guerra Civil Siria podremos, con esta información, entender el porque de la lucha intestina en la oposición entre el Estado Islámico y el Frente al Nusra (Vinculado a Al Qaeda), ya que este último se negó a jurar lealtad al Califa porque consideraba que Al Qaeda debía ser el buque insignia de la Yihad (que con la aparición de Abu Bakr al Bagdaddi ya no tiene) de ahí la lucha por el predominio en la Yihad mundial.
El Estado Islámico y Al Qaeda difiere en cuestiones ideológicas de fondo y en los objetivos que buscan alcanzar con sus acciones terroristas.
Al Qaeda responsabiliza a Occidente (y principalmente a EE.UU) de todos los males que aquejan a las naciones musulmanas, y por eso busca su destrucción.
Estado Islámico, por el contrario, llama a los musulmanes a unirse y marchar a los dominios del Estado Islámico para vivir en el califato, pero desde que las diferentes coaliciones (una liderada por Rusia y otra por Estados Unidos) comenzó a atacarles y se inició la pérdida de su territorio. El grupo yihadista pidió a sus potenciales seguidores que no viajaran a los dominios del Estado Islámico y se quedaran en occidente para atentar, contraatacando en los dominios occidentales, esta retórica es de guerra, no de terrorismo. El grupo islamista desea purificar el mundo islámico de lo que considera herejías.
Con base jurídico-teológica el Estado Islámico no comparte el poder con ningún grupo otro allá donde se instala. La legitimidad de Califa le pone en una posición de superioridad, ya que el objetivo son los territorios donde establecer un gobierno y expandirlo. Mientras Al Qaeda buscaba alianzas con grupos locales, con los cuales establecen una serie de ayudas y planes a cambio de la consecución de objetivos en el teatro en cuestión. (Foto: Wikimedia Commons)
La única manera de hacer sostenible este blog y mantener un trabajo de análisis geopolítico independiente e imparcial lejos de los sistemas actuales de comunicación de masas es mediante la donación.
Por favor, considera donar la cantidad que consideres necesaria a la cuenta de PayPal: Koldosalazarlopez@gmail.com