El Anillo de Fuego contra Rusia, desde el ártico hasta el Caspio

La geopolítica contemporánea ha sido profundamente influenciada por la rivalidad entre Estados Unidos y Rusia, un enfrentamiento que se ha intensificado en diversas regiones del mundo, desde los mares del norte, como el Ártico, hasta el Mar Negro. Este artículo explora cómo las aspiraciones de control estadounidense en Groenlandia, la expansión de la OTAN en el Báltico, y las tensiones en el Mar Negro forman un «anillo de fuego» que rodea a Rusia, buscando contener su influencia y proteger los intereses occidentales.

Muchos consideran que Rusia es un estado agresivo pero no es así, en el actual contexto geopolítico Occidente ha querido arrinconar al gigante euroasiático y provocar tanto su caída como su aislamiento. Sobre todo tras el momento en el que Putin logró dominar la situación interna en el país y vencer en su guerra contra terroristas, agentes dobles, traidores y oligarcas peligrosos.

A partir de ese momento, en el primer cuarto de la década de 2010 hasta 2020 Rusia surgirá realmente como un poder a tener en cuenta y capaz de modificar el teatro geopolítico en los escenarios donde se implica.

La Ansia Estadounidense por Groenlandia

La ubicación estratégica de Groenlandia, en el camino hacia el Ártico, ha llevado a Estados Unidos a intensificar su interés en la isla. Controlar las aguas groenlandesas podría ofrecer a Estados Unidos no solo una ventaja estratégica en la navegación ártica, sino también acceso a recursos naturales ricos como gas y petróleo, en un contexto de disminución del hielo marino. Este interés se ha visto exacerbado por la creciente militarización de la región ártica por parte de Rusia para proteger su ruta que, ahora, está más amenazada que nunca por Trump, por lo que Moscú ha expandido su presencia militar y desarrollado infraestructuras en su costa ártica.

Groenlandia también se ha convertido en un foco de la competencia entre potencias debido a su cercanía a la ruta de navegación del Paso del Noreste, que, si se abre completamente, facilitaría y acortaría el comercio entre Europa y Asia. Por lo tanto, la presión estadounidense por establecer una mayor influencia en Groenlandia puede ser vista como un componente crítico en la lucha por el control del Ártico.

Pero también las ofertas de comprar la isla a Dinamarca (al más puro estilo del derecho internacional clásico) o de invadirla tiene por objetivo apuntalar desde el norte a Rusia.

La OTANización del Báltico

Con la reciente inclusión de Suecia y Finlandia en la OTAN, la alianza ha consolidado su presencia en la región del Báltico, lo que representa un desafío directo a la influencia rusa. Esta expansión no solo tiene implicaciones para la seguridad de los países bálticos, sino que también refuerza las reclamaciones de Lituania sobre la soberanía de Kaliningrado, enclave militar ruso en la región. La situación se agrava aún más con las presiones polaco-lituanas en el corredor de Suwalki, un punto crítico que conecta Polonia con los Estados Bálticos y que podría ser un objetivo estratégico en caso de un conflicto.

La política polaca del Miedmimorze, o «litoral medio», busca establecer una red de cooperación y defensa entre los países del norte y del este de Europa contra la amenaza rusa pivotando en una entente Varsovia – Bucarest – Kiev países los cuales serían un muro de contención terrestre que, al servicio de la OTAN, mantendrían a Rusia y a Bielorrusia, aislados del resto del continente por una fuerza hostil geopolítica (no sólo militar. El prometeísmo polaco, que aboga por un acercamiento y apoyo a los países vecinos, es una herramienta vital en este enfoque que busca la desestabilización interna de Rusia tratando de contaminar y usar la diversidad rusa como arma contra Moscú.

Geopolítica Rumana en el Mar Negro

En el Mar Negro, Rumanía y Ucrania se han alineado en un esfuerzo por contener a Rusia después del retorno de Crimea a Rusia y la integración de Donetsk y Lugansk (y todo el territorio tomado al este del río Dniéper). Lo cual refuerza la región occidental de las costas rusas mientras que la región oriental de las costas rusas es protegida por Abjasia, territorio reconocido como estado por Rusia. Rumanía se ha convertido en un bastión de la proyección marítima occidental contra Rusia, trabajando en estrecha colaboración con la OTAN para fortalecer su defensa costera y ha incrementado su capacidad naval.

De hecho tan estratégica es Rumania que las pasadas elecciones presidenciales fueron suspendidas por la victoria de un político proruso. El papel de Turquía, Bulgaria y Georgia es fundamental en este escenario, donde la seguridad colectiva en el Mar Negro se vuelve crucial. La región, marcada por tensiones históricas, enfrenta un nuevo enfoque de militarización que alinea a estos países en una postura unificada contra cualquier expansión rusa.

Por lo que la cuenca del mar negro queda comprometida por la constante tensión acumulada en Georgia, punto estratégico entre Occidente y Rusia, más sensible que Ucrania. Las tensiones entre Tiflis y Moscú por cuestiones históricas desde la caída de la URSS como los conflictos de Adjaria, Osetia del Sur y Abjasia ha permitido a Occidente intentar sacar a Georgia de la influencia rusa y llevar el conflicto a la frontera.

Sin embargo la mutua dependencia económica y financiera entre Georgia y Rusia sostiene la relación a pesar de momentos de grave tensión como la Guerra de 2008 o las periódicas protestas contra las elecciones del país cuando vence un candidato proruso, las últimas en noviembre de 2024.

La situación en el Adriático también refleja el intento de sacar a Rusia del mar a través del aislamiento de Serbia, un estado totalmente favorable a Rusia por la vinculación histórica, cultural, étnica, lingüística y religiosa y que ha buscado mantener su influencia en Montenegro en un entorno donde la presión occidental intenta limitar la influencia rusa. Montenegro, aunque ha tenido tensiones internas, se ha alineado más con las políticas occidentales generando también tensiones religiosas entre líderes ortodoxos montenegrinos y líderes ortodoxos serbios, lo que ha llevado a Serbia a perder gran parte de su influencia, su salida al mar (tras la disolución de Serbia y Montenegro en 2006) y por ende su influencia marítima y la de Rusia.

Conclusión: El Asalto Occidental a Transcaucasia

El «anillo de fuego» contra Rusia se completa con la dinámica en Transcaucasia, donde las tensiones se han exacerbado entre Armenia y Azerbaiyán, apuntando a los recursos y rutas en el Caspio. Occidente ha intentado extender su influencia en esta región, buscando acomodarse a las realidades geopolíticas del nuevo orden mundial, donde el control de los recursos y rutas de comercio son más decisivos que nunca.

Este complejo entramado de relaciones geopolíticas nos muestra que, en la batalla por el dominio y la influencia, cada movimiento cuenta, y el futuro del equilibrio de poder en Europa y el Ártico será fundamental para definir las relaciones internacionales en el futuro próximo. La influencia turca (otanista) en Azerbaiyán así como la creciente influencia occidental, a través de Francia y Estados Unidos que tiene su embajada más grande de Oriente Próximo en Yereván, han hecho que Rusia deba endurecer su geopolítica, su fuerza y su supervivencia en un entorno innecesariamente hostil provocado por el miedo y el odio irracional a Rusia que es visto como un enemigo cuando, en realidad, podría ser un gran socio. (Foto: Wikipedia)

Fuentes

  1. Mearsheimer, John J. «The Great Delusion: Liberal Dreams and International Realities.»
    Este libro explora cómo las políticas liberales han llevado a tensiones y conflictos internacionales, en especial en relación con la expansión de la OTAN y su impacto en Rusia.
  2. Götz, Roland. «Russia and the West: From Enmity to Cooperation?» – The International Spectator.
    Este artículo analiza la relación entre Rusia y Occidente, incluyendo la percepción de Rusia como agresora y las realidades de la política internacional contemporánea.
  3. Kühnhardt, Ludger. «The EU’s Eastern Neighborhood: A Framework for Action» – European View.
    Este documento se enfoca en la influencia de la Unión Europea en la vecindad oriental, destacando la tensión entre las políticas occidentales y las respuestas de Rusia.
  4. Simmons, Ann. «Georgia’s Relations with Russia: A Historical Perspective.» – Central Asia-Caucasus Analyst.
    Este análisis se centra en las relaciones históricas entre Georgia y Rusia, así como las tensiones actuales y cómo estas afectan la dinámica de poder en la región.
  5. Pérez, Luis E. «The Role of the Caspian in Global Politics» – Journal of Eurasian Studies.
    Este artículo examina la importancia de la región del Caspio en la geopolítica actual, así como la competencia por recursos y el impacto de las relaciones exteriores sobre Rusia.

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