Francia, de la cual obtuvieron la libertad tanto Siria como Líbano tras la ocupación de su tierra mediante el mandato francés de Oriente Medio tras la Primera Guerra Mundial, siempre tuvo un gran ascendente sobre el país. Como antigua metrópoli, los sirios siempre estuvieron cerca de Francia en materia cultural y económica, de hecho los negocios franceses en el país eran bastantes y generaban pingües beneficios para Damasco y París.
Sin embargo Francia, usando ese ascendente, fue uno de los países que mayor daño hicieron con su traición al gobierno del legítimo presidente de Siria, Bashar al Asad, de hecho la gran prueba de este ataque cristalizó con la creación de las FSA, en la cual Francia tuvo mucha importancia por su papel diplomático, financiero y militar pero, también, simbólico ya que la bandera de las FSA es la bandera de dominio francés en Siria.

La bandera de las FSA es la bandera de la República Siria bajo el mandato francés
De tal modo que Francia al mismo tiempo que ayudaba a las FSA, los primeros agentes vehiculares de Occidente en Siria (mediante la conjunción Turquía, Francia, Estados Unidos-Israel), miraba hacia otro lado con la aparición del Jabhat al Nusra (Al Qaeda) y del Daesh. Sólo intervino militarmente para vengarse del Estado Islámico por los ataques terroristas en París y Niza mientras continuaba su ayuda económica y diplomática a los miembros de las FSA.
El objetivo de Francia consistía en derrocar a Bashar al Asad (como hizo tras asesinar a Gadafi), y poder quedarse con los activos sirios en el extranjero y aprovechar las riquezas del país que quedarían a merced de un gobierno títere que pactaría con ellos suculentos contratos o, mejor, dejar a Siria en un estado de destrucción tal (Como Libia o Afganistán) que no pudieran enfrentarse al poder francés en el país, mientras París cumple con sus objetivos de corte financiero-económico (porque no son otra cosa).
Sin embargo el panorama es bien distinto. Siria ha resistido y vencido a los rebeldes terroristas y a los yihadistas, ahora la victoria del Presidente Bashar al Asad es casi total. A la derrota de los yihadistas hay que sumar la rendición a Siria de los kurdos por el miedo a Turquía después de la retirada de las tropas de Estados Unidos en Siria y el acercamiento de estados árabes, que han torpedeado Siria y han conspirado para destruirla siendo, como han sido, uno de los principales soportes de los terroristas de Al Qaeda o el Estado Islámico.
La reapertura de la embajada de Emiratos Árabes Unidos y, el hecho de que, Reino Unido está gestionando volver a abrir su embajada en Damasco así como el estudio que está haciendo la Liga Árabe para volver a readmitir a Siria, miembro fundador, es un claro mensaje de que los objetivos de la guerra no se han conseguido y, por tanto, hay que negociar de nuevo un estatus de influencia.
Sin embargo el ejército francés va a continuar en terreno sirio de forma totalmente aislada, ya que miembros de las fuerzas especiales francesas, hasta mediados de diciembre, han estado patrullando en Manbij y, a pesar de la petición que los kurdos han hecho a Francia de protección diplomática y militar, el gobierno de París, más concentrado en reprimir de forma armada a sus ciudadanos que protestan en las calles, han decidido permanecer ahí.
El miedo de Francia no es Siria sino Turquía, ya que las relaciones París-Ankara pueden verse afectadas como las de Ankara-Washington si Macron cubre a los kurdos, cosa que parece que no se va a dar ya que, a la marcha de las tropas de Estados Unidos, hay que sumar que los kurdos han negociado la entrega de Manbij al ejército sirio.
Macron está intentando hacer ver que Francia sigue siendo un estado fuerte pesar de que , como lo fue antaño, todo parece indicar que no y que el gobierno francés, que ya tiene severos problemas internos, acabará por marcharse militarmente de Siria tras la salida de los Estados Unidos, sin los que el ejército francés no puede hacer nada en este teatro donde está aislado en todos los frentes y al que todas las fuerzas, salvo algunas secciones kurdas, le están diciendo al régimen de Francia que sobra.
El gobierno francés, por el contrario, sabe que si saca a las tropas francesas de Siria, donde ya no tienen nada que hacer, no tendrá carta en la manga a la hora de abrir nuevas relaciones diplomáticas y económicas con el gobierno sirio del Presidente Bashar al Asad ya que, sin esto, las conversaciones pueden ser menos fáciles para París a la hora de normalizar la situación y volver a influenciar en el país relanzando sus negocios. (Foto: Wikipedia)
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