La Alianza de los Estados del Sahel: Nuevas Dinámicas Geopolíticas en África

La región del Sahel ha estado en el centro de la atención internacional debido a su compleja situación geopolítica y a los retos que enfrenta en el ámbito de la seguridad, desde el yihadismo desatado del JNIM de Al Qaeda y el ISWAP de DAESH, hasta la corrupción, los conflictos tribales y étnicos así como la brutal criminalidad transnacional que se traduce en plagas contra el tráfico de drogas y personas.

En los últimos años, la Alianza de Estados del Sahel, formada por Burkina Faso, Malí y Níger, ha emergido como un actor clave que busca redefinir sus propias dinámicas de cooperación y seguridad, especialmente con la retirada de Francia y el fin de la Operación Barkhane, pero también de los Golpes de Estado, Mali sufrió dos (2020 y 2021), Burkina Faso otro (2022) y Níger otro (2023) con una vertiente clara panafricanista, antioccidental y regionalista que se ha traducido en una orientación hacia Turquía, China, Irán y Rusia así como a la creación de nuevas organizaciones internacionales como la Alianza de Estados del Sahel, que viene a sustituir el G5 del Sahel, la CEMOC y a distanciarse de la CEDEAO.

Sin embargo estos países buscan también luchar contra la influencia extranjera y el terrorismo. La nueva situación en el Sahel y los intentos de estos países por pasar a una primera fila regional ha tensado la situación con Argelia y dado un balón de oxigeno a Marruecos, que lo ha aprovechado para flanquear por el sur a los argelinos y, aún más, a los mauritanos. Las tensiones entre Malí y Argelia, y cómo la alianza está redefiniendo sus relaciones con Marruecos tienen implicaciones profundas a nivel geopolítico.

Contexto Histórico

La intervención francesa en el Sahel comenzó en 2013 con la Operación Serval, que luego evolucionó en la Operación Barkhane, con el objetivo de combatir el terrorismo yihadista en la región. Sin embargo, a medida que la situación de seguridad se deterioró y la intervención militar no logró resolver problemas estructurales como la pobreza o la corrupción, el descontento creció entre la población local. A partir de 2021, varios golpes de estado en Malí y Burkina Faso trajeron al poder a líderes militares que cuestionaron la eficacia de la presencia francesa, culminando en la decisión de retirar las tropas francesas en 2022.

Salida de Francia y el Fin de la Operación Barkhane

El final de la Operación Barkhane ha dejado un vacío de poder en la región del Sahel, que los gobiernos de Burkina Faso, Malí y Níger han tratado de llenar creando la Alianza de Estados del Sahel (AES). Esta nueva estructura busca establecer una defensa colectiva, promoviendo independencias de las antiguas potencias coloniales y buscando socios alternativos, como Rusia y Marruecos.

La salida de Francia responde a un alineamiento de intereses en la región, y la AES se ha formulado como una respuesta a la compleja intersección de necesidades de seguridad, desarrollo económico y proyección internacional. Sin embargo, este nuevo enfoque ha sido criticado por la comunidad internacional, que teme que la falta de una fuerte presencia internacional pueda exacerbar las crisis humanitarias y de seguridad en la región ya que la única manera de retener influencia por parte de occidente es intervenir de nuevo en estos países.

Tensiones Malí – Argelia

Las relaciones entre Malí y Argelia se han deteriorado en los últimos años. Las diferencias en la lucha contra el terrorismo y las acusaciones de injerencia han sido los desencadenantes de este conflicto. Argelia ha sido un actor tradicional en la mediación de conflictos en la región, pero la reciente dinámica de los gobiernos militares de Malí ha alejado a su país de la influencia argelina. Mali ha acusado a Argelia de tener acuerdos secretos con Al Qaeda y permitir que en su territorio se asienten células con la condición de que no ataquen el territorio argelino, debido a la experiencia terrible de la guerra civil argelina entre el gobierno y los yihadistas del FIS, acusaciones negadas por Argel.

Sin embargo, en abril de 2025, se intensificaron estas tensiones cuando Malí acusó a Argelia de derribar un dron militar maliense, causando la retirada de embajadores y una escalada en las hostilidades diplomáticas. Malí ha cuestionado el enfoque de Argelia en la seguridad, argumentando que su modelo no se alinea con la realidad del extremismo violento que enfrenta el país.

Argelia declaró que el drone había sido derribado tras ser detectado sobre el espacio aéreo argelino, que sobrevolaba sin autorización por lo que para defender su soberanía y seguridad nacional procedió a derribarlo, trasladando a Malí la responsabilidad sobre este hecho y la posterior crisis.

Reorientación hacia Marruecos

Como respuesta a la creciente tensión con Argelia, Burkina Faso, Malí y Níger han comenzado a fortalecer sus lazos con Marruecos. Marruecos, que ha buscado ampliar su influencia en África subsahariana, se ha posicionado como un socio atractivo debido a su estabilidad política y a las oportunidades que ofrece en términos de desarrollo económico y comercio.

Ofrece a estos países un socio frente a Argelia, con quién lleva décadas de abierta hostilidad, al acceder a estos países flanquea por el sur tanto al POLISARIO, asentado en los campamentos de refugiados de la región argelina de Tinduf, como a Argelia y a Mauritania.

Marruecos, en sus ansias irredentistas, reclama el oeste de Argelia, el ya ocupado Sáhara Occidental y toda Mauritania (teoría de El Fassi), pero al mismo tiempo accede a los recursos geopoliticos, influencia que hace que el país tenga mayor profundidad internacional, así como recursos financieros, empresariales, energéticos y políticos, pero también a las zonas de alta criminalidad compleja (tráfico de drogas, personas, armas) etc…

Los países de la AES han visto en Marruecos una posibilidad de diversificar sus alianzas y alejarse de la influencia francesa directa. Marruecos ha ofrecido apoyo en áreas claves como la seguridad y el desarrollo económico, proponiendo rutas comerciales y cooperación en sectores como agricultura y energía. Este enfoque busca no solo combatir la pobreza, sino también establecer un frente unido contra el terrorismo en la región del Sahel está vez dirigido por Marruecos, no por Argelia, y con el POLISARIO en la lista de enemigos a batir.

¿A cambio?, la tan ansiada salida al mar y al comercio atlántico y mediterráneo (Marruecos tiene costa en ambas zonas marítimas), que Marruecos dinamizaría, el respaldo marroquí a la AES tiene como fin el establecimiento de una dependencia hacia Rabat que haga densa la diplomacia de estos países. El objetivo marroquí es lograr, dando, la influencia que ya tiene en España, pidiendo.

Mientras que en España Marruecos ha logrado introducir lobbys políticos, económicos y mediáticos apuntalados por una comunidad dinámica in crescendo aglutinada en torno a mezquitas malikitas, centros culturales y asociaciones controladas por la embajada, en el Sahel el plan consiste en apoyar diplomáticamente a estos países en sus proyectos regionales, actuando como un padrino y colaborador, y, al mismo tiempo, beneficiarse copando el vacío de poder internacional logrando una gran influencia haciendo dependientes a los países del AES de Rabat.

Implicaciones Geopolíticas

La reconfiguración de alianzas en el Sahel plantea varias implicaciones geopolíticas:

  1. Redefinición de Influencias Regionales: La creciente alineación de Burkina Faso, Malí y Níger con Marruecos podría cambiar los equilibrios de poder en el Sahel. Argelia, que tradicionalmente ha jugado un papel de mediador y garante de la estabilidad en la región, podría ver disminuida su influencia ante el surgimiento de la AES respaldada por Marruecos.
  2. Consolidación de una Nueva Identidad Regional: La AES está emergiendo como un nuevo bloque político que busca fortalecer su autonomía frente a influencias externas. La creación de una fuerza militar conjunta y la implementación de proyectos económicos conjuntos son señales de que estos países están tomando el control de su destino.
  3. Impacto en la seguridad: A medida que estos países buscan establecer un espacio seguro en el Sahel, la dinámica de cooperación en seguridad será fundamental. Sin embargo, el éxito de dicha cooperación dependerá de una visión unificada y del compromiso para abordar las causas raíz de la violencia extremista.
  4. Reformas Estructurales: La colaboración con Marruecos también podría impulsar reformas económicas y estructurales necesarias para el desarrollo sostenible en la región. La independencia económica buscada por la AES podría ser clave para el éxito a largo plazo y para la estabilidad social.
  5. Nuevas Alianzas Internacionales: El abandono paulatino de la influencia francesa puede abrir la puerta a nuevos actores internacionales, como Rusia, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, que han mostrado interés en invertir y colaborar en proyectos de infraestructura y seguridad en el Sahel.

Conclusiones

La situación en el Sahel es un reflejo de cómo las dinámicas geopolíticas están en constante evolución. La Alianza de Estados del Sahel está redefiniendo no solo su estrategia de seguridad, sino también su identidad regional. La alineación con Marruecos marca un cambio significativo que podría alterar las relaciones tradicionales en la región y dar forma a un nuevo orden geopolítico.

Se acerca un período crítico para Burkina Faso, Malí y Níger. A medida que navegan las tensiones internas y externas, el éxito de su alianza dependerá de su capacidad para mantenerse unificados, abordar las causas subyacentes del extremismo y fomentar un desarrollo que beneficie a sus poblaciones. La respuesta de Argelia y de otros actores internacionales seguirá siendo un factor determinante en el futuro del Sahel y en la estabilidad en la región.

El discurso panafricanista de los estados del AES tiene una vertiente internacional basada en la toma de conciencia de la importancia de estos países, el sur global: alta natalidad, población jóven y estados ricos en recursos que son pobres y no tienen representación geopolitica, ha comenzado a despertar y sacudir los cimientos del norte de África.

Referencias

  1. International Crisis Group. (2023). «The Sahel’s New Alliance: Burkina Faso, Mali, and Niger.» [Link]
  2. BBC News. (2025). «Mali and Algeria Tensions Escalate over Drone Incident.» [Link]
  3. The Guardian. (2024). «France’s Withdrawal: What It Means for West Africa.»

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