Tetsuo Nakamura, el asesinato de «Kaka Murat»

Hay veces que la historia regala a los pueblos amigos llegados del otro extremo del mundo. En el caso de Afganistán, que no tiene muchos amigos, un médico japonés decidió involucrarse en el país, su nombre era Tetsuo Nakamura y era conocido como «Kaka Murat» (tío Murat).

Nakamura nació en 1946 en Fukuoka, al norte de la isla de Kyushu, y pertenecía a la iglesia cristiana bautista. Debido a su formación como médico fue destinado en 1984 a Peshawar, en Pakistán, como miembro del Servicio de Cooperación Médica Cristiana de Japón en el Extranjero. En ese periodo la ciudad era un hervidero de refugiados afganos que venían huyendo de la Primera Guerra de Afganistán, campos insalubres donde las enfermedades campaban a sus anchas.

Precisamente una de las misiones de Nakamura era la lucha contra la lepra, enfermedad endémica en Afganistán, Pakistán e India a día de hoy. Su estancia de cinco años, que debía de acabar en 1989 se prolongó hasta 1991, momento en el que el médico japonés ya había creado tres clínicas en Naranghar (este de Afganistán) cuya capital es Jalalabad.

Sin embargo su labor médica de ayuda a los enfermos y su lucha contra la lepra no fueron ningún handicap para él ya que, en los noventa, cuando tras la retirada soviética continuaba la guerra civil entre los clanes tribales y los talibanes. Nakamura, durante esos años y tras estar acostumbrado a los desastres de la guerra y las enfermedades reconoció que el gran peligro de la región era la desnutrición. La alimentación era básica para evitar enfermedades carenciales, de las cuales emergían todas las enfermedades asociadas.

El gobierno talibán, aislado del mundo y pobre de necesidad se vio sacudido en el año 2000 por una brutal sequía que hizo inútiles los esfuerzos de Nakamura a la hora de luchar contra las enfermedades, de modo que decidió realizar un plan más ambicioso con la ayuda de las comunidades locales. Usando los sistemas de riego tradicionales de Japón, que no necesitan de planes complejos de logística, transporte o recursos, decidió crear un canal de irrigación que desviaba aguas del río Kunar.

Su trabajo, al realizar esta canalización, fue de tal nivel que acabó por construir una red más amplia que implicó la construcción de otros ocho canales y varios diques para irrigar 16.000 hectáreas de terreno. Esto provocó el auge de la agricultura y la ganadería, un superavit de alimentos, la bajada de las enfermedades y un desarrollo económico en Naranghar a pesar de la intervención militar de Estados Unidos y la guerra contra los talibanes y entre diferentes clanes y grupos terroristas.

Tetsuo Nakamura, en el desarrollo de su trabajo como médico y con sus labores de ingeniería se ganó el respeto de los grupos tribales, el gobierno afgano e incluso de los talibanes, de hecho por su labor recibió premios internacionales como la Orden del Sol Naciente de Japón o el Premio Ramón Magsaysay de Filipinas, (una especie de Premio Nobel del Sudeste Asiático).

Sin embargo uno de los premios que más le impactó fue el de ser reconocido como ciudadano honorario de Afganistán por parte del presidente Ashraf Ghani, con el cual tenía una relación de amistad. Sin embargo, Tetsuo Nakamura fue asesinado el 4 de diciembre de 2019 en Jalalabad, Afganistán, tras una emboscada en la que murieron cinco personas más: dos guardaespaldas, un cooperante y el conductor.

A pesar de haber sobrevivido a la emboscada y encontrarse consciente, Nakamura sucumbió a las heridas muriendo en el aeropuerto de Jalalabad cuando iba a ser transportado a la base estadounidense de Bagram. Aunque se culpó a los talibanes; estos, que también tenían buena relación con Nakamura, rechazaron la acusación y otros grupos como Al Qaeda o Daesh negaron su participación en dicho ataque al médico japonés.

Sin embargo el gobernador de Naranghar y los servicios secretos afganos declararon que el ataque no fue una sorpresa ya que a Nakamura se le había avisado de que existía un complot para asesinarle aceptando, contra su voluntad, el hecho de tener que ir escoltado. Los mismos servicios secretos de Afganistán acusaron a Pakistán de haber usado proxies para asesinar a Nakamura debido al rechazo del desvío de aguas del Río Kunar que estaba haciendo el médico japonés y que el gobierno de Islamabad no aceptaba debido a que iba contra sus intereses estratégicos de controlar el caudal del río.

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