Kurdistán iraquí, el gobierno de las apariencias

El pueblo kurdo es uno de los más controvertidos de Oriente Próximo. Fueron espina dorsal del poder otomano en Anatolia y unos de los perpetradores de los genocidios contra armenios y asirios en el siglo pasado sólo para quedar relegados a una segunda posición en la Turquía de Anatolia y sin estado tras el fin de los Tratados de Sevres o Lausana que tenía para ellos y no se llegó a materializar.

Desde entonces han sido un grave problema para los países de su entorno por su constante patriotismo separatista y su nacionalismo siempre al acecho. Desde los años setenta con el PKK contra los gobiernos a veces democráticos y a veces militares de Turquía tuvieron su gran enemigo.

IRÁN ZAMIN (PARTE 2): EL IRANISMO COMO EJE GEOPOLÍTICO

En los países árabes eran vistos como “gentes de montaña” siempre lejos de los cosmopolitas centros de poder de Damasco o Bagdad, en Irán estaban más integrados a pesar de recordar con nostalgia la efímera República de Mahabad, Irán reconoce el hecho diferencial kurdo pero no les permite autonomía.

Junto con los turcos, temerosos de la inseguridad y sus santuarios en Siria e Irak, Sadam Hussein ha sido su gran enemigo hasta la llegada del DAESH. Para Turquía un califato islámico era menos corrosivo que un Kurdistán libre. En primer lugar tras el año 2003 el modelo federal iraquí reconoció una autonomía amplia del Kurdistán. En base a eso y a la existencia de una milicia nacionalista kurda muy vinculada a Estados Unidos, la región kurda del norte de Irak disfrutó de una gran seguridad, en contraste con el caos del resto del país, que se tradujo en un auge económico que atrajo mucha inversión privada y mejoró la situación de la región.

El hecho de tener un parlamento propio, presidencia (en manos de Nechirvan Barzani ahora mismo), ejército, policía, servicio de inteligencia propio (el Asayis) y además, capacidad de relacionarse con otros países como un ente autónomo dejaba claro que la situación más que una federación es una confederación. En Erbil están los consulados más importantes acreditados en Irak y cuya función real es la de una semiembajada de hecho. A veces se pueden producir visitas oficiales a Erbil que no van a Bagdad.

Esto tensa mucho las relaciones entre Erbil y Bagdad por cuestiones de jurisdicción y oportunidades ya que las garantías ofrecidas por Erbil de seguridad y desarrollo no se dan en el resto del país. La explotación del petróleo es delicada ya que la APIKUR (Association of the Petroleum Industry of Kurdistan) trata de atraer al Kurdistán a nuevos inversores y socios.

Por otro lado las relaciones vecinales son tensas, especialmente con los kurdos de Siria. Rojava y el Kurdistán iraquí han tenido encontronazos debido a la deriva política de ambos grupos siendo que los kurdos de Siria se acusan mutuamente. Cierto es que el Estado Islámico y su especial odio hacia los kurdos hizo despertar a esta comunidad que, en base a las autodefensas pudo crear milicias e imponerse en el terreno negociando su estatus jurídico y político con las mismas: naciendo Rojava y obteniendo el Kurdistán Iraquí cotas de independencia sólo soñadas. Lo cierto es que el apoyo entre ambas organizaciones kurdas ha sido tensa.

A pesar del apoyo mutuo en la guerra contra DAESH una vez derrotado el grupo el Kurdistán iraquí impuso un bloqueo económico contra Rojava que hizo mucho daño a los kurdos. Por otro lado, el Partido Unión Democrática de Rojava, que forma parte de la Unión de Comunidades del Kurdistán (de izquierdas) es un partido ilegalizado en Irán y Turquía y marginal en Siria e Irak por lo que el gobierno del Kurdistán iraquí que busca normalizar relaciones regionales no puede permitirse mantener estas relaciones peligrosas.

Nechirvan Barzani, del Partido Demócrata del Kurdistán, se basa en un partido nacionalista kurdo y de ideología “atrapalotodo” muy reforzado tras la guerra contra el Daesh.

A nivel internacional la situación está estabilizándose: Las relaciones con Siria son las menos desarrolladas de todas debido al apoyo de Barzani a los separatistas kurdos a pesar de que estos no le tomen en serio debido a su nacionalismo, que Rojava rechaza. Tras las críticas de Damasco al referéndum de 2017 y las críticas del Kurdistán pidiendo la representación de minorías en el gobierno de Siria la situación se fue estabilizando y normalizando.

Aunque al final el gobierno de Damasco y Rojava llegaron a acuerdo de gobernabilidad basado en la amenaza turca en zonas de cosoberanía y zonas exclusivas kurdas que deberían integrarse como autonomías en 2023 se produjeron enfrentamientos entre milicias iraníes y el gobierno de Siria contra las SDF lo que provocó que entre los kurdos se alimentara la idea de que el gobierno de Damasco es un “tiránico gobierno central”.

Con Irán las relaciones han sido continuas y positivas debido al reconocimiento por parte del gobierno de Teherán al hecho diferencial kurdo y al sunismo, rama mayoritaria de los kurdos, aunque no permite movimientos políticos en su territorio que puedan ser lesivos hacia la República Islámica, además el comandante en jefe de las fuerzas navales iraníes es kurdo por lo que eso permite que iraníes y kurdos, ambos pueblos iranios, se lleven bien. De hecho, Barzani acudió a la toma de posesión del fallecido presidente Raisi lo que evidencia una buena postura a nivel geopolítico y económico.

De hecho, el Kurdistán histórico es diferente del Kurdistán político autónomo de Irak por lo que cuando se hablan de los ataques de Irán contra bases de Estados Unidos en el Kurdistán no hablamos del Kurdistán casi independiente sino del histórico controlado por el gobierno de Bagdad.

Por lo que Irán ha proyectado en su frontera con el Kurdistán iraquí una zona estable donde su influencia es más sutil que en el resto de países de Oriente Próximo.

Las relaciones con Turquía han sido muy tortuosas por el trato dado a los kurdos de Turquía, las actividades del ilegal partido – grupo terrorista PKK – o el trato recibido en las prisiones turcas por parte de Mustafá Oçalan son cosas que daña las relaciones kurdo-turcas. A esto hay que sumar las acusaciones constantes de Erdogan hacia cualquier grupo kurdo de estar vinculado al PKK. Sin embargo, a pesar de las incursiones turcas en el territorio las relaciones han ido mejorando y Erdogan hace un mes visitó a Barzani en Erbil.

La pesadilla de Turquía y en menor medida de Irán es que la progresiva autonomía en Irak, reconocida internacionalmente como parte del estado iraquí al ser una cuestión de soberanía interna su división político-administrativa consignada en la constitución, o la cuestión de Rojava (estado de reconocimiento limitado surgido de la Guerra de Siria) sea una inspiración para el grueso de la población y los partidos políticos kurdos de Turquía en un avance por el desarrollo de una autonomía que refrende el regionalismo y sea, al mismo tiempo, la base de un futuro conflictivo de separatismo kurdo que aune la cuestión social y política.

Sin embargo al juego diplomático le sigue un juego de instituciones muy interesante con la kurdificación de la población del Kurdistán iraquí a nivel académico, social y cultural implantando varias estrategias: la primera es la de imponer la lengua y cultura kurda, la visión islámica tradicional del pueblo kurdo (diferente al modelo árabe, persa o turco de la región), promocionando el pasado no islámico de una manera parecida a como hacen en Irán con el zoroastrismo. En este caso lo que se promociona como n elemento propio preislámico para diferenciarse de los árabes es el yazidismo y sutilmente se promociona la religión y las peregrinaciones a la ciudad santa de Lalish, donde ya hay tropas kurdo-yazidíes custodiando el santuario en vez de los musulmanes iraquíes.

Los cristianos también están siendo kurdizados, como los árabes y turcomanos, y los que no se acaban yendo, tras ser convertidos en minorías, a otras zonas afines donde vuelan a ser mayoría. La Iglesia Católica del Oriente (nestoriana) se promociona por el poder por encima del resto de confesiones religiosas aunque también intervienen en temas como la controversia del Cardenal Luis Rafael Sako, que por un corto periodo de tiempo por tensiones con el Primer Ministro, cambió su sede de Bagdad a Erbil en 2023 aunque regresó en 2024.

En definitiva, un juego de relaciones y equilibrios geopolíticos entre un estado de facto totalmente independiente pero que mantiene las formas y, de cara a la Comunidad Internacional y los ciudadanos iraquíes, se mantiene como una región autónoma. (Foto: Wikimedia)

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