Rubén Pulido (Jerez de la Frontera, 1985) es un destacado analista político especializado en el estudio de los flujos migratorios hacia Europa. Comenzó su carrera profesional en las Fuerzas Armadas cuando apenas tenía 19 años, permaneciendo en el Ejército del Aire y del Espacio durante más de una década, cursando diversos cursos de especialización y llegando a ser reconocido tras su servicio a España con la medalla al Mérito y Sacrificio, impuesta por el general Diz Monje —actual jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey— en la Escuela de Guerra y Liderazgo del Ejército a propuesta del Grupo Especial de Escoltas, Emergencias y Seguridad.
Durante su etapa militar adquirió los primeros conocimientos sobre inmigración tras desarrollar numerosas investigaciones centradas en el origen del estallido migratorio en Libia y cursar Relaciones Internacionales en la UCAM (Murcia). Desde entonces, ha profundizado en las dinámicas migratorias hacia Europa, consolidándose como uno de los principales expertos en la materia en España. Actualmente, asesora a partidos políticos y otros organismos en Europa, participa en conferencias nacionales e internacionales y colabora con diversos medios de comunicación, compartiendo su conocimiento sobre este fenómeno.
Koldo Salazar tiene el gran privilegio de entrevistarle para Otralectura.com y que pueda exponer su largo y denso trabajo lleno de horas de estudio e investigación.

-¿Qué es el fenómeno de la inmigración hacia Europa y qué estados y organizaciones, con apariencia legal o no, se benefician de ello y por qué?
Podemos entenderlo como fenómeno, pero yo diría que en la actualidad es un mercado. La inmigración ilegal hacia Europa hace décadas se entendía como algo altruista, humanitario y un movimiento nacido de la necesidad de sociedades aplastadas por diversos factores, veíamos a familias enteras adquirir una embarcación con lo poco que podían reunir para lanzarse a merced el mar Egeo en Lesbos (Grecia) hasta que entró en juego la monetización de estas dinámicas.
Desde entonces no se puede tratar como algo sorpresivo —lo que encajaría dentro de la denominación de fenómeno—. Me cuesta mucho pensar que en la última década nadie supiera prever lo que está sucediendo a día de hoy. Yo mismo fui testigo de ello a través de observadores internacionales hace actualmente una década, cuando esos flujos migratorios se veían sometidos a múltiples variaciones y cuando comenzaron a tejerse las primeras estructuras de lo que a día de hoy podríamos definir como un mercado. Un mercado que ya esas sociedades en estados de precariedad no pueden alcanzar y que es aprovechado por perfiles con una notable disposición económica.
El mercado de la inmigración ilegal, está actualmente conformado por redes criminales de todo pelaje en el continente africano y asiático —desde señores de la guerra, pasando por grupos terroristas e incluso narcotraficantes— y completado con la institucionalización en Europa de este conglomerado criminal, del que ya son participes todo tipo de instituciones públicas y empresas privadas que se dedican en blanco a la gestión de la inmigración ilegal.
El negocio criminal en la actualidad comienza en cualquier lugar recóndito de Mali, donde comerciales del tráfico de personas te asesorarán para cruzar la frontera norte hasta Mauritania —con ayuda de organizaciones terroristas— y, una vez en territorio mauritano, te seguirán prestando servicios hasta alcanzar el litoral para poder partir en un cayuco hacia Canarias manejado por un pescador financiado por las redes criminales del lugar. A partir de ahí, ya comenzará a prestar servicio una institución pública como Salvamento Marítimo, que no será otra cosa que la correa de transmisión de todo este conglomerado criminal.
Una vez llegan a continente europeo, comienza la trata institucionalizada, donde entran en juego organizaciones humanitarias, un Gobierno que las financia y toda una red de instituciones públicas y privadas, consolidando un mercado que explota la actual inexistencia de fronteras a todos los niveles.
-En los años ochenta y noventa llegaban por mar a España inmigración africana magrebí y subsahariana, ahora se detectan pakistaníes, afganos y sirios, ¿Por qué aparece esta gente en los cayucos y pateras del Mediterráneo si sus países están tan lejos del Mediterráneo Occidental?

Por la existencia de ese mercado, que responde a las necesidades de la clase media/alta de estructuras sociales conformadas en el deseo de llegar a Europa por la vía de la ilegalidad, ante el conocimiento expreso de los innumerables elementos ventajosos que esto conlleva.
Debemos tener claro que en estos momentos, las personas que se encuentran en situaciones extremas, jamás llegarán al continente europeo. Todas las personas carentes de recursos y en situaciones de precariedad quedarán condenadas a la inmundicia en sus países de origen. Ahora la fortuna viaja en patera mientras la miseria queda en origen, es así de triste.
Cuando una dinámica se mercantiliza la oferta y la demanda fija precios, y actualmente debes tener miles de euros a tu alcance para poder contratar los servicios de redes criminales que te ofrecerán, desde una narcolancha en Nador (Marruecos) para navegar a toda velocidad con destino a Cabo de Gata (Almería), a un cayuco en Nuadibú (Marutania) tras cruzar media decena de fronteras para que alcances Canarias o un vuelo desde Turquía hasta Dakar (Senegal) para que puedas salir pasadas unas semanas desde Saint-Louis (área senegalesa donde operan los traficantes) hacia la isla de El Hierro.
Por tanto, con el dinero todo es posible. Tan posible que en su día tuve plena constancia de que los inmigrantes ilegales de origen bangladesí que partían desde Libia hasta el sur de Italia, llegaban a pagar la friolera de 10.000 euros a las mafias para poder completar dicho viaje. Y no estoy descubriendo la pólvora, ahí están los innumerables operativos policiales que a día de hoy evidencian el pago de miles de euros para alcanzar costas españolas.
-¿Es la inmigración un estadio más de las redes de trata de personas para fines de explotación?
Sí y no. Actualmente yo diría que estamos ante un conglomerado criminal liberal dentro del mercado de la inmigración ilegal, de ahí que lo englobe todo como un sistema mercantil. Antes, existía cierta distinción. Las redes en Libia, por ejemplo, seleccionaban perfiles específicos para explotarlos con fines lucrativos, ya fuera comerciando con ellos o reservándolos para otros propósitos. Sin embargo, hoy en día, esa selección prácticamente ha desaparecido. La organización de viajes ilegales hacia Europa se ha vuelto tan rentable que la explotación se ha diluido con el tiempo. Es, como diríamos en Occidente, una búsqueda de dinero rápido sin complicaciones.
-Los refugiados, y los vimos en los campamentos de Siria, Irak o Pakistán, se mueven con familia pero de los refugiados que entran en Europa sólo vemos hombres en edad militar, ¿Qué está pasando con eso?
Como te comentaba con anterioridad, todo se está viendo desde el prisma puramente lucrativo. ¿Cuántas remesas se envían desde Europa a los países de origen? Hablamos de miles de millones de euros cada año que desaparecen de nuestros países para acabar en el continente africano o asiático.
No huyen de ningún conflicto, pagan un pasaje para seguir encontrando un lucro económico que les haga escalar posiciones en su país de origen. Ya hemos sido testigos de cómo inmigrantes ilegales que alguna vez estuvieron con nosotros se han vuelto a sus países conservando ciertos subsidios económicos. Yo mismo he escrito sobre ello.
Por otro lado, todos los jóvenes que vemos a día de hoy en nuestras calles son jóvenes con grandes recursos, algunos obtienen estos recursos a través de la delincuencia y otros vienen de estructuras sociales acomodadas en sus países de origen. Claro que todos son hombres en edad militar y en buena condición física, no están ante ninguna situación precaria y llegan a nuestras sociedades para aprovecharse de un marco económico hecho a medida del que ellos extraen un lucro sin mucho esfuerzo.

-¿Cual es el papel de Marruecos en esto y que papel juega, en este juego geopolitico los indultos que el Rey de Marruecos está concediendo en masa?
Lo he dicho en múltiples ocasiones; para Marruecos la inmigración es un arma y los inmigrantes son la munición. El régimen alauí nos ha declarado una guerra desde hace años, una guerra de la que la inmensa mayoría de la sociedad no es consciente, porque no se está sirviendo del conflicto armado, pero sí ha detonado un conflicto híbrido. No tienen prisa, pero sí tienen claro sus objetivos expansionistas para expolio de nuestros recursos a múltiples niveles.
En cuanto a los indultos, Marruecos tiene un grave problema de seguridad en muchas ciudades. Vemos Casablanca, Rabat o Tánger y tendemos a creer que todo el país se conforma de hermosas y hospitalarias ciudades, pero no es así. Y esto se refleja en su alto índice de población reclusa, una situación de saturación y hacinamiento en prisiones que Mohamed VI ha cedido solucionar a golpe de amnistía.
El problema es, ¿dónde acaban esos amnistiados? Desgraciadamente muchos están acabando en España. Y no es algo aislado que me haya comentado un agente, tengo testimonios de múltiples efectivos policiales e incluso miembros de FRONTEX que así me lo han constatado. Cuestión que tampoco sería necesario confirmar con tanta determinación, sólo hay que echar un vistazo a lo que sucede en nuestras calles, o conocer en mayor profundidad como es la vida de un ex convicto en Marruecos.
-¿Qué interés tienen los grupos de izquierda en defender este tipo de inmigración?, ¿Son intereses meramente económicos, idealistas o sociales o hay algo más?, ¿Por qué el actual gobierno del PSOE no actúa seriamente para defender nuestras fronteras?
Podría extenderme mucho en esta pregunta, pero a veces los rodeos son innecesarios. Trató de hacerlo Biden en Estados Unidos y es lo que está haciendo la izquierda en España, tejer todo un conglomerado clientelar. Un conglomerado clientelar del que extraen un evidente lucro económico y del que extraerán un rédito electoral. No tengo ninguna duda.
-¿Está roto el contrato social en España por motivo de la mala gestión general de España y el descontrol de la inmigración en nuestras fronteras y la criminalidad asociada?
Obviamente está política de fronteras abiertas nos está haciendo daño a todos los niveles. En la actualidad existen centros de menores donde ya no tienen cabida nuestros menores, por ejemplo en Hortaleza (Madrid), un centro que nace para la tutela de nacionales en circunstancias excepcionales y que ahora está copado por extranjeros de múltiples nacionalidades que en muchas de las ocasiones no son menores de edad.
Otro ejemplo lo podríamos encontrar en los albergues andaluces de Inturjoven, alojamientos creados con el noble fin de proporcionar un servicio a jóvenes en Andalucía que querían optar por un turismo low cost y que ahora ven cómo muchos de estos albergues han sido puestos a disposición de inmigrantes ilegales.
Por otro lado, si supiéramos las ingentes cantidades de dinero que se están invirtiendo en todo esto nos echaríamos las manos a la cabeza. Cientos de millones de euros dilapidados para prestar servicio a quién ha entrado a España violando nuestras fronteras.
En cuanto a la criminalidad asociada, no podemos tapar la luz del sol con un dedo, todos lo estamos viendo ya en nuestras calles y afortunadamente en muchas de nuestras hemerotecas. Negarlo es una imbecilidad y no ayuda en nada a combatir esta problemática, la problemática de la delincuencia importada asociada a la inmigración ilegal. Una problemática que ya atañe a nuestra seguridad nacional.

-Hemos visto últimamente que has sido brutalmente atacado tanto por autoridades marroquíes como por medios españoles, ¿A qué se debe?, ¿Vas a tomar medidas?
Pues sinceramente, a mi también me gustaría saber a qué se debe tanto revuelo. Quiero pensar que responde al impacto de mis investigaciones, que señalan con claridad el origen de muchos problemas tratados en esta entrevista. A Marruecos no le debe agradar que alguien como yo, desde la humildad, exponga sus intenciones, respaldado no solo por opiniones, sino por hechos documentados. He constatado en numerosas ocasiones cómo Marruecos ha hecho la vista gorda ante las embarcaciones que parten hacia las costas españolas, mientras alegan falta de recursos para controlar ciertas zonas.
En cuanto a los medios españoles, la mayoría son decepcionantes. Hoy todo se reduce a espectáculo, a un show que prioriza el sensacionalismo sobre el rigor. Intentas exponer argumentos coherentes, basados en el análisis y el sentido común, y te encuentras debatiendo con personajes colocados estratégicamente en televisión, como una tertuliana sin preparación o un bravucón que defiende a un país que nos desafía constantemente. Hemos superado todos los límites de la idiotez. Buscan una sociedad adormecida, y cuando intentas despertar conciencias, te conviertes en su objetivo.
Mis investigaciones incomodan a muchos sectores, especialmente a ciertos ámbitos de la izquierda, y desenmascaran intenciones poco transparentes. Esto provoca que esas malas intenciones se vuelvan en mi contra. En pocos meses he presentado varias denuncias, y no dudaré en seguir tomando medidas legales contra quienes recurren a la violencia —mediante amenazas— y al descrédito —a través de calumnias y difamaciones—. Mi determinación es firme: no me temblará el pulso.