La guerra de los aranceles entre USA y China auguran una mala situación económica mundial por varias razones, pero al comienzo debemos analizar la vertiente política de estos actos llevados a cabo por Donald Trump. En primer lugar deberemos usar dos precedentes, el Precedente Sheinbaum y el Precedente Panamá.
En el caso de México la situación fue que el nuevo Presidente de los Estados Unidos impuso un arancel del 25% a las importaciones desde México, lo que sería un desastre para la economía mexicana, pero quedaron en suspenso tras el compromiso de la Presidenta Claudia Sheinbaum de vigilar la frontera y ayudar a Donald Trump a controlar la inmigración ilegal a los Estados Unidos, ese compromiso hizo que se suspendieran los aranceles y que México haya sido capaz de sortear la nueva oleada de impuestos que azota ahora a China.
Por lo que los aranceles no tenían una función netamente económica o política sino geopolítica para replantear y renegociar nuevos acuerdos forzando un cambio en las relaciones México – Estados Unidos y el experimento le salió bien a Trump.
En el «Precedente Panamá» vemos una cosa diferente, no es sólo la amenaza de aranceles sino el aviso directo de que o se renegocia la relación Panamá – Estados Unidos por el canal o escalaría la situación incluso a nivel militar. El arancel a Panamá sigue estando al 12% habitual, sin embargo en la declaración conjunta entre el Presidente panameño Mulino y el Secretario de Defensa Pete Hegseth que se publicó el ocho de abril de 2025 podemos leer claramente que el país pasa a estrechar lazos con Estados Unidos a todos los niveles: diplomáticos, económicos, financieros, comerciales y militares pero, al mismo tiempo, el país Centroamericano se compromete a distanciarse de China y abandonar el proyecto de «La Franja y la Ruta» (la Ruta de la Seda).
Podemos concluir, por lo tanto que Trump ha visto que el panorama internacional ha ido dejando atrás a los Estados Unidos, el papel comercial de China como exportador y fábrica mundial al mismo tiempo que se levantan una serie de estados potentes que no están totalmente dominados por Estados Unidos (como Rusia, India, Brasil o Sudáfrica). En el caso de China también con una alta tasa de inmunidad debido a sus pocas importaciones y la inmensidad de su mercado interno con una clase media creciente que es capaz de ser suplida por su propio parque industrial es un dato interesante.
El 145% de subida de aranceles de USA a China y los 125% de subida de China a USA tiene una doble lectura.
En primer lugar, China está siendo sancionada sólo por Estados Unidos, por lo que el stock que no logre colocar en el mercado de USA lo colocará en su mercado a precio más bajo, ya que no tendrá costes arancelarios y la logística será más barata, por lo que la inflación podría estar controlada, con el resto de productos los pondrá otros mercados a precio más bajo debido a la alta oferta por la producción destinada a USA que no se podrá exportar, aún así obtendrá algunos beneficios y liquidará ese stock.
En los mercados internacionales la entrada masiva de esos bienes chinos más baratos puede hacer mucho daño a la producción nacional, ya que devaluará esos productos en competencia porque el abaratamiento vinculado al aumento de la oferta se traducirá en mayor ahorro en el consumidor final, pero obligará a los demás competidores a abaratar costos finales, lo cual podría hacer mucho daño ya que esos productores perderán rentabilidad y podrían quebrar o verse muy afectados provocando una reacción en cadena lo cual podría obligar a otros países a tomar medidas proteccionistas para evitar ser dañados, lo cual reforzaría la posición de USA.
Tengamos clara una cosa, la subida de aranceles puede afectar al consumidor final teniendo en cuenta la naturaleza de los bienes, porque si son elásticos la subida del precio afectará a la demanda (será menor), es decir son bienes «prescindibles» y depende del consumidor final si quiere asumir el aumento del coste o no, por otro lado están los bienes inelásticos, el aumento del precio no afecta mucho a la demanda y, por tanto, el consumidor final asume los costos debido a que no puede prescindir fácilmente de estos.
Así que la bajada de impuestos y aranceles, así como el abaratamiento de costos, aumento de la oferta y transporte, se suele traducir en un mayor ahorro que el consumidor final disfruta en la bajada de precios, aunque este no es el caso, sino el contrario. China importa sólo 1/3 de su mercado, es decir; exporta más de lo que importa por lo que tiene superávit en el comercio con Estados Unidos, pero tiene déficit en el sector servicios (servicios bancarios, de internet, financieros, de consultoría) con USA y ahí sí es posible que China sufra, aunque no se trasladará al consumidor final. Esa tensión se dará hasta que China logre generar por sí mismo, a través de sus aliados geoestratégicos u organizaciones internacionales (BRICS) esos mismos servicios.
En la Declaración de Kazán, durante el último foro de los BRICS hubo artículos muy interesantes en el que se hablaba de reformar la arquitectura financiera internacional, cito textualmente el artículo 60:
Observamos que los altos niveles de deuda en algunos países reducen el espacio fiscal necesario para abordar los desafíos de desarrollo en curso, agravados por los efectos colaterales de los choques externos, particularmente por las fluctuaciones en las políticas financieras y monetarias en algunas economías avanzadas, así como los problemas inherentes a la arquitectura financiera internacional. Las altas tasas de interés y las condiciones de financiamiento más estrictas agravan las vulnerabilidades de deuda en muchos países. Creemos que es necesario abordar la deuda internacional de manera adecuada y holística para apoyar la recuperación económica y el desarrollo sostenible, teniendo en cuenta las leyes y procedimientos internos de cada nación, acompañados de una deuda externa sostenible y prudencia fiscal. Reconocemos la necesidad de abordar de manera efectiva, integral y sistemática las vulnerabilidades de deuda tanto de los países de bajos como de medianos ingresos. Uno de los instrumentos, entre otros, para abordar colectivamente las vulnerabilidades de deuda es a través de la implementación predecible, ordenada, oportuna y coordinada del Marco Común del G20 para el Tratamiento de Deuda, con la participación de acreedores bilaterales oficiales, acreedores privados y Bancos de Desarrollo Multilaterales (BMD) en línea con el principio de acción conjunta y reparto equitativo de cargas.
Parte del artículo 62: 2022-2026. Apoyamos al NDB en la expansión continua del financiamiento en moneda local y el fortalecimiento de la innovación en herramientas de inversión y financiamiento. Instamos al Banco a seguir principios liderados por los miembros y orientados a la demanda, el empleo de mecanismos de financiamiento innovadores para movilizar financiamiento de fuentes diversificadas, y en este sentido, reconocemos la iniciativa de crear una nueva plataforma de inversión para aprovechar la infraestructura institucional existente del NDB y aumentar el flujo de inversiones hacia los países de BRICS y los mecanismos del Sur Global.
Y el artículo 63: Damos la bienvenida al enfoque del Mecanismo de Cooperación Interbancaria de BRICS (ICM) en facilitar y expandir prácticas y enfoques financieros innovadores para proyectos y programas, incluyendo la búsqueda de mecanismos aceptables de financiamiento en monedas locales. Damos la bienvenida a un diálogo continuo entre el ICM y el NDB.
Esto deja a Estados Unidos fuera de los centros de toma de decisiones de economías en crecimiento como China, Rusia, India, Brasil o Sudáfrica, pero también de economías mayores como Emiratos Árabes Unidos en este contexto o Irán, que puede sortear las sanciones al encontrar un sistema económico ideológicamente afín.
La estrategia ha sido, por ende, atacar. En el panorama Chino, Estados Unidos no va a dejar de presionar pero puede salir una jugada extraña ya que China puede acelerar la desconexión de servicios con USA y lograr autonomía (recordemos el precedente de Rusia en 2022, tras el inicio de la Operación Militar Especial Rusia fue expulsada y aislada, lo cual hizo que fuera capaz de resurgir usando el mercado de aliados, una diplomacia proactiva y un sistema de ingeniería que permitió operar y profundizar en su soberanía por sí mismo y a través del BRICS, ¿por qué pensamos que China no hará lo mismo?
Pekín es deficitaria en estos servicios, pero usando la red BRICS, sus propias capacidades y sus alianzas geopolíticas puede ascender.
USA a la ofensiva
La ofensiva de USA con Rusia sobre Ucrania, que ha pasado por ignorar tanto a Zelensky como a la Unión Europea, muy tocada por las sanciones arancelarias de Estados Unidos (que han beneficiado a Marruecos) y, por otro lado, van a provocar el colapso de parte de la industria europea cuando nos veamos inundados de productos chinos más baratos y, además con cierta devaluación (muy controlada) del yuan chino.
La urgencia con Rusia pasa por dos etapas: lograr un acuerdo con Rusia pasando por encima de una ineficiente UE y una derrotada Ucrania, que dicho acuerdo que sea favorable territorialmente a Moscú y asegure la neutralidad de lo que quede de Ucrania y que Trump no reclame la devolución del territorio que Rusia ha ido tomando desde 2022 (y que implican tierras ricas de cultivo) a cambio de la anuencia rusa para que Trump se quede con las tierras raras ucranianas pasando por encima de un Zelensky que fue humillado públicamente en la Casa Blanca por Trump y Vance. ¿objetivo final?: suplir el desabastecimiento que China iba a provocar en la exportación de tierras raras a USA en represalia por los aranceles y, abandonando a Ucrania (un estorbo geopolítico para Trump) congraciarse con Moscú y atraer a los rusos a Washington para horadar la relación estratégica Rusia – China, siendo que los rusos no confían en Estados Unidos, pero van a sacar un acuerdo muy provechoso a costa de Trump y su espejismo de una ruptura sino-rusa.
Con Irán lo mismo, no es tanto por el eje de la resistencia, debilitado en Yemen y Líbano y exhausto en Siria. Lo que Estados Unidos pretende es usar el acuerdo nuclear como forma de negociar un acuerdo que logre que Irán no tenga programa nuclear y, a cambio del levantamiento de algunas sanciones y cierta condescendencia (seguro que respetando la influencia iraní en Irak y Afganistán) hacer como con Rusia, que Irán vaya alejándose de Pekín lo cual es tan difícil como pretender que Teherán se aleje de Moscú.
En definitiva, un terremoto económico cuyo objetivo es usar los aranceles como chantaje para forzar una revisión total de los acuerdos USA – resto del mundo con el objetivo de contener a China y lograr unas nuevas décadas de dominio estadounidense a costa de tensar la situación geopolítica mundial, jugar con la estabilidad de las clases medias estadounidenses y con la economía global de una forma irresponsable y peligrosa. Una apuesta muy arriesgada que es posible que salga bien y retrase el natural colapso de USA como potencia hegemónica pero que también es posible que lo acelere.