Ceuta, Melilla y Canarias: Territorios españoles no negociables

Desde hace unos años Marruecos, que se cree fuerte por su ingente gasto militar y su pertenencia al bloque Estados Unidos – Francia e Israel, ha comenzado a presionar sobre España a través de injerencias internas, invasiones de inmigrantes que controla al milímetro con precisión satánica para desestabilizar España o sacarnos los cuartos a los españoles y la UE y, también, con la reclamación de territorios españoles.

Canarias, Ceuta y Melilla son tan españolas como Soria o Albacete y quién dude de eso se equivoca. Sin embargo los poderes españoles parecen que han olvidado que España no tiene un amigo en Marruecos sino por el contrario, un mortal enemigo que se la tiene jurada a España. Ningún español reclamará jamás el Rif, no ya por la Guerra del Rif, sino por la antigua «Hispania Tingitana», de hecho Ceuta y Melilla es lo único que queda de esa Hispania Tingitana.

Por otro lado, Marruecos conoce al dedillo lo que pasa en España por la penetración de sus servicios secretos y la presunta red de informantes que tiene en nuestro país y que podría ser socialmente transversal mientras que España no sabe, ni quiere saber, nada de lo que se cuece en el sur. Sin embargo ahí va…los argumentos marroquíes y la realidad y la verdad que está del lado español.

Parte 1: Argumentos Marroquíes para la Soberanía sobre Ceuta, Melilla y las Canarias

  1. Argumento Histórico:
    Marruecos sostiene que Ceuta y Melilla son territorios que históricamente formaron parte de su dominio. Se le atribuye a estas ciudades un fondo cultural y social que, según los marroquíes, debe ser preservado como parte de su herencia histórica. Argumentan que la llegada de los españoles en el siglo XV marcó el inicio de una ocupación colonial, sugiriendo que la historia reciente debe ser corregida y que estos territorios deben ser reintegrados a su soberanía original. Este argumento apela al nacionalismo marroquí (teoría de Al Fassi) y a un sentido de justicia histórica, que busca rectificar las relaciones coloniales de poder.
  2. Argumento Político:
    Desde la perspectiva política, Marruecos considera que la descolonización de África aún no se ha completado. Citan el principio de autodeterminación de los pueblos, convencidos de que la permanencia de Ceuta y Melilla como enclaves españoles es una violación de este principio. Argumentan que la comunidad internacional debería intervenir para facilitar este proceso, ya que según ellos, la población local es víctima de la imposición colonial. Este argumento se apoya en una retórica de justicia y equidad que trata de galvanizar el apoyo tanto interno como externo para sus reclamaciones.
  3. Argumento Geopolítico:
    Marruecos también presenta su reivindicación desde un ángulo geopolítico, sosteniendo que el control de Ceuta, Melilla y las aguas circundantes es crucial para su seguridad nacional. Argumentan que tener un acceso directo a estos territorios les permitiría asegurarse de que su integridad territorial no está amenazada y que cualquier actividad militar o política en estas áreas debe ser supervisada por Marruecos. Este argumento intenta proyectar la idea de que la soberanía marroquí en estas áreas es un asunto de seguridad regional y estabilidad.
  4. Argumento Jurídico:
    Finalmente, desde el ámbito jurídico, Marruecos sostiene que ciertos tratados internacionales y resoluciones de la ONU apoyan su reclamación sobre Ceuta y Melilla como parte de un proceso de descolonización. Citan ejemplos, como la resolución 1514 de la ONU, que proclama el derecho a la autodeterminación de los pueblos colonizados. Este argumento busca legitimizar su posición en el ámbito del derecho internacional, creando un marco que supuestamente apoya la reintegración de estos territorios a Marruecos.

Parte 2: Refutación Española a los Argumentos Marroquíes

  1. Refutación Histórica:
    La historia registrada muestra que Ceuta y Melilla han estado bajo el dominio español durante más de cinco siglos. Desde su conquista en el siglo XV, estas ciudades han evolucionado como partes integrantes del Reino de España, desarrollándose cultural y socialmente en un marco que ha sido español desde entonces y, además, la población de Ceuta y Melilla ha sido étnicamente española hasta la llegada hace algunas décadas de miles de marroquíes que se han asentado ahí. Además, la historia de Marruecos no implica que estos territorios sean parte intrínseca de su historia, ya que han estado en manos diferentes a lo largo de los siglos, incluyendo el dominio portugués y español. La identidad cultural de Ceuta y Melilla, profundamente entrelazada con la cultura española, refuerza su pertenencia a España.
  2. Refutación Política:
    Aunque la descolonización es un principio legítimo en la política internacional, su aplicación es compleja y no puede utilizarse como un argumento para la reclamación de territorios con una historia de soberanía diferente. La población de Ceuta y Melilla, compuesta en su mayoría por ciudadanos españoles, ha manifestado en numerosas ocasiones su deseo de continuar formando parte de España. En las últimas décadas, se han llevado a cabo diferentes consultas y expresiones públicas que reafirman la identidad española de estas ciudades. Por lo tanto, y desde el derecho a la autodeterminación, los habitantes de Ceuta y Melilla han ejercido su voluntad en favor de su permanencia dentro de España.
  3. Refutación Geopolítica:
    El argumento marroquí sobre la seguridad nacional es insuficiente para justificar una reivindicación territorial. La paz y la seguridad en la región han sido fomentadas mediante la colaboración bilateral, donde ambos países trabajan para abordar problemas comunes, desde la lucha contra el terrorismo hasta la inmigración ilegal. La presencia española en estas ciudades no solo contribuye a la estabilidad regional, sino que también beneficia a Marruecos, al ser un aliado estratégico en una región geopolíticamente sensible. La integración de estas ciudades en el ámbito de la cooperación internacional es ahora más relevante que cualquier aspiración territorial unilateral.
  4. Refutación Jurídica:
    Desde un punto de vista jurídico, la soberanía de España sobre Ceuta, Melilla y las Islas Canarias está firmemente establecida y respaldada por la comunidad internacional. A diferencia de los territorios clásicos de descolonización, Ceuta y Melilla no pueden ser considerados colonias, ya que han estado bajo la administración española durante siglos y sus poblaciones están constituidas por ciudadanos que se identifican plenamente con España. Las resoluciones de la ONU que mencionan el derecho a la autodeterminación no aplican en este contexto, ya que no se trata de un pueblo subyugado o colonizado. La comunidad internacional ha reconocido explícitamente la soberanía de España sobre estos territorios, y cualquier intento de reclamar lo contrario carece de fundamento legal.

Refutación de las Reclamaciones Marroquíes sobre las Aguas de Canarias

  1. Soberanía Territorial: Las aguas que rodean las Islas Canarias son consideradas parte integral del territorio español. Desde una perspectiva jurídica, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) establece que los estados tienen derecho a un mar territorial de 12 millas náuticas y una zona económica exclusiva (ZEE) que puede extenderse hasta 200 millas, donde España ejerce soberanía. Canarias, como parte de España, tiene derechos sobre sus aguas y recursos marinos, que son legítimos y están reconocidos internacionalmente.
  2. Historia de la Posesión: Las Islas Canarias tienen una historia clara de administración y soberanía española desde el siglo XV. Este legado de dominio continuo refuerza la idea de que las aguas circundantes también son españolas. Cualquier reclamación marroquí sobre estas aguas se basa en una interpretación sesgada de la historia, que ignora los siglos de control español y la integración cultural de las islas en el territorio español.
  3. Principio de Autodeterminación: Las Islas Canarias han sido parte de España por más de cinco siglos, y su población se identifica con la nación española. Cualquier reclamación que busque cuestionar la soberanía territorial debe tener en cuenta la voluntad del pueblo canario, que ha expresado repetidamente su deseo de permanecer bajo la soberanía española. Este principio de autodeterminación no se aplica conforme a la narrativa marroquí, que intenta deslegitimar el deseo de los canarios de mantener su identidad española.
  4. Aspectos Geográficos y Estratégicos: Las aguas de Canarias también tienen un notable valor estratégico y geopolítico. A medida que se intensifican las tensiones en el Mediterráneo y pasa por un aumento en el tráfico marítimo, el control de las aguas circundantes es fundamental para la seguridad de la región. España, como parte de la Unión Europea, tiene responsabilidades claras en la defensa de sus territorios y aguas, y cualquier intento de reclamar la soberanía marroquí sobre estas aguas podría desestabilizar no solo a Canarias, sino a regiones más amplias en el contexto de la seguridad europea.
  5. Resoluciones Internacionales: Las reclamaciones marroquíes sobre las aguas de Canarias no son respaldadas por ninguna resolución internacional que justifique su posición. Al contrario, la soberanía de España en estas aguas ha sido reconocida y respetada en el marco del derecho internacional. Cualquier intento de despojar a España de su soberanía sobre estas aguas carece de sustento legal y se considera inadmisible en el ámbito de la comunidad internacional.

Las reclamaciones marroquíes sobre las aguas de Canarias se basan en fundamentaciones históricas y políticas cuestionables, que no tienen en cuenta la realidad de la soberanía española ni la voluntad del pueblo canario. Las aguas alrededor de Canarias son patrimonio de España, y su continuación bajo administración española es un reflejo del derecho internacional y de la historia.

Conclusión

La soberanía de España sobre Ceuta, Melilla y las Islas Canarias no es solo una cuestión de territorio, sino también de historia, identidad y derechos humanos. Los argumentos esgrimidos por Marruecos, fallan al considerar el contexto histórico y la realidad política de estos territorios.

La historia de más de cinco siglos de estas ciudades bajo administración española, el deseo claro de su población de continuar siendo parte de España, la cooperación geopolítica necesaria entre ambos países y la base jurídica sólida que apoya la soberanía española, hacen de estas reclamaciones marroquíes un desafío que ignora la complejidad de la situación actual.

Defender la soberanía española sobre Ceuta, Melilla y las Islas Canarias es un imperativo que refuerza la identidad nacional y el respeto por la historia. España debe continuar promoviendo estos valores en los foros internacionales, reafirmando su compromiso con la protección de sus territorios, así como su disposición a colaborar con Marruecos en otros ámbitos de interés común. La defensa de la soberanía nacional es sagrada y, en última instancia, un reflejo de la voluntad de los ciudadanos de esas regiones, cuya voz y derecho a decidir deben ser siempre respetados y defendidos. (foto: flickr)

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