BRICS y América Latina, una experiencia IMBRICS

En el último Foro IMBRICS del 29 al 31 de octubre de 2025, la experiencia entre la organización IMBRICS y alcaldes y políticos latinoamericanos revela puntos básicos en común para lograr un gran desarrollo en el ámbito de la diplomacia pública entre países BRICS y países no BRICS que participan aquí en busca de amistad.

El papel del BRICS en América Latina se presenta como una oportunidad estratégica y prometedora para la región, fomentando relaciones de cooperación, diálogo y desarrollo conjunto. Los países miembros del bloque, liderados por potencias emergentes como Rusia y China, están abriendo nuevos caminos para fortalecer la presencia y la influencia latinoamericana en el escenario global, promoviendo una visión más representativa y equilibrada del mundo.

Declaraciones de Dante Velázquez, alcalde de La Quiaca, Argentina, en el Foro IMBRICS de San Petersburgo.

Una de las principales ventajas del BRICS para América Latina es su carácter de plataforma de diálogo que favorece la colaboración con países como Cuba y Bolivia, considerados socios especiales y estratégicos. Estos lazos no solo impulsan relaciones bilaterales sólidas, sino que también permiten a la región participar en un espacio que no está marcado por antagonismos, sino por la búsqueda conjunta de intereses comunes para un mundo más justo y equilibrado.

El bloque también representa una vía para que la región amplíe su participación en la diplomacia pública, promoviendo el diálogo en campos como la educación, la cultura y el deporte. La incorporación de instituciones académicas y deportivas en estos intercambios genera un impacto positivo a largo plazo, fortaleciendo el entendimiento mutuo y construyendo puentes de cooperación en diversos ámbitos sociales.

Además, el BRICS ofrece múltiples oportunidades logísticas y económicas, permitiendo a países latinoamericanos explorar nuevas rutas de comercio, transacciones en monedas distintas del dólar y reducir su vulnerabilidad ante las dinámicas de poder tradicionales del Norte. Brasil, como miembro fundador, ejemplifica esta visión de cooperación mutua, ya que mantiene un flujo comercial significativo con Rusia y otros miembros del bloque, sin depender necesariamente de divisas específicas, y promoviendo un comercio basado en pagos mutuos en diferentes monedas.

Patricia Núñez, diputada de la Asamblea Nacional Ecuatoriana en el foro del IMBRICS de San Petersburgo, Rusia.

Por otro lado, la presencia de Rusia y China en organismos como el PARLACEN, y su interés en fortalecer las relaciones con los parlamentos de las grandes ciudades latinoamericanas, evidencia una estrategia de profundización en las bases legislativas y políticas regionales, que favorece la estabilidad y la gobernabilidad.

América Latina está en el centro de una política de alianzas globales en el BRICS que priorizan la seguridad, la cooperación y el desarrollo. La formación de cuadros y el fortalecimiento de capacidades en la región aseguran que los países latinoamericanos puedan aprovechar al máximo las oportunidades que brinda el bloque, construyendo un futuro próspero y soberano.

En definitiva, el papel del BRICS en América Latina es una vía de transformación positiva que abre espacios de diálogo, cooperación y crecimiento compartido. La integración de los países de la región en esta plataforma no solo diversifica sus relaciones internacionales sino que también promueve un mundo más equilibrado y representativo, donde América Latina puede jugar un papel activo y protagonista en los desafíos y oportunidades globales del siglo XXI.

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