BRICS Pay: Arquitectura Financiera, Sistemas Descentralizados y Geopolítica Comercial en el Foro IMBRICS de San Petersburgo

Desde su creación, el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ha emergido como una plataforma significativa para los países en desarrollo que buscan diversificar sus relaciones económicas y fortalecer sus sistemas financieros frente a la influencia occidental. A lo largo de los años, los países miembros han avanzado en la construcción de una arquitectura financiera propia, con una visión clara de descentralización y autosuficiencia, como se refleja en la evolución del sistema BRICS Pay. Este artículo explora los fundamentos, los avances y las conexiones estratégicas del sistema financiero del BRICS, así como su impacto en las relaciones comerciales internacionales y su respuesta a las sanciones occidentales.

La Plataforma de BRICS y su Enfoque en la Arquitectura Financiera

Desde 2018, el grupo ha priorizado la creación de una plataforma propia de comercio y pagos que refleja sus principios de amistad, cooperación y soberanía económica. En ese año, durante el Foro económico de San Petersburgo, se propuso y comenzó a gestarse el sistema BRICS Pay, un elemento clave en el esfuerzo por desarrollar una infraestructura financiera independiente. Según declaraciones de los propios miembros, BRICS Pay no es simplemente un sistema de pago, sino una herramienta integral que permite a los países unir sus sistemas de pago existentes, creando una red más sólida, flexible y resistente frente a las sanciones y restricciones unilaterales.

El concepto de BRICS Pay se consolidó en 2019, tras su presentación en Durban, donde se enfatizó su carácter descentralizado. La descentralización es una estrategia fundamental para evitar la vulnerabilidad ante sanciones económicas. Al no depender de un sistema centralizado controlado por una sola nación o entidad, los países del BRICS buscan minimizar el riesgo de que un bloque externo pueda sancionar o bloquear sus transacciones financieras. Este enfoque refuerza la autonomía y seguridad de las operaciones internacionales dentro de la comunidad BRICS, permitiendo que cada nación mantenga su propia infraestructura de pago, pero conectada en un sistema común.

La Descentralización como Estrategia de Resiliencia

El sistema BRICS Pay no busca reemplazar las plataformas existentes, sino complementarlas y unificarlas en una red que facilite el comercio y la inversión internacional. La estrategia de descentralización también implica que cada país aporta su parte a esta aplicación común, fortaleciendo la interconectividad y promoviendo un ecosistema financiero que puede resistir tensiones externas. La descentralización es vista como la clave para protegerse frente a sanciones que otros bloques internacionales, especialmente occidente, han utilizado como herramienta política para limitar la autonomía económica de países incómodos.

Esta estrategia también refleja la filosofía de una economía multipolar, en la que los países del BRICS logran reducir su dependencia de las instituciones financieras y sistemas de pago occidentales, tradicionalmente dominados por instituciones como el SWIFT o el sistema de pagos del dólar estadounidense. En este contexto, BRICS Pay se configura como un avance hacia una plataforma de pago que pueda resistir los embates políticos y económicos impuestos desde Washington y sus aliados, en un momento donde las instituciones occidentales han aumentado las sanciones y aranceles, afectando a países como Rusia e Irán.

Conexiones con los Rutas Comerciales Internacionales y Geopolítica

Otra dimensión importante de la estrategia del BRICS es su vinculación con las rutas comerciales internacionales, en particular las que atraviesan Eurasia y Asia Central. La integración con rutas como la Transcaspiana, Transcaucasia, la Ruta Norte-Sur que conecta Rusia con el Golfo Pérsico y el puerto de Chabahar en Irán, así como las rutas que conectan China con Eurasia, resulta fundamental en la visión de potenciar el comercio regional y crear una infraestructura logística y financiera que soporte su crecimiento.

Estos corredores de comercio y transporte ofrecen una alternativa a las rutas tradicionales controladas por Occidente, permitiendo a los países del BRICS fortalecer sus relaciones comerciales y de inversión, y reducir su dependencia de las rutas occidentales. La creación de un sistema financiero descentralizado y autónomo complementa esta estrategia, facilitando el pago y la liquidación de transacciones en estas rutas sin depender de las plataformas occidentales, que pueden ser desactivadas por sanciones o conflictos políticos. La cooperación en estos ámbitos refuerza una visión de alianza estratégica en la que la economía y la seguridad energética son pilares fundamentales.

La Confianza y la Diversificación del Mercado Financiero entre los Miembros

En el contexto interno, el sector financiero en los países del BRICS aún enfrenta desafíos, como problemas de liquidez y mercados bancarios relativamente jóvenes y modernos. Sin embargo, algunos países cuentan con un número significativo de inversores que participan en instrumentos financieros específicos. Por ejemplo, en el caso de instrumentos como el TPI (Títulos de Participación Internacional).

El sistema financiero del BRICS, particularmente a través de la plataforma BRICS Pay y su enfoque en una infraestructura descentralizada, apunta a consolidar una red de pagos segura, resistente a las sanciones y autónoma de las instituciones occidentales. Desde su inicio en 2018, este proyecto ha evolucionado como una estrategia para fusionar las infraestructuras de pago nacionales, permitiendo una interoperabilidad que facilita el comercio y la inversión entre los países miembros sin depender de plataformas controladas por Occidente, como SWIFT.

Este sistema no busca reemplazar los sistemas nacionales, sino integrarlos en una red común mediante una arquitectura descentralizada en la que cada país mantiene su propia infraestructura de pagos, pero conectada en una plataforma que permite la compatibilidad y la seguridad. La descentralización resulta clave para evitar que sanciones externas puedan desactivar o bloquear transacciones, ya que la red funciona con diversos sistemas locales que, en conjunto, fortalecen la resistencia del sistema financiero del BRICS ante presiones políticas y económicas.

La conexión de esta red con las rutas comerciales internacionales es estratégica. La integración de caminos como la Transcaspiana, Transcaucasia, la Ruta Norte-Sur que conecta Rusia con el Golfo Pérsico y el puerto de Chabahar en Irán, así como las rutas que unen China con Eurasia a través de la Unión Aduanera de la Unión Económica Euroasiática, busca potenciar el comercio regional y reducir la dependencia de rutas tradicionales controladas por Occidente. La creación de un sistema financiero descentralizado permite realizar pagos y liquidaciones en estas rutas sin interferencias externas, fortaleciendo una logística y una economía más autónomas y seguras.

Internamente, algunos países del BRICS enfrentan desafíos de liquidez y mercados bancarios aún en desarrollo. Sin embargo, existe un interés creciente en instrumentos financieros específicos, como los TPI (Títulos de Participación Internacional), que actualmente cuenta con unos 5,000 inversores, en un contexto donde no se busca una adopción masiva, sino la formación de una base sólida de inversores estratégicos. La meta a medio plazo es enlazar a estos inversores, abrir mercados, y fortalecer alianzas comerciales entre los países del grupo, construyendo un ecosistema financiero más diversificado y confiable. Esto, ligado a la percepción de que los países del BRICS ya no confían en Occidente debido a las sanciones políticas y económicas que han sufrido, refuerza su interés en seguir desarrollando una economía multipolar y autónoma.

El sistema BRICS DCMS es una plataforma de mensajería descentralizada desarrollada en Rusia, diseñada para ser resistente a manipulaciones, con cifrado y sin tarifas obligatorias. Busca facilitar transacciones seguras y reducir desequilibrios en el pago internacional, promoviendo el comercio y la inclusión financiera en los países miembros. Rusia apoya esta iniciativa para evitar sanciones y controlar sus transacciones, mientras que Brasil, bajo Lula, también muestra interés en desarrollar sistemas de pago propios. Este sistema descentralizado deja atrás la idea de una posible moneda del bloque y abraza la idea de pagos en sistemas y monedas BRICS desplazando paulatinamente al dólar.

Además, los países del BRICS están promoviendo diversas plataformas y sistemas de pago propios o alternativos: Rusia con el sistema MIR y el BRICS DCMS; China con Alipay, WeChat Pay y CIPS; India con UPI y rupia digital; y Sudáfrica, que explora opciones en pagos digitales. En conjunto, buscan fortalecer sus medios de pago internos y reducir la dependencia del sistema financiero occidental y del dólar, promoviendo transacciones en monedas locales o plataformas regionales.

En conclusión, el sistema financiero del BRICS, mediante su plataforma descentralizada, conecta las rutas comerciales estratégicas y promueve la construcción de relaciones económicas independientes, fortaleciendo su resistencia frente a las políticas restrictivas occidentales y creando un entorno más favorable para el comercio y la inversión regional e internacional.

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