La geopolítica de Oriente Medio está en constante evolución, y Arabia Saudí se encuentra en el centro de esta transformación. Con un entorno regional marcado por tensiones y conflictos, el reino ha comenzado a replantearse su papel en la arena internacional y a solidificar su posición frente a diversos desafíos en sus fronteras, así como la influencia de actores no estatales.
Amenazas en la Frontera con Yemen e Irak
La situación en Yemen ha sido un punto crítico para Arabia Saudí desde que comenzó el conflicto en 2014. El avance de los hutíes, respaldados por Irán, ha desestabilizado la región, poniendo en peligro la seguridad nacional saudí. Riyadh ha estado involucrado en una intensa campaña militar para contrarrestar la amenaza, pero el conflicto ha mostrado ser más complicado de lo previsto, con un alto costo humano y material.
Por otro lado, la frontera con Irak presenta su propio conjunto de desafíos. Con la influencia de milicias chiitas que operan en la región y la inestabilidad provocada por la presencia del Estado Islámico en el pasado, Arabia Saudí se enfrenta a un panorama de seguridad volátil que exige soluciones estratégicas y diplomáticas.
Tensión con Qatar
Las relaciones entre Arabia Saudí y Qatar han sido tensas desde que estalló la crisis del Golfo en 2017. La postura de Qatar de apoyar movimientos islamistas y sus estrechas relaciones con Irán han generado desconfianza en Riyadh. Aunque el conflicto ha visto una pequeña reconciliación, las diferencias en sus políticas exteriores y en su enfoque hacia el extremismo persisten, y Arabia Saudí debe mantener un delicado equilibrio en su diplomacia para asegurar su influencia en la región.
La Caída de Bashar al Asad y HTS
El conflicto sirio ha tenido implicaciones profundas en la estabilidad de la región. La caída de Bashar al Asad abrió un vacío de poder que fue ocupado por grupos como el Hayat Tahrir al-Sham (HTS), lo que representaría una amenaza directa para los intereses saudíes. Arabia Saudí ha apoyado a diversos grupos de la oposición, pero la complejidad del conflicto y la presencia de actores como Rusia, Turquía e Irán complican aún más la situación. Arabia Saudí debe considerar con cautela sus pasos para promover un cambio en Siria sin desestabilizar aún más la región.
Sobre todo con la victoria turca, la salida de Irán del escenario sirio y libanés, el auge israelí y la influencia de Ankara sobre la región del Eufrates, que representa una amenaza directa a Arabia Saudí como eje central del mundo islámico y, también, árabe en un momento en el que el panarabismo socialista murió y Arabia está intentando de crear un panarabismo tradicional frente al modelo panislamista – otomano turco de Erdogan.
Además la victoria de Trump, que viene con más fuerza que nunca, augura cambios reales en Oriente Próximo.
Los Kurdos y el Este del Eufrates
En el este del río Eufrates, la presencia kurda, especialmente a través de las fuerzas de autodefensa, continúa siendo un factor de desestabilización en el contexto de las aspiraciones de independencia y el deseo de entrar en negociaciones sobre autogobierno. Los kurdos han sido aliados estratégicos de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico, pero su fortaleza puede plantear un desafío a los intereses saudíes, que buscan limitar la influencia de Irán y otros actores en la región.
Fortalecimiento de Arabia Saudí en el Siglo XXI
En respuesta a todos estos desafíos, Arabia Saudí está en un proceso de transformación que busca fortalecer su posición geopolítica y económica. A través de la Visión 2030, el príncipe heredero Mohammed bin Salman ha planteado un ambicioso programa para diversificar la economía del país y reducir su dependencia del petróleo. Esto incluye inversiones en tecnología, turismo y energías renovables, así como la promoción de reformas sociales que buscan modernizar el país.
Riyadh también está enfocándose en fortalecer sus alianzas con otras naciones árabes y potencias globales, buscando consolidar un bloque regional más fuerte que pueda enfrentar las amenazas externas y promover la estabilidad en la región.
Conclusión
La transformación geopolítica de Arabia Saudí es un proceso complejo y multifacético que se desarrolla en un entorno de constante dinámico. Con fronteras llenas de desafíos y una necesidad de adaptarse a los cambios del siglo XXI, el reino se ve obligado a ser proactivo en la construcción de su fortaleza interna y en sus relaciones exteriores. Su capacidad para navegar por estos desafíos determinará no solo su futuro, sino también el de toda la región de Oriente Medio ya que esta zona no puede existir sin una Arabia Saudí fuerte, independiente, moderna y estable y solo la dinastía Saud puede lograr esos objetivos como lo está haciendo Mohamed Bin Salman.
Fuentes
- «The New Geopolitics of the Gulf» – Foreign Affairs (2017)
Este artículo explora las dinámicas de poder en el Golfo Pérsico, incluyendo las tensiones entre Arabia Saudí y sus vecinos, así como sus implicaciones para la política regional. - «Saudi Arabia’s Vision 2030: The Road to Transformation» – The Middle East Institute (2020)
Esta fuente proporciona un análisis detallado sobre la Visión 2030 y los esfuerzos de Arabia Saudí para diversificar su economía y enfrentar los desafíos geopolíticos. - «Yemen: The Conflict and Its Regional Implications» – The International Crisis Group (2019)
Este informe aborda la crisis en Yemen, el impacto de la intervención saudí y las repercusiones de la guerra en la política regional. - «The Impact of the Syrian Civil War on the Middle East» – Brookings Institution (2018)
Este documento examina cómo el conflicto sirio ha afectado las relaciones internacionales en Oriente Medio, incluyendo las implicaciones para Arabia Saudí. - «The Future of the Kurds in Iraq and Syria» – The Atlantic Council (2021)
Esta fuente analiza la situación de los kurdos en el este del Eufrates y cómo su fortalecimiento puede influir en la geopolítica regional, incluyendo la postura de Arabia Saudí ante estos actores.
OTRALECTURA 