Międzymorze, geopolítica polaca en Europa del Este

Polonia ha sido un país con una historia tan rica como turbulenta, de ser un estado fuerte y poderoso durante la era de la Mancomunidad Polaco-Lituana a sufrir la tercera partición a manos de rusos, austriacos y prusianos para pasar, tras la conferencia de Viena, a ser el zarato de Polonia, más tarde la regencia, la Segunda República Polaca, la ocupación nazi y soviética, la entrada en la URSS y más tarde la independencia en 1989 y la posterior entrada en la OTAN en 1999 y la UE en 2004.

Polonia, sin embargo, ha ido siempre oscilando hacia occidente, en los mapas la actual Bielorrusia corresponde a las regiones más orientales del país mientras que las zonas occidentales de Polonia estaban en la linde o incluso en territorio de los otrora imperios alemanes. Lo cierto es que Polonia ha estado encuadrada entre dos potencias expansivas e industriales de economía fuerte y férrea disciplina: Rusia y Alemania.

ALIANZA VISEGRADO, EL MIEDZYMORZE (CASI) HECHO REALIDAD

Esto generó el interés de reforzar su posición cultural (católicos frente a los protestantes del oeste y los ortodoxos del este), reforzar sus instituciones y buscar alianzas vecinales, especialmente con Lituania, a través de quién gestiona el resto de relaciones con los países del Báltico y refuerza su flanco norte y su línea costera.

Al mismo tiempo, Polonia siempre ha aspirado a ser el líder de la región eslava occidental entre el bloque germánico al oeste y el ruso al este siendo que, por tamaño, densidad política, población y capacidad económica le corresponde ese papel y el gobierno de Varsovia ha desarrollado estas ideas venida de tiempos antiguos, de hecho no se entiende la actual acción internacional en el plano regional de Europa centro-oriental, frente a Rusia y, también, frente a los poderes occidentales si no vamos a los orígenes conociendo las aspiraciones, filias y fobias de Polonia.

Los dos grandes teóricos que fueron esbozando, ampliando y podando, dependiendo de las circunstancias, estas ideas fueron Czartoryski y Pilsudski.

Czartoryski, luchó contra los rusos y después sirvió a los zares identificando a Rusia como un imperio depredador que buscaba someter a las naciones que conquistaba y, al mismo tiempo, a través de su fuerza habida de su gran poder económico y poblacional. Rusia contaba (y cuenta) con una diplomacia ágil que reclamaba su espacio en la comunidad de estados westfaliano y lo solicitaba denodadamente y de forma constante desde el fin de las guerras napoleónicas (atrás quedaron los destellos de Pedro el Grande o Catalina la Grande), esto hacía que para el teórico polaco Rusia fuera un peligro para Europa.

Czartoryski, aparte de dotar de argumentos diplomáticos la amenaza rusa (ya vislumbrada en la Conferencia de Viena por los aliados contra Napoleón), luchó por la independencia de Polonia y la incorporación a la misma de Prusia, (futuro Imperio de Alemania), a la que veía como otro peligro por su poder industrial, disciplina y estricto sentido del deber heredado de Federico el Grande, el otro peligro estaba al oeste…los alemanes.

Un principio interesante que inició Czartoryski en su ensayo Sobre la Diplomacia (1830) era que se debía de apoyar a los pueblos rusos a obtener su independencia, esta idea Pilsudski la desarrolló en los años veinte del siglo XX, durante su carrera política de 1918 hasta 1830 y se ha escuchado en el discurso de Donald Tusk (actual primer ministro polaco) o, en su momento, de Lech Walesa. Tusk declaró su apoyo a las minorías étnicas de Rusia a las que describió como bajo un dominio imperialista y que abogó por su independencia, esto tiene que ver con la idea prometeísta desarrollada por Pilsudski pero que ya se ve en el trabajo de Czartoryski con su apoyo a los grupos del Cáucaso, especialmente a Georgia. Estamos hablando de los primeros esbozos en el siglo XIX.

Czartoryski abogaba por una Polonia independiente controlando Prusia y siendo un dique frente a Rusia protegiendo Europa y apoyando a los grupos locales rusos contra el imperio. Pilsudski llevaría la teoría más allá.

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Międzymorze, la gran teoría

En primer lugar, el Międzymorze propugna un eje polaco-lituano que cubriría el Báltico, Bielorrusia y Ucrania. Sin embargo, la federación chocó con la oposición de todos los vecinos que había recuperado la independencia y querían formar parte de la comunidad de estados westfaliana, por otro lado, temían ser dominados por Polonia y no deseaban formar parte de una comunidad donde los asuntos de los no polacos no tendrían suficiente atención.

Desde Moscú se dinamizó la oposición soviética, que saboteó los planes de Pilsudski. Los occidentales también vieron con malos ojos el plan Intermarium al que consideraban una quimera imposible de realizar, además, utópica y no querían dañar la alianza con Rusia ya que creían que la URSS sería transitoria y no deseaban tener que ajustar cuentas después, además echaban en cara a Varsovia que no hubieran ayudado a los rusos blancos. Por otro lado, Alemania, que había logrado tumbar el poder ruso con su ayuda a Lenin de camino a Rusia y la posterior revolución no iban a tolerar otro poder amenazante en el este. Ya que Alemania tomó muy en serio su posición geográfica entre rivales (Francia e Inglaterra, por un lado, Rusia por el otro, eliminada Rusia no iban a tolerar otra amenaza).

Por otro lado, Pilsudski tuvo la oposición interna de aquellos polacos que querían una república polaca homogénea y unitaria, teoría que defendía Roman Dmowski. Por otro lado, los conflictos con las partes: la guerra polaco-soviética, la guerra polaco-lituana, la guerra polaco-ucraniana. y conflictos fronterizos entre Polonia y Checoslovaquia. Fue la entrada de Ucrania en la URSS lo que destruyó el primer intento de Intermarium de Polonia que entendía que ellos no podrían ser independientes sin una Ucrania independiente y su mayor objetivo era sacar a Ucrania de Rusia.

De hecho esta idea se ha sostenido en el tiempo y ha resurgido en el actual conflicto entre Moscú y Occidente por Ucrania donde una Polonia agresiva y beligerante tiene un especial interés en Kiev y en reforzarse militarmente.

El segundo intento sustituyó Ucrania por Rumania, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia para llegar al mar Negro y Adriático y por el norte, Lituania y Finlandia, sin embargo, tampoco logró nada. También intentó ganar territorios a costa de Alemania, que al final ganó, pero no en los años veinte ni treinta. En la Conferencia de Yalta se trataría Polonia y Stalin prometió entregar zonas del oriente alemán a una Polonia independiente y que celebraría elecciones. Las promesas de Stalin hicieron que los aliados dejaran da apoyar al gobierno polaco en el exilio y apoyaran el proyecto stalinista que acabaría trazando las fronteras de la moderna Polonia con el claro objetivo de correr la amenaza polaca lo más posible hacia el occidente geográfico y luchar por una Bielorrusia como escudo – colchón frente a cualquier amenaza existencial.

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Tras la muerte de Pilsudski, Józef Beck propuso una vuelta de tuerca a Intemarium basándolo en la idea de una tercera Europa (con eje polaco) en la que estarían ellos junto con Hungría y Rumanía como contrapeso del poder occidental (representado en las agotadas naciones de postguerra en Europa occidental, especialmente Alemania y Rusia). La situación nunca se pudo concretar por varias razones: oposición política desde la Unión Soviética y la dependencia económica de los países del este europeo de la Alemania tanto de Weimar como del Reich lo que desplazó a los poderes locales, incluso a Varsovia, y dejó las cosas en manos de Moscú y Berlín.

EL BÁLTICO: GEOPOLÍTICA ENTRE LA OTAN Y RUSIA

Otro punto más allá del Międzymorze es el prometeísmo. Hemos visto a los responsables polacos desde el fin de la URSS luchar por llevar a cabo su teoría de geopolítica defensiva en su vecindario frente a injerencias o amenazas tanto rusas como occidentales en el Międzymorze, que ha dado lugar a alianzas como Visegrado o la Iniciativa Tres Mares pero ¿qué es el prometeísmo y por qué afecta especialmente a Rusia?

La geopolítica polaca se ha caracterizado por el miedo y el rechazo a Rusia, un país con una gran capacidad de movilización social, militar, política, con una diplomacia contundente, la defensa muy adelantada y también una economía que ha sido siempre superior a la de estos países, que han sido algunas veces engullidos por Moscú.

El prometeísmo pretendía apoyar y tutelar a todas las regiones rusas que se quisieran independizar, especialmente las regiones del báltico, mar negro y Cáucaso. El objetivo era crear el máximo número de estados independientes que sirvieran, en el proceso de independencia, para debilitar a Rusia. Estos países serían un frente de defensa contra cualquier amenaza rusa, respetarían mutuamente su soberanía y las disputas quedarían en segundo plano hasta la consecución del objetivo: la debilitación de Rusia.

Hay que tener en cuenta que esta teoría, que se intentó llevar a la práctica con nulo éxito, fue una consecuencia de la imposibilidad de establecer el Międzymorze y por lo tanto se ve que su acción es subsidiaria cuando el objetivo sigue siendo el mismo: debilitar a Rusia, pero pasando de la dinamización de un espacio geopolítico polaco fuerte al apoyo separatista en Rusia.

Intermarium, sin embargo, quedó como una idea basada en la creación y establecimiento de una Europa con rasgos propios, con eje central en la política, diplomacia, economía y poder militar de Polonia y pero al mismo momento mixta: eslava, húngara, latina (en el caso rumano) y que se caracteriza por la defensa de la soberanía de estos países frente a Occidente y Rusia.

RUSOS, LOS DISCRIMINADOS DEL BÁLTICO

Hoy en día esto se ve en la construcción de organizaciones regionales como la Alianza Visegrado o la Iniciativa Tres Mares, de corte soberanista, liberal, anticomunista y antirusa pero al mismo conservadora y euroescéptica, de hecho es la región ideológicamente más conflictiva y contestataria en la Unión Europea. Se enfrentan al gobierno de Bruselas siendo además un enemigo declarado de Rusia hasta tal punto que entra en conflicto con otros socios vecinales como Hungría o, ahora, Eslovaquia. En la última conferencia acusó a Rusia de imperialismo y de ser un peligro para los pueblos rusos, defendiendo su separación (prometeísmo) al mismo tiempo que ha logrado dinamizar instituciones polacas regionales poniendo en práctica real el Międzymorze dentro de un contexto de institucionalismo regional, integración y sistema democrático liberal.

GUERRAS HÍBRIDAS, LA NUEVA REALIDAD BÉLICA

La geopolítica polaca mantiene, por ende, su concepción de excepcionalidad frente a Occidente, contra la que lucha contra la asimilación sociopolítica y contra Rusia, a la que entienden como una amenaza real a su mera existencia, de ahí que busquen arrebatar y romper todos los lazos con Ucrania para que caiga del lado occidental y, por ende, polaco lo cual ayudaría a Varsovia a consolidarse como líder de una región dique, provocar el retroceso de Rusia todo lo posible y apoyar a los movimientos separatistas y proccidentales rusos como ya ocurrió por parte de occidente con el apoyo a los chechenos en los años noventa. (Foto: Wikimedia)

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