Desde el año 2016 hemos visto una serie de revueltas en la región del norte de Marruecos, más conocido como Rif, donde la situación es bastante peligrosa debido a cuestiones históricas y a una pugna entre dos esferas de poder diferenciadas que hunden sus raíces en cuestiones étnicas, culturales y lingüísticas, hablo de la esfera de poder árabe de Rabat, que constituye el núcleo del estado marroquí (Majzén) y la esfera de poder tradicional y autóctona en la región: los amazigh o bereberes dominados por ese poder árabe sustentado desde Rabat.
Desde el proceso de salida francoespañol de la región marroquí fue Francia la que llevó la voz cantante y fue cediendo a Mohamed V los territorios del norte. En la era de Hassan II, sin embargo, la situación se tornaría en un castigo colectivo para la región debido al recuerdo de la República del Rif y las diferencias entre rifeños y marroquíes. La respuesta de Hassan II fue la represión, el desprecio y las sanciones y desinversiones en la zona.
Eso cronificó una situación de paro endémico, falta de oportunidades y una constante emigración a Europa mientras a la región rifeña se enviaban súbditos marroquíes a «marrocanizar» el Rif imponiendo costumbres islámicas más depuradas que contrastaban con el sincretismo cultural entre Islam y tradición que hacía que los rifeños, además; fueran vistos como malos musulmanes.
Sin embargo el poder del Majzén y las actitudes contra la población estalló en el 2016 con el asesinato de Mouhcine Fikri tras decomisarle un cargamento de pescado que fue tirado a la basura y que este hombre intentó recuperar falleciendo en el acto. Esto, como en el año 2011 cuando Mohamed Boauzizi en Túnez se quemó a lo bonzo y desencadenó la Primavera Árabe en Túnez y en la región del Magreb y el Masrek, así la muerte de Fikri encendió la llama del Rif.
Se constituyó el Hirak, con apoyo interno y de la diáspora rifeña, que tiene un creciente peso diferenciado de la diáspora marroquí, especialmente entre intelectuales, activistas de origen rifeño. Sin embargo los que constituirían el núcleo del Hirak serían ciudadanos rifeños que se unieron a unas crecientes protestas lideradas por Nasser Zefzafi.
Si bien al movimiento se le tachó de republicano, separatista y, en algunos medios, de islamista lo cierto es que las protestas dinamizaban una serie de reivindicaciones socio políticas para una zona históricamente castigada y maltratada a todos los niveles: social, económico, cultural…
La lista de reivindicaciones era la siguiente:
· -La desmilitarización de Alhucemas a través de la derogación del dahir de 1958;
· -El juicio de los responsables de la muerte de Mouhcine Fikri;
· -El fin de la corrupción y el bloqueo económico del Rif;
· -Una mejora en el empleo de la zona que logre acabar con el paro, especialmente elevado entre la población joven;
· -La inserción de la lengua amazigh en el sistema judicial;
· -La construcción de colegios, centros de formación y universidades;
· -La creación de un hospital y de un centro regional de oncología;
· -La inversión en la industrialización y la mejora de la producción agrícola;
· -La mejora en las redes de comunicación en la región;
· -El final de las confiscaciones de tierras colectivas.
La respuesta del gobierno marroquí fue contundente: represión de las manifestaciones populares, encarcelamiento de los líderes y condenas largas hasta desactivar las protestas; sin embargo ahora en la zona norte de Marruecos, en el Rif; se están dando nuevas protestas ya que lejos de atender estas demandas objetivas y necesarias el majzén (el núcleo del poder marroquí encabezado por el Rey y la corte) continúa con su política de presión y ataque, lo cual ha cronificado no sólo la situación de debilidad de esta comunidad sino que ha profundizado y eternizado las protestas de esta población.
En definitiva, una situación difícil que afecta a familias enteras que quedan en situación de pobreza, mujeres en situación de vulnerabilidad más la presión política de los servicios de información marroquíes, que actúan a la caza de cualquier disidente o persona mínimamente vinculado a cualquier movimiento político o cultural rifeño al modo de la Stasi o la temible KGB.
Esta situación ha hecho que, por primera vez, familias enteras de rifeños (incluso con gatos domésticos) hayan huido de la zona a refugiarse en España ya que la situación, sin conflicto armado, es muy delicada. (Foto: Wikimedia Commons)