Esta es una de las guerras postcoloniales más cortas e importantes que se dan en las regiones del África y que afectó a Marruecos y Argelia implicando varios países. De entrada, la base del conflicto se encontraba en el proceso de descolonización francés de Marruecos y Argelia, por parte de los argelinos el postcolonialismo se vivió como un proceso de reestructuración interno, trabajo colectivo por el desarrollo del país y defensa de las fronteras heredadas de la descolonización con una controversia en la frontera de Túnez.
En el caso marroquí la circunstancia era diferente, el proceso de descolonización daba a Rabat la oportunidad de llevar a cabo su plan imperialista del «Gran Marruecos«, un proceso que busca la reconstrucción ultranacionalista bajo la restauración del Imperio Almohade y que ve sus fronteras en clave desde el Río Tajo en España hasta el Río Senegal en África engullendo países como el Sáhara Occidental 8bajo ocupación ilegal) y Mauritania mientras que, al mismo tiempo deseaba las regiones occidentales de Argelia.
La ciudad de Oujda, ahora en Marruecos, era inefablemente parte de Argelia, de hecho Abdelizaz Bouteflika (Presidente de Argelia) nació en la ciudad de Oujda. Sin embargo Argelia siempre aceptó las fronteras heredadas de la descolonización pero Marruecos no, de ahí que comenzara a reclamar como territorio propio las provincias de Tindouf y Colom Bechar, sobre todo tras demostrarse que en la región argelina se había descubierto hierro y manganeso.
Francia intentó convencer a Mohamed V de Marruecos de aceptar estas regiones ricas de Argelia a cabio de dejar de apoyar al FLN pero el rey de Marruecos se negó debido a que quería negociar con Argelia. En 1961 sube al trono el sanguinario Hassan II que, apoyado por España y Francia, ve la oportunidad de invadir esa región argelina y saquear sus riquezas penetrando en el territorio tras una visita a Argelia en la cual propone a Ben Bella la entrega de ese territorio.
El gobierno argelino se negó en rotundo y tanto Argelia como Marruecos lanzan una guerra mediática (que continúa hoy en día) y en la cual interviene Gamal Abdel Nasser para apoyar al gobierno argelino frente al régimen absolutista marroquí. La escalada de tensión se comienza a dar en Tindouf cuando agentes marroquíes infiltrados comienzan a decir que los habitantes de esa región no son argelinos sino marroquíes a lo que los guardas del país expulsan a 50 marroquíes establecidos en Colom Bechar (ciudad argelina) y Marruecos expulsa 60 ciudadanos argelinos naturales de Oujda (ciudad argelina bajo control marroquí).
Las hostilidades comienzan el 25 de septiembre de 1963 con los ataques de Marruecos a Hassi Beida y Tinyub en coordinación con el apoyo marroquí al Frente de las Fuerzas Socialistas de Hussein Ait Ahmed en la Cabilia para intentar estrangular a Argelia, con apoyo de Egipto, Cuba y la URSS frente a Marruecos apoyado por Francia y Estados Unidos.
La guerra de las arenas se desarrolló en una primera etapa (del 25 de septiembre al 14 de ocutbre) mediante escaramuzas y constantes idas y venidas de embajadores, emisarios y dos cumbres: una en Oujda el día cinco de octubre entre los ministros de Asuntos Exteriores argelino y marroquí Abdelaziz Buteflika y Ahmed Guedira y otra el día 10 en Tremecén.
El 7 de octubre Marruecos inicia una retirada táctica que engaña a Ben Bella, que puede centrarse en el frente de la cabila, pero es atacado el día siguiente en Colom Bechar y que es el inicio de la gran invasión terrestre del día 14, cuando las tropas marroquíes avanzan en el terreno con apoyo aéreo y de artillería en lo que es ya una guerra abierta.
La Liga árabe intenta mediar pero se presentan problemas: Argelia no quiere que el Presidente de Túnez sea uno de los negociadores por problemas fronterizos entre Argel y Túnez mientras que Marruecos no confía en la delegación por la influencia de Gamal Abdel Nasser, con un gran ascendente tras su victoria en la Guerra de Suez de 1956 contra Israel, Reino Unido y Francia.
U-Thant, el Secretario General de Naciones Unidas, se niega a intervenir y a desplegar tropas en la región por el miedo a internacionalizar el conflicto y comprometer a la organización en un escenario africano tan delicado. Estados Unidos y la Unión Soviética apoyan esta visión ya que no desean que ambos países queden alineados en ambos bloques de la Guerra Fría dentro de un conflicto armado en el Magreb mientras que Francia tampoco desea intervenir por no comprometer sus negocios en Argelia ni en Marruecos.
París intentaba aprovecharse de Marruecos para atacar de forma indirecta a los argelinos tras la derrota de la independencia, sin embargo los argelinos se recomponen del ataque a los puestos fronterizos y a la penetración territorial de Marruecos y contraatacan en la ciudad marroquí de Ich el día 18, abriendo un nuevo frente perjudicial para Marruecos.
Al mismo tiempo, el día 20 de octubre la República Árabe Unida interviene en el conflicto bajo el liderazgo de Gamal Abdel Nasser que pierde el helicóptero en el que iba Hosni Mubarak (futuro Presidente de Egipto) y que, prisionero de Marruecos, será usado como prueba de la ayuda egipcia a Argelia por lo que los marroquíes redoblan su afán militar, fallando los intentos de Nasser de imponer la paz en la región derrotando a Marruecos y haciendo retroceder al ejército del rey Hassan II.
Frente a la no intervención de la ONU, USA y la URSS, sumado al juego de Francia y el desprestigio de la Liga Árabe y la República Árabe Unida, el emperador de Etiopía, Haile Selassie y Mobido Keita de Mali establecen la Conferencia de Bamako que pone fin a la guerra volviendo el conflicto al statu quo ante bellum en un momento en que las tropas argelinas y marroquíes estaban a punto de enfrentarse en las colinas de Hassi Beida.
Se inició la creación de un equipo de oficiales marroquíes, argelinos, etíopes y malienses que iban a supervisar una zona desmilitarizada, los malienses y etíopes debían también confirmar la desmilitarización de la región. El acuerdo, sin embargo, estuvo a punto de romperse cuando soldados argelinos, respondiendo a provocaciones marroquíes, asaltaron una aldea de Figuig y se posicionaron frente al aeropuerto pero oficiales malienses tomaron posiciones y obligaron a las tropas a respetar el Acuerdo de Bamako bajo auspicio de la Organización para la Unión Africana (desde 2002, Unión Africana). El 20 de febrero de 1964, bajo control de la OUA, Mali y Etiopía se firmó el Tratado de Paz entre Argelia y Marruecos en Bamako poniendo fin a la guerra.
España fue el país que más información sacó de esta guerra al entender que la situación del Sáhara Occidental, una provincia española de 266.000 kilómetros cuadrados y 75.000 habitantes con un creciente sentimiento nacionalista árabe y con una percepción de España como potencia colonizadora podía caer en la esfera ideológica de Argelia iniciando un problema en la región mientras que, por otro lado, el siguiente objetivo de Marruecos era el Sáhara Occidental para continuar su proceso de crecimiento tras la exitosa invasión del Rif y el fracaso en Argelia.
España dijo que actuaría de acuerdo con la Comunidad Internacional y se mantuvo al margen pero Madrid entendió que la situación en el Sáhara Occidental podría volverse peligrosa como ocurrió en 1975. (Foto: Youtube)