La Guerra de Yemen

En Yemen está produciéndose una de las agresiones más salvajes en Oriente Medio por parte de Arabia Saudí con el silencio cómplice de Occidente. La Primavera árabe significó un punto y aparte en todo el mundo islámico, desde Siria hasta Túnez fueron cayendo uno a uno sus gobernantes respaldados durante años por Occidente.

El futuro de estos países fue el abismo. Libia es un inmenso solar con varios gobiernos y decenas de grupos y milicias yihadistas al tiempo que roban los recursos de naturales de Libia, Túnez vive en una frágil y tensa calma, Egipto volvió a la era Mubarak pero con Al Sisi, Siria e Irak acabaron enfrentándose al mayor monstruo creado por Occidente con ayuda de Arabia Saudí, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Turquía, crearon el Estado Islámico.

Mientras los ojos del mundo escrutan la región del Medio Oriente-Norte nos hemos olvidado, en un silencio cómplice con el poder económico saudí, del conflicto de Yemen. Cuando el presidente Alí Abdullah Salé fue derrocado de Yemen en el año 2011, ese mismo año se proclamó a sus sustituto Abd Rabbuh Mansur al-Hadi. Hadi se lanzó a la guerra contra Al Qaeda, que había tomado posiciones al sur de Yemen durante el vacío de poder en las protestas anti Saleh.

En el año 2014 se comenzaría a incubar el germen del conflicto cuando se produjo el golpe de estado después de la renuncia del primer ministro Mohammed Basindawa que provocó un vacío de poder que usó el movimiento Ansar Allah (Huthies) para avanzar hacia la capital. Los primeros disturbios se iniciaron en agosto de 2014 debido a que los miembros del movimiento Ansar Allah (Houthis) firmaron un acuerdo para un nuevo Gobierno de unidad nacional con los demás partidos políticos. Los Huthies y el gobierno entraron en conflicto al mismo tiempo que Al Qaeda irrumpía luchando contra los dos contendientes.

Durante el 2015 los Huthies tomaron Sana´a y se creó el gobierno de revolucionario de Yemen que, junto con el ala pro-Saleh del ejercito, la Guardia Republicana yemení, los Huthies y el movimiento Ahrar al- Najran fueron expulsando a los miembros del depuesto gobierno de Hadi, aliados a combatientes tribales. La intervención militar extranjera se produjo cuando la insurgencia chiíta de los Huthies, que son el ala más poderosa del nuevo gobierno revolucionado yemení, sitiaron la capital provisional del gobierno de Hadi en Adén y, ante esta situación, Arabia Saudí acudió.

Coalición Saudí para destruir Yemen

La entrada de los saudíes en este teatro responde a cuestiones de diferente índole, en primer lugar debemos ser conscientes de que el nuevo Rey, Salmán bin Abdulaziz, es un rey joven, con mucho poder y gran determinación que tiene a su hijo como príncipe heredero sustituto y ministro de defensa. Salmán se ha impuesto sobre los demás miembros de la familia Al Saud y ha tomado el poder de una forma que sus antecesores nunca han hecho, dejando claro que ellos son el núcleo de la familia Saud y que no van a compartir el poder, ni siquiera con los otros miembros de la dinastía.

En su delirio, internacionalmente protegido, y ante el temor del increíble crecimiento de Irán, su enemigo en la zona, y al fin de las sanciones económicas después del acuerdo alcanzado sobre el programa nuclear iraní, fin de las sanciones que no se llevaron a cabo ya que eso podía significar un fortalecimiento de la economía iraní que aumentase, aún más, su influencia en Oriente Medio. Arabia Saudí ha decidido reforzar sus posiciones en la península arábiga atacando a todo elemento disidente y hostigando a la población chiíta de Arabia, considerados como un problema por los saudíes.

El apoyo iraní a los Huthies, con los que comparte rito religioso (el chiismo), y el papel fundamental de Irán como eje central de la cultura chiíta en el mundo hizo que Teherán ayudara con determinación las pretensiones Huthies en Yemen. Arabia, sabiéndose cercada ya que Irán tiene una amplia influencia en Iraq (gobernado por chiitas), Siria, Líbano, Gaza y ahora Yemen acabaría arrinconando a Arabia Saudí y aislándola de la región, relegando sus apoyos a Israel y Estados Unidos.

Washington está muy lejos y Tel Aviv tiene su propia guerra, por lo que Arabia Saudí quedaría sola y en una situación de inferioridad que provocaría, tarde o temprano, un alzamiento de los chiítas del Golfo pérsico y de Arabia. Lo cual sería el fin de los Saud.

En Yemen la dinastía saud lucha por su supervivencia, de ahí su virulencia y sus constantes violaciones de los Derechos Humanos usando armas prohibidas (ONU ha reportado del uso de bombas de racimo) frente a población civil (objetivos ilegítimos), estos objetivos se traducen en el ataque constante con armas prohibidas y explosivas frente a áreas residenciales sin presencia armada, ataques a hospitales, colegios, guarderías, mercados etc…, de hecho la Cruz Roja internacional ha elaborado un informe sobre el uso constante de armas explosivas en áreas urbanas que acusa a gobiernos como el de Arabia Saudí de usarlas en el contexto de la agresión a Yemen.

Al mismo tiempo que estos ataques ilegales con armas prohibidas sobre población civil, actos constitutivos de crímenes de guerra y de lesa humanidad Arabia Saudí, incomprensiblemente, lidera un panel de la ONU sobre Derechos Humanos. Pero la violación de Derechos Humanos realizados por Arabia Saudí excede el campo del armamento y de los objetivos militares ya que viola la resolución 2131 de la ONU por la cual: «Se establece la inadmisibilidad de la intervención en los asuntos internos de los Estados y protección de su independencia y soberanía«. Artículo violado por su mera intervención en su vecino país, curiosamente el país más pobre del mundo Árabe.

De todas formas Arabia Saudí, en su agresión en Yemen, no solo está usando armamento prohibido frente a población civil y áreas urbanas o está dando apoyo a los miembros del depuesto gobierno yemení de Hadi sino que está introduciendo a miembros de Al Qaeda en Arabia y del Estado Islámico (estos últimos retirados de la guerra de Siria para combatir en Yemen) así como miembros de Ansar Sharía, con apoyo de las milicias yihadistas Somalíes de Al Shaab, a fin de apoyar a los milicianos de Hadi para derrotar a los chiítas Huthies y Después de acabar con Hadi e instaurar un Estado Islámico en Yemen que sirva a los intereses de los Saud. Junto a estos Yihadistas se sabe de la presencia de la empresa de mercenarios Blackwater y demás soldados a sueldo para que ayuden a las tropas saudíes, del gobierno de Hadii y a los yihadistas para acabar con los Huthies apoyados en la guerra por la Guardia Republicana yemení y los soldados leales a Saleh.

La influencia externa en esta guerra es determinante debido a las confluencias internacionales que entre los contendientes existen. Mientras las potencias de primera linea, los contendientes, luchan, las potencias de segunda linea (Irán y Arabia) luchan entre sí en ese teatro, aunque Arabia ha pasado de ser mero apoyo a contendiente directo mientras Irán se mantiene en un segundo plano otorgando apoyo económico y material a los Huthies. Al mismo tiempo las potencias de tercera linea (o en este caso superpotencias) pugnan entre sí.

En este caso el apoyo de Estados Unidos a Arabia Saudí es esencial al igual que el apoyo Ruso a Irán y los Huthies. Asimismo la Liga Árabe se ha plegado a los intereses Saudíes y tropas multinacionales de las diferentes naciones árabes han acudido a favor de Arabia para intentar contener este movimiento que amenaza los intereses Saudíes.

Al mismo tiempo esta guerra genera una gran controversia internacional por lo que hay en juego ya que en Yemen se encuentra el estrecho de Adén, uno de los puntos geoestratégicos más importantes del mundo por dos razones:

  • Es la ruta de tránsio mundial de energía procedente de los capos petroleros de Irak y del golfo Pérsico;
  • Es la entrada al mar Rojo.

Si el estrecho de Adén cae en manos iraníes pasaría de controlar el 50% del, ya de por sí, importantísimo Golfo pérsico a controlar el estrecho de Adén a través de los chiítas yemeníes, al mismo tiempo que Irán ha sacado la calculadora para intentar hace negocios después de las duras sanciones económicas. Por eso Arabia está librando una guerra económica contra Irán y Rusia en el campo del petróleo al mantener el precio del barril a 30 dólares, lo cual ha hecho sufrir a la economía Rusa e iraní, pero el juego se está volviendo peligroso ya que la economía saudí ha comenzado a contraerse también y la agencia Finch, una de las más importantes agencias de rating económicos del mundo ha bajado la calificación de Arabia Saudi, que ya se encuentra en crisis económica. (Foto: Wikimedia Commons)


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