Continuamos con los culebrones internacionales entre Washington y Moscú que ha despertado los peores momentos de la Guerra Fría debido a que el mundo se está polarizando cada vez más en un eje estadounidense y otro ruso.

Evgeny Buzhinsky, el extitular del Departamento de los Tratados del Ministerio de Defensa de Rusia declaró que: “En otras palabras, se tambalea al borde de la guerra, pero sin los mecanismos que gestionen la confrontación”. Este sabado pasado el ministro de asuntos exteriores ruso acusó, con toda la razón, a Estados Unidos de obstaculizar las relaciones entre Rusia y los países de occidente.

Y es que Occidente se encuentra bajo la batuta de Estados Unidos, de su perpetuo gobierno en la sombra y de su presidente de turno por lo que los países vasallos de Washington no pueden llevarse bien con el enemigo, Rusia.

Estas reacciones de Estados Unidos no son sino infructuosos intentos para coartar a Rusia e intentar acorrarla, sobre todo después del fracaso occidental en Oriente Medio, el constante fracaso en África, Sudamérica o Sureste Asiático.

Al mismo tiempo se intenta continuar con las sanciones a Rusia para debilitarles económicamente, a lo que Serguei Riabkov, vicecanciller de Rusia, declaró que Moscú tomará medidas serias si continúan las sanciones y por ende el hostigamiento hacia Rusia.

Sobre todo hay dos conflictos que enfrentan directamente a Rusia y Estados Unidos, el conflicto civil en Ucrania y el conflicto de Siria. Se teme desde diferentes esferas que se produzca un colapso de la diplomacia que signifique un retorno a la guerra fría, a las guerras indirectas o peor aún, a una guerra directa entre las dos grandes superpotencias mundiales.

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